HISTORIA DEL ANTIGUO EGIPTO, Apuntes de Turismo

¡Descarga HISTORIA DEL ANTIGUO EGIPTO y más Apuntes en PDF de Turismo solo en Docsity! HISTORIA DEL ANTIGUO EGIPTO En el capítulo IV del libro Historia del Antiguo Egipto de Nicolas Grimal, en el apartado de Imperio Antiguo se nos presenta la subida al poder de la dinastía III” se nos pone al corriente de que de esta dinastía (2700 a.C. – 2630 a.C.), contrariamente con las dos anteriores, se posee mucha menos información en la actualidad. Esta limitada información, se extrae por los historiadores de fuentes como el Papiro Westcar, o la piedra de Palermo, que sufren lagunas sobre esta época de la historia de Egipto. Diferentes teorías hay sobre su origen, pero se ponen de acuerdo en que el primer rey de la III dinastía seria Nebka. Su sucesor fue Djeser, y tras él, el Canon de Turín menciona a Djeserteti, aunque según investigaciones posteriores este nombre sería equívoco, ya que tras el descubrimiento de Z.Goneim de una pirámide inacabada, sabemos que su sucesor fue llamado Sekhemket. No sabemos ciertamente si se trataban de faraones distintos o de la misma persona, ya que en esta época tras la coronación, se produjo una modificación del título real. Antes basado en el de “Rey del Bajo y Alto Egipto” ahora “Horus de Oro”. La historia da un vuelco con la intrusión de un nuevo personaje, el rey Sanakht. Supuestamente encontrada su tumba en la necrópolis de Beit Khallaf (en realidad, se encontraba enterrado un funcionario suyo y se desconoce la localización de su verdadera tumba). Su reinado duró unos seis años, y su nombre puede aún leerse en las minas de Turquesa de Uadi Maghara , al oeste del Sinaí, igual que el de Sekhemet. El faraón Djeser, fue una de las grandes figuras de Egipto, debido tanto a sus construcciones como a su carácter de faraón ilustrado y piadoso. Promovió la arquitectura en piedra, inventó de su arquitecto Ihmotep (mitificado en Época Baja). Su reinado se ligó a una monarquía perfecta, como se explica por un célebre apócrifo, en la Estela de Tolomeo V Epifanes. En este texto observamos como el pueblo pasaba por una grave hambruna y el faraón le puso fin. Entonces el rey indaga en el problema y le hace ofrenda al Dios Khnum, el carnero y señor de Elefantina. A cambio, el Dios le promete, que el Nilo volverá a crecer, y no habrá nunca más, ninguna región en que la crecida sea insuficiente para su autosuficiencia. Este faraón se convirtió en una referencia de los fundamentos cosmológicos y un gran modelo del pasado. Y se confirma la importancia de la ciudad de Menfis bajo su reinado en la Estela del hambre. De su servidor y arquitecto Ihmotep poseemos mucha más información, recibió culto del pueblo y popularidad. Se cree que vivió hasta los tiempos del faraón Huni, casi hacia el final de la dinastía. Desempeñó las funciones de gran sacerdote de Heliópolis y arquitecto jefe. Ya en el imperio nuevo, se le considera como al “patrono de los escribas”, no tanto por sus cualidades de escribano, sino también por poseer una personalidad marcada de sabiduría e intelectual que lo diferenciaba. Su verdadera misión, por lo tanto, junto al faraón Djeser fue la de buen consejero, por lo cual se le comparó con el Dios creador de Menfis y el cánon de Turin lo convirtió en “Hijo de Ptah”, una divinidad, así acaba un proceso de heroización que le poseerá de un clero y mitos propios. Edificó la pirámide escalonada de Saqqara y se le considera el primer científico conocido, arquitecto y astrónomo. Una vez ya en la IV dinastía (2630 – 2500 a. C. ) el lugar destinado a los enterramientos por excelencia es la Necropolis de Guiza: donde se encuentran las pirámides de Keobs, Kefrén y Micerino. El faraón Keobs en egipcio “Khufu”, se convirtió en el símbolo de la monarquía absoluta. Aparece una cita de Heródoto en la página 77 del libro, que nos ofrece una visión más cruel y codiciosa del faraón. Dice que Keobs sumió a los habitantes en la más completa miseria, a muchos se les encomendó la tarea de arrastrar bloques de piedra des de las canteras existentes en la cordillera arábiga, hasta el Nilo, para la construcción de la pirámide. Esta construcción duró veinte años, y llega a mencionar tal punto de maldad en su persona que a falta de dinero, decidió dejar a su propia hija en un burdel. Todos los libros que hablan de los monarcas de la IV dinastía, fueron escritos después de que el Primer Periodo Intermedio, hubiese hecho tambalear la imagen de los faraones del Imperio Antiguo. Cabe mencionar, que Keobs es poco conocido actualmente. Aun siendo, su pirámide la más grande de Egipto y una de las siete maravillas del mundo. Ya en la V dinastía, su primer faraón es Userkaf “Poderoso es su ka”, quién al parecer, no provocó transformaciones ni en la administración ni en el país. Su reinado fue corto, de unos siete años, según el Canon de Turin, tiene su relevancia debido a las relaciones que se mantuvieron entre el mundo egeo y Egipto. Encontramos diversos objetos en el templo que lo prueban: el Dorak, el sello de Sahure, y varios objetos llamados: Menkauhor y Djekare-Iesi. Ya en el apartado “La supremacía heliopolitana” la V dinastía abre sus puertas al exterior. Y en el templo del sucesor de Userkaf, Sahure se han encontrado dibujos de expediciones a Biblos, tierras Sirias (donde habitaban los osos). Y parece que estas relaciones se basaban en la economia, y la explotación de tierras (las minas del Sinaí o las canteras de diorita de Asuán). Probablemente, fue en su reinado cuando se grabó la Piedra de Palermo. Después de un seguido de faraones, ya en la VI dinastia se da una expansión de Egipto hacia el sur. Expansión, llevada a cabo durante el reinado de Merenre, hacia Nubia, por donde se viaja entre el Nilo y las caravanas que permiten saltear la Primera Catarata del Oasis de Dunken y llegar a Uauat. (p.92). (PÁGINAS 219-363) ALFRED Tras la reconquista del país, Ahmosis I (1550 a. C. -1525 a. C) reorganizó las estructuras administrativas que habían funcionado des del Imperio Medio. Aun así, no se volvió a reinstalar a las familias antiguas que habían sido desproveídas de sus bienes y cargos en la dinastía XII. Los enclaves territoriales que la apoyaran serán Tebas, Elkab y su propia provincia. La nueva administración se fundamentara en el control de la irrigación y del sistema fiscal. En esta época, es cuando el país vivió en prosperidad y es una prueba de ello, el fiel arrendamiento concedido a los “asiáticos” por parte de los tebanos. Tras la apertura del dominio artístico y económico hacia el Próximo Oriente, iniciado en la dinastía XII, se posibilita seguir con la importación de materia prima. En la Estela que Ahmosis consagra al templo de Amón –Re en Karnak, para conmemorar a su madre y su obra, encontramos diversas piedras preciosas, plata y oro de Asia y Nubia (como: la turquesa del Sinaí, y el lapislázuli de Asia Central con motivos minoicos). Además han sido encontradas en Serabit-el-Khadim ciertas joyas de Ahhotep, con el nombre de Ahmosis, lo cual no prueba la existencia de algún comercio con Creta pero sí nos revela la influencia, que podría realizarse a través de Biblos (como aparece en la Estela de Karnak). Bajo el reinado de Ahmosis vuelven a edificarse templos y construcciones funerarias, de gran calidad técnica. De sus obras arquitectónicas han sobrevivido muy pocas a nuestros días por lo que existe la teoría de que se construyeran con ladrillo crudo. Edificó en Buhen, en el templo de Amon-Re en Karnak y en el Montu en Armant. En Abidos, en la parte más meridional de la Necrópolis, erigió dos cenotafios uno para sí mismo, y otro para su abuela Tetisheri. Dejó varios proyectos inacabados (como: abrir las canteras de Tura y de Luxor). Finalmente, fue enterrado en Dra Abw’l- Naga, y será objeto de un culto funerario compartido con Tetisheri, su abuela, una de las tres figuras dominantes de los inicios del Imperio Nuevo.