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TEMA 2: Globalidad y educación La globalidad no es un fenómeno nuev, Apuntes de Pedagogía

Asignatura: Política de l'Educació, Profesor: Angel C.Moreu, Carrera: Pedagogia, Universidad: UB

Tipo: Apuntes

2016/2017

Subido el 18/04/2017

sara8573
sara8573 🇪🇸

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¡Descarga TEMA 2: Globalidad y educación La globalidad no es un fenómeno nuev y más Apuntes en PDF de Pedagogía solo en Docsity! TEMA 2: Globalidad y educación La globalidad no es un fenómeno nuevo, son que hunde sus raíces en las aspiraciones al ecumenismo y cosmopolitismo que ha tenido lugar a lo largo de la historia. Lo novedoso es la sorprendente rapidez con que tienen lugar en nuestro tiempo los muchos intercambios (económicos, culturales, de información, etc.) que acontecen y el impacto, igualmente veloz, con que inciden en el planeta. Pero algunos creen que la globalidad no es algo demostrado, sino más bien una construcción ideológica interesada, que pretende diluir en la globalidad de toda ideología: da igual lo que se piense o se haga, porque, al fin y al cabo, la globalidad y sus exigencias acabaran imponiendo la dirección a seguir. La globalización seria una construcción ideológica, una especie de “pensamiento único” al servicio, sobre todo, de los grandes conglomerados económicos qe no necesitan ideologías ni políticas que los puedan controlar. Sin embargo, la realidad muestra estructuras supranacionales y fenómenos de planetarización (redes informáticas, mercados financieros mundiales, cultura de masas, etc.) que hacen necesaria una mirada atenta de las políticas educativas innovadoras sobre sus efectos, uno de los cuales es la tensión que se produce entre lo nacional-local y lo universal-global, entre la identidad y la diferencia, y otro no menos importante es el riesgo de desapego ciudadano respecto a su realidad política mas inmediata y cercana. El “mercado cultural” da lugar a la cultura como espectáculo, la “cultura de cliente”, de consumo fácil, no educadora y nada susceptible de promover la participación en su gestión; es una cultura eminentemente visual, escasamente provocadora de la acción y si de la pasividad. Los medios de comunicación globales y sus secuelas de dominación ideológica y de homogeneidad cultural suponen un riesgo que ha de ser advertido y combatido desde el ámbito escolar conjugando lo mejor de la cultura universal con lo irrenunciable de la cultural peculiar. La globalidad provoca constantemente nuevos conocimientos cuya apropiación es cada vez más selectiva, y en consecuencia, provocadora de las diferencias que la escuela está llamada a compensar y más, aún, a hacerles frente educando personas capaces de moverse en la complejidad del conocimiento. Promocionar el gusto por el aprendizaje constante, convertir la escuela en un lugar de reflexión sobre valores, actitudes y comportamientos, hacer de ella un ámbito donde se integren la variedad de informaciones recibidas, enseñar a pensar globalmente, es el mejor modo posible de educar para la globalidad. Aprender los diversos lenguajes de la sociedad de la información, la habilidad para comunicarse con los demás, entrar en posesión de los saberes básicos y del manejo de los instrumentos de acceso al saber, poseer una educación ética y cívica que proporcione un código de valores con el que poder enfrentarse a la incertidumbre y al cambio, es una tarea de la política educativa ante el reto de la globalidad. Pero esta conlleva homogeneización y fragmentación social, lo que la escuela debe considerar que hacer que ambas tendencias no sean mutuamente destructoras; lo mismo sucede con el riesgo de pérdida de identidad que puede traer consigo la globalidad y que incide en la afección democrática y en el entendimiento de la política. La escuela deberá alertar contra el riesgo de “privatización” de la política, que la globalidad acogería bien, pero que la democracia no soportaría. Que la escuela muestre lo propio, lo que identifica, pero no como excluyente de lo ajeno, que enseñe a los escolares a vivir inmersos en un constante contagio y mestizaje cultural, que muestre cómo es posible compaginar la globalidad con el desarrollo sostenible…, son exigencias actuales para la política educativa. A condición, claro, de que apueste por la innovación y renuncie al tradicional sistema de mantenimiento u de transmisión de conocimiento, y que insista en la formación de actitudes y competencias, en la creatividad, flexibilidad y apertura mental, único equipaje valido para afrontar las transformaciones constantes que trae consigo una nueva situación que ha cambiado las fronteras e un país por las fronteras del mundo. Ulrich Beck establece diferencias entre globalismo y globalidad o globalización. Globalismo implica el predominio absoluto del mercado sobre la política; la ideología del liberalismo y del dominio del mercado mundial reduce las muchas dimensiones del fenómeno de la globalización a una única dimensión, la económica. El imperialismo económico que resulta de esta aceptación reduce al Estado y sus contornos a una mera empresa. Globalidad, por el contrario, significa que no existen espacios cerrados, es decir, que todo esta interconectado, que “no hay ningún país ni grupo que pueda vivir al margen de los demás” (sociedad mundial). Pero globalidad o sociedad mundial, implica pluralidad y diferencia, es decir, no- integración. Globalidad por tanto, significa que nada es localmente determinado, que todo suceso afecta a todo el planeta, y que todos y cada uno somos responsables de ello. La globalidad es percibida en un doble dimensión: como construcción ideológica de la que se recela y como realidad con la que se tiene que convivir; aquí añadiremos una dimensión mas no exenta de cierto sincretismo: la globalidad se produce desde el momento en que tienen lugar un cierto “efecto dómino” en las sociedad, aunque sean diferentes producto de procesos complejos que las vinculan u de políticas o acciones que, procediendo de estructuras supranacionales las obligan, pero no las determinan; se establece un vinculo y una obligación que son el fruto de la política nacional establecida con esas supraestructuras.
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