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5
El montaje radiofónico
de la información
montaje radiofónico produce la interacción de todos los sonidos y produce la
estructura narrativa. Es el que organiza la armonización simultánea de sonidos y
=l que crea la continuidad secuencial en tres fases informativas: en una noticia
planos, situaciones, secuencias), en un programa (conjunto de noticias, aspectos
Ze uno o varios temas) y en una emisión o supermontaje.
3.1. Montaje expresivo
montaje radiofónico, desde la perspectiva de la expresión, es la disposición y
=ombinación de dos o más sonidos radiofónicos o planos sonoros simultáneos y/o
isecutivos, conforme a un tiempo, espacio y ritmo en los que cada uno adquiere
= valor por la relación que establece con los anteriores, posteriores o con ambos.
trata, pues, de una ordenación de sonidos o planos sonoros en doble sentido:
a) Consecutivo. Se enmarca en la sucesividad temporal del sonido, en una
diacronía en la que importan tanto o más que el sonido mismo sus relacio-
nes de continuidad. Su significación no es autónoma, sino que depende
del lugar que ocupe en la narración.
b) Simultáneo. Establece las relaciones sonoras que integran la narrativa radio-
fónica en cada una de las unidades. Entre las relaciones que se establecen
Información en radio
pueden destacarse dos modalidades sumamente complejas: relaciones sin-
crónicas y relaciones asincrónicas. Las relaciones sincrónicas organizan un
conjunto sonoro simultáneo, conjugado con armonía sonora, de los compo-
nentes. Las relaciones asincrónicas organizan un conjunto sonoro simultá
neo en una armonía de contrapunto entre unos componentes y otros.
El'eje de las diacronías sonoras se desarrolla a través del tiempo fugaz e irre-
versible de la radio. El eje de las sincronías se presenta en una simultaneidad ins-
tantánea o, como máximo, sostenida de sonidos. Ambos ejes se combinan para
producir un sentido unitario perfectamente trabado.
Así, pues, los cuatro sistemas componentes del lenguaje sonoro (verbal, musi-
cal, de ruidos y de silencio), al integrarse en el medio radiofónico, abren su signi-
ficado autónomo para incorporarse a la funcionalidad de los otros, que se integran
en una sincronía simultánea de sonidos y al mismo tiempo se incorporan a otra
dimensión expresiva, la diacronía o sucesividad de sonidos. La información radio-
fónica juega con todos los sistemas y además con esta doble dimensión funcional
para provocar las imágenes acústicas. Se trata, pues, de una secuencialización
radiofónica muy peculiar en relación con otras narrativas, particularmente la es-
crita. Gráficamente puede representarse así:
Parlamento Tipo de plano Efectos Música Transición
PP Silbido de
un mirlo
celoso del
chisporroteo
del fuego
Chapoteo, 10s Por corte
Chisporroteo, 15
Chapoteo, 8 s
Chisporroteo, 15
Chapoteo. 55
Chisporroleo, 1 5
teo, 19 s
Chisporroteo, 1 s
Chapoteo,
Silbido
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El mont:
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1. Para
2. Para
3. Para
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runciado de bloques
El montaje radiofónico de la información
— Como evocación de sucesos y situaciones pasadas por asociación con de-
terminados países: himnos, folclore.
5.3. Montaje del eje de la sucesividad de los sonidos
Uno de los elementos para que se produzca el montaje es la unión entre los planos
sonoros, situaciones, escenas O secuencias. Para ello se cuenta con algunos recur-
sos. En todos ellos hay que respetar un elemento clave de la unión, el raccord, es
decir, la continuidad de niveles sonoros, de intensidad y de entonación de los
componentes siempre que no haya cambio de timbre. La interrupción de un dis-
tación requiere una continuidad, que no
curso para luego continuar con su presen
sufi-
e note el enlace. No hay necesidad de repetir por entero la grabación
nte con buscar la igualdad de todos los componentes para que el reinicio del
discurso salga con fluidez.
3.3.1. Formas de paso y de transición
isten diversas modalidades de transiciones para pasar de unos planos o situa-
siones a Otros:
a) Por yuxtaposición 0 coordinación de unas partes con otras. Se efectúa
mediante enlace imperceptible de un elemento con otro, con objeto de evi-
tar el salto brusco del sonido. El mont ¡je de imágenes cinéticas, debido a
las peculiaridades del ojo, puede realizarse por salto directo, sin sobresal-
tar la visión ocular. Se trata de una forma de paso más frecuente y normal,
de tal manera que cuando se efectúa por otro procedimiento es cuando se
busca llamar la atención sobre el recurso empleado. En el montaje sonoro
sucede lo contrario. El paso de un plano a otro, de un sonido a otro, por
salto directo, resulta exageradamente brusco para el oído. De ahí que el
paso se haga mediante un enlace nuevo o aprovechando el final de un so-
nido para enlazar con otro. Esto sucede sobre todo cuando interviene la
música. En el caso de la palabra el enlace puede hacerse directamente
buscando la igualación de nivel, de entonación. El corte en seco de la mú-
sica produce una brusquedad sonora. La música exige una cadencia rítmi-
ca que no se puede quebrantar fácilmente. Puede evitarse la brusquedad
buscando la cadencia, bajando suavemente a fondo.
3) Fundido encadenado. La presencia de un sonido desaparece gradualmente
mientras emerge otro que al final es el que se impone y continúa. Sólo
Información en radio
suenan al mismo nivel en el momento en que se cruza el descenso de uno
con la subida del otro.
Por resolución. Se dice que un sonido resuelve cuando suavemente va
descendiendo hasta su total desaparición como final del programa o de
una situación. La operación inversa es el inicio del silencio hasta la pre-
sencia en primer plano del sonido que se desea ofrecer.
Superposición de sonidos. Es la persistencia de dos o más sonidos durante
un cierto tiempo. Es el caso típico de la coexistencia del primer plano con
el sistema verbal y el uso, como fondo, de la música.
Ráfaga musical. Es un breve movimiento musical que enlaza o separa dos
ituaciones, noticias o bloques informativos. Se trata siempre de música
instrumental y no coral o vocal.
Recursos técnicos. Dependen de las posibilidades de las mesas de control.
Van desde un pitido o un sonido de campana, hasta el gong, señal horaria
y muchísimos otros.
Se establece esta clasificación atendiendo a sus diferencias formales y funcio-
nales, no por sus aspectos significativos. Se intenta prescindir del rasgo semánti-
co. No hay que asociar estos sonidos con una semántica genérica y válida para
cualquier contexto. Sí se podrá buscar su significación específica en el compor-
tamiento en cada situación particular. Se prescinde en estos momentos de ello ya
que lo que se pretende es destacar el papel de la técnica del montaje y de su fun-
cionalidad estructural informativa. Para el examen semántico habrá que observar
el funcionamiento particular de los componentes sonoros en una producción con-
creta. Se requiere previamente establecer la caracterización del montaje de los
componentes sonoros. Sólo después se podrá hablar de los significados que co-
rresponden a cada uno de ellos.
5.3.2. Funcionalidad de la música en la sucesividad
La música se introduce como elemento expositivo narrativo combinada secuen-
cialmente con la palabra informativa (Beltrán, 2006). Pueden diferenciarse las
siguientes funciones:
a) Apertura de cabecera. Se trata de un fragmento musical empleado al ini-
ciarse el programa informativo con objeto de que sirva de identificación
cada vez que se emita. Es siempre la misma. Su reiteración pierde la signi-
ficación que tenía en el conjunto del que se extrajo para adquirir nuevas
significaciones y encajarse en el campo semántico establecido por las ca-
. Recibe también el nombre de sintonía. E
Ti
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monta]
5.4.1
uza el descenso de uno
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e de sintonía. Es un
El montaje radiofónico de la información
tiempo que permite al oyente buscar el programa. Sirve, por tanto, para
atraer y despertar la atención del oyente. Separa el programa de lo emitido
con anterioridad.
b) Separación-unión de noticias, temas o bloques informativos. Si el frag-
mento musical introducido es muy breve, se denomina ráfaga. Si es de
duración más prolongada se llama pausa musical. Ambas cumplen la fun-
ción de pasar de una noticia a otra o de unos aspectos u otros de la misma
noticia. á
c) Cierre. Fragmento musical, casi siempre el mismo que el de la apertura,
utilizado para indicar la terminación del programa y “separarlo” del que le
suceda.
3.4. Tipología del montaje
Se establece una tipología que recoge las tres repercusiones más importantes del
montaje: la exposición narrativa, la de las ideas y la del ritmo del programa.
3.4.1. Montaje narrativo
s el tratamiento de la duración y sucesión del tiempo. Un tiempo en relación con
sl de los sucesos y un tiempo propio de la narración (Guarinos, 2009).
a) Tratamiento del tiempo real de los hechos. Se refiere al tratamiento tem-
poral de la duración del suceso. El montaje radiofónico puede afrontarlo
de tres maneras:
1. Respetándolo con el máximo de fidelidad. La emisión radiofónica
permanece en antena el tiempo que dure el hecho informativo, tanto si
se transmite en directo como en diferido.
Reduciéndolo a un tiempo radiofónico inferior: es, por ejemplo, el re-
portaje de dos minutos sobre un acontecimiento que ha durado media
hora.
3. Ampliándolo: sobre un hecho que dura un minuto se ofrecen versiones
de diversos locutores que lo narran en media hora.
»
El tiempo real del suceso puede ser transformado mediante la altera-
ción de la velocidad de grabación y de reproducción. La técnica produce
un efecto de aceleración con lo cual agudiza los sonidos y, consecuente-
mente, los infantiliza y feminiza; o, por el contrario, los ralentiza, con lo
Información en radio
desarrolle el suceso y la manera como se presente la combinación de los diversos
sistemas que entren en funcionamiento.
. Recursos de intensificación expresiva
El informador puede hacer un uso intencionado de las posibilidades expresivas
que le ofrece la técnica y los componentes sonoros. Se trata de las figuras de in-
tensificación o recursos en los que entran en funcionamiento y combinación dos o
más fragmentos sonoros pertenecientes al mismo o a distintos sistemas. Se produ-
cen tanto como efecto del montaje simultáneo de sonidos como por el de la suce-
sividad de los mismos. Se prefiere la denominación de recursos de intensificación
a la de “figuras retóricas” por asociarlas a los programas informativos radiofóni-
cos. Hay una similitud con las denominaciones utilizadas en la literatura. El tras-
vase de nomenclatura de unas ciencias a otras o de unos sistemas expresivos a
otros suele comportar riesgos. Por esta razón se intenta en todo momento delimi-
tar el sentido que se da a cada término dentro de la expresión informativa radioft
nica. Los recursos de intensificación no quedan registrados exclusivamente al
sistema sonoro oral. La originalidad de la radio radica precisamente en introducir
la combinación de los diversos sistemas y códigos sonoros: palabra con efectos,
música con palabra, efectos con música. La retórica ha adquirido en algunas co-
rrientes puramente formalistas un sentido peyorativo, de hojarasca literaria, por su
vinculación con la creación de textos muy opuestos al lenguaje común, conocido
con el nombre de “lenguaje figurado”. Cada sistema sonoro tiene individualmente
sus recursos particulares. La palabra ha logrado un elevado desarrollo plasmado
en la retórica literaria. La música con sus formas musicales. El ruido por su carác-
ter metonímico y onomatopéyico. Al integrarse todas ellas en el sistema radiofó-
nico logran una nueva modalidad que, sin hacer olvidar al oyente la totalidad del
recurso individual, le hacen dirigir su atención a un punto de intensificación al
que todos aportan parcialmente su ayuda.
Los recursos de intensificación son una técnica o un procedimiento que altera el
orden lógico del pensamiento, de la exposición fónica o introduce un sentido trasla-
ticio de las realidades de las que recoge el sonido. No se trata de juegos artificiales
o de superfluidad como a veces se ha tachado a la retórica. No es un mero adorno.
sino una vigorización de la expresividad para presentar con mayor fuerza la infor-
mación en programas que así lo permitan. Su utilización será válida y alcanzará
cotas artísticas mientras cumpla esta función (Camacho, 2007; Haye, 2004). En
caso contrario, no sólo no será un adorno vano, sino que se convertirá probable-
mente en ruido semántico. Los elementos de intensificación del lenguaje operan en
la función poética del lenguaje en el sentido que ha desarrollado Jacobson. Es una
función estética que intenta centrar la atención sobre el mensaje en su totalidad o
146
sobre alguna de s
comunicativas, sin
zado el nivel artíst
se puede juzgar d
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5.5.1. Recursos téc.
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llado Jacobson. Es una
nsaje en su totalidad o
El montaje radiofónico de la información
sobre alguna de sus partes. El interés se pone no sobre las funciones práctico-
comunicativas, sino sobre la estética. Se ha criticado a la radio por no haber alcan-
zado el nivel artístico de otros sistemas. Cada medio tiene su desarrollo propio y no
se puede juzgar desde otros prismas. Tradicionalmente cada uno de los sistemas
gue integran el lenguaje radiofónico ha logrado una depuración taxonómica de sus
secursos. Al examinarlos desde una perspectiva global informativa, hay que esta-
blecer otros criterios. Por esta razón se ofrece la siguiente clasificación:
3.5.1. Recursos técnicos
Son los que emplean la mediación técnica para producir una mayor expresividad
en los sonidos como ecos, reverberaciones, filtros, planificación de sonidos, mon-
aje, cambios de velocidad y tiempo, que ya se han examinado con anterioridad.
5.5.2, Recursos fónicos
Son los que se refieren a la manera de articular los sonidos equivalentes a los que
en las figuras literarias se denominan de dicción o de repetición. Van desde los
sistemas de entonación y su trasvase de unos programas a Otros, hasta el orden
ógico en el que deberían estar expuestos los sonidos, pasando por todo tipo de
repeticiones e imitaciones de sonidos por cualquiera de los sistemas componentes.
— Aliteración fónica. Repetición de uno o varios sonidos, como fondo de
otro escuchado en primer plano y con una cierta frecuencia rítmica. Cuan-
do persigue una finalidad imitativa de ruidos o sonidos se denomina ono-
matopeya. Debido a las características icónicas de la radio, habría que de-
cir que toda su expresión tiene un marcado carácter onomatopéyico. Pero
esta es la expresividad normal de la radio y consecuentemente no debe
considerarse como rasgo intensificador. Puede introducirse dentro de este
sistema el leit motiv de una obra, la reiteración de determinados sonidos
para concentrar la atención sobre un mens je. El eco podría considerarse
también dentro de este apartado, pero es preferible mantenerlo dentro de
los recursos técnicos.
— Anáfora. Sonido empleado al iniciar cada programa o parte de programa
para que sea reconocido fácilmente por el oyente. Entran en este recurso
las sintonías y ráfagas de identificación de un bloque.
— Epanadiplosis. Frase o bloque que empieza y finaliza con el mismo sonido
característico. Pueden considerarse como tal las cabeceras de entrada y sa-
lida de programas siempre que sean idénticas.
Información en radio
Anadiplosis. Cierre de una parte o fragmento con unos sonidos y comien-
zo con otro idéntico al fragmento siguiente.
Hipérbaton. Alteración del orden lógico de los sonidos en la secuencia,
por ejemplo, presentación primero del sonido y luego la explicación del
mismo
Asíndeton. Supresión intencionada de recursos de enlace, como los fundi-
dos, en beneficio de una realización por salto directo.
Polisíndeton. Empleo abundante de los fundidos y enlaces de sonidos co-
mo en la unión de varios discos sin que haya concluido una frase para
llamar la atención de similitud o contraste de letra o de ritmo. Siempre ha
de haber una voluntad de unión rápida de un sonido con otro u otros.
Elipsis. Supresión en el ámbito de la narración de situaciones y tiempos de
escaso interés para resaltar, por el contrario, otros intencionadamente se-
leccionados.
Comparación. Se establece la relación de semejanza entre dos sonidos O
dos realidades por su parecido fónico o de cualquier otro tipo. Existe un
sonido comparado y otro con el que se establece la comparación. Preci-
samente a éste se le denomina imagen. La comparación es el nexo de dos
realidades sonoras que se desee vincular.
Caricatura y parodia fónicas. La caricatura y parodia resaltan e intensifi-
can los rasgos fónicos más sobresalientes del habla de una persona sufi-
cientemente conocida entre los oyentes. Si no se tiene este conocimiento
previo, no se produce la parodia. Es importante no sólo para la informa-
ción impresa que la ha convertido en un género satírico, sino también pa-
ra la radio y la televisión. En televisión se resaltan fundamentalmente los
rasgos visuales de movimiento, vestimenta, representaci ica, mien-
tras que en radio se destacan los rasgos fonéticos: nasalización, tartamu-
deo, imitación de su habla característica, entonación de frases, profesión,
género que le ha popularizado. Se convierten, bien representado e imita-
do, en un auténtico espectáculo y cumplen una función de crítica humo-
rística.
Otros recursos. Existe una gama todavía más amplia, pero de la que sólo
se destacarán tres: el paralelismo o reiteración de dos o más sistemas so-
noros expresivos en paralelo, es decir, simultáneamente, como palabra y
fondo musical o palabra y ruido al que se refiere: se habla de caballos y a
la vez se introduce el sonido de fondo del galope de caballos. El retrué-
cano o repetición invertida del orden de varios sonidos de un mismo gru-
po fónico o un conjunto sonoro previamente escuchado por el oyente. Si-
lepsis o dilogía. Empleo de un conjunto sonoro con dos significados
simultáneos.
5.5.3. Recursos disc
Son los recursos ari
tar o intensificar la
razón figuras del pe
que repercuten dire
se puede seguir est
vos. Se destacan só
fónica.
— Hipérbole. ]
nión. La ra
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o en su con
peya cuand:
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— Tronía. Con
lo contrario
— Antítesis. (
contrapuest
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5.5.4. Recursos aso
El tropo es el uso «
quina de escribir €
que causa. En esta
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de una comparaci
aspectos. Para que
tos de identificació
cio de un sonido :
liante la comparación,
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bir y el sonido de me-
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netáfora permanente y
otras realidades con el
ríamos ante el recurso
ra como intensificador,
vertebral”. En radio se
s mediante la unión de
cerveza derramada en
1, mientras tanto se oye
gua...”.
1 es la creación de nue-
1 el lugar y la función
nde del contexto radio-
que se emitan.
arecen de significación
onvierta uno en contex-
ecisión del contexto de
bra “Burro”, o el ruido
cación. Necesitan un
nas componentes de la
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ción realizada exclusi-
en algunos programas,
delimitación: context
contexto particu-
función delimitadora y
El contexto de con-
su componente verba
¿ adquirir algún sentido
n si, mediante un efec-
rbal el efecto sonoro
to.
El montaje radiofónico de la información
esquila de vaca. Tal efecto introduce un fragmento que sustituye al sistema ver-
bal. En otras ocasiones el efecto o conjunto de efectos constituyen la parte fun-
damental del discurso, mientras que el sistema verbal efectúa una aclaración, una
concreción. Ejemplo: efecto de ocho señales horarias seguido de la voz del locu-
tor: “A esta hora: ¡¡noticias!!” El sintagma “a esta hora” tiene un sentido deíctico
parcialmente redundante, puesto que la hora queda indicada por las campana-
das. Otra relación puede ser la de cambio de significación al usar una música bur-
ona como fondo de una frase pronunciada con gran seriedad. Los ejemplos de las
funciones surgidas por el contexto sonoro radiofónico pueden multiplicarse al
máximo.
Los sistemas fónicos componentes de la expresión radiofónica no necesitan la
constitución concreta y completa de todos sus elementos, pues pueden ser com-
pletados, explicitados, contrapuestos o ironizados por la presencia fragmentada de
otros componentes.
Existe además el contexto situacional de la emisión, clase de emisora, país,
estación temporal, entorno social, político, cultural. Está determinado por la si-
tuación concreta de cada uno de los momentos de la emisión. Se requiere el con-
xto comunicativo entre emisor y oyente para que lo dicho adquiera plena signi-
icación.
3.7. Usos informativos del montaje
Por todas estas circunstancias el montaje es empleado tanto para las funciones
expresivas, como para las manipulaciones tendenciosamente intencionadas que
adulteran el mensaje y engañan al oyente. De este modo puede hablarse del mon-
taje como deformación, mentira e invención de la realidad. Los propagandistas
nazis, en sus informes del frente de la guerra que recontaban las hazañas de las
fuerzas armadas, utilizaron el montaje en este sentido. “De hecho eran montajes,
mágenes sonoras -comenta Julien Hale- que se colocaban juntas en el estudio.
Aunque los informes de los corresponsales procedían del frente y algunos de los
efectos sonoros eran registrados en la misma ocasión, el programa era producido -
manipulado- con un ojo puesto en el mismo efecto dramático” (1979: 34). Más
adelante añade el propio Hale: “La BBC estuvo tentada de hacer lo mismo en el
desembarco de Normandía, sin embargo, optó por no hacer más que el montaje
del material recogido sobre el terreno” (1979: 34). El montaje era usado para
frecer dos concepciones diferentes de la información a los oyentes. La nazi, con-
cebida como propaganda de sus triunfos y ocultación de las derrotas. La de la
BBC, como informadora de las propias derrotas y de los triunfos. La nazi llegó un
momento en que empezó a perder credibilidad. La de la BBC afianzó su credibili-
dad. Fue un efecto a largo plazo, pero más seguro y eficaz que el nazi. Era la do-
Información en radio
ble dimensión del uso del montaje: como relieve expresivo de la verdad o como
falsificación de sonidos. La alteración, repetición o modificación puede implicar
cambios en la significación y en la funcionalidad. Como resultado del montaje se
establecen unas estructuras narrativas determinadas. Hay contenidos que admiten
una plena libertad de creación imaginaria para transmitir ideas y sensaciones y en
consecuencia el uso de los múltiples recursos retóricos, así como de diversidad de
tratamientos narrativos. La información, por el contrario, requiere que el uso de
los mismos sea acorde con sus principios y exigencias.
5.8. Continuidad y supermontaje informativo
La radio adapta y adecua su lenguaje a las exigencias propias de cada mensaje.
Pero por encima de estas peculiaridades específicas existen otros tratamientos
compartidos y generalizados que constituyen la narrativa general de la informa-
ción y de la programación informativa. La radio, lo mismo que la televisión, sitúa
los textos en una dimensión superior: en la continuidad programática que somete
los programas a nuevas configuraciones estructurales.
El trabajo de continuidad o de emisión, desarrollado por un locutor, un reali-
zador, un jefe de emisión o por el responsable final de la emisora, no es un mero
mecanismo para difundir un programa detrás de otro, sino para conseguir un rela-
to continuo, o de secuencialidad de emisión.
Pero además desde el estudio de continuidad se efectúan otras funciones, co-
mo la de reajustes de programas. Si uno se queda corto, y provoca un tiempo
muerto, en la emisión habrá que incorporar unos minutos de otro contenido, gene-
ralmente de música instrumental. También hay tiempos de publicidad dentro de la
estructura interna de un programa o entre unos programas y otros, como bloques
con entidad propia que deben intercalarse en la emisión. O momentos de auto-
promoción para despertar el interés del oyente sobre determinados programas y
anunciarle la hora de emisión exacta. En las transmisiones en directo el control de
continuidad está atento a las posibles interrupciones por cualquier problema para
restablecer la comunicación con el oyente; se le piden disculpas, se introducen
unos fragmentos musicales, se da el indicativo de la emisora.
Bastantes de las intervenciones del control de continuidad están previstas en
la programación. Su función es ejecutarlas con precisión. Es el punto final que la
emisora se reserva como última fase tal como se analizaba en un capítulo anterior
al hablar de los niveles de mediación profesional. Cada programa, grabado o en
directo, tiene entidad particular, pero se somete al flujo de la continuidad progra-
mática para adquirir la dimensión significativa que la emisora quiere darle defini-
tivamente junto a los demás programas u otras intervenciones de la emisora: pu-
blicidad, autopromoción, señales horarias, indicativos.
En el 1
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es de la emisora: pu-
El montaje radiofónico de la información
En el momento de la emisión se crea un “supermoñtaje” mediante la ordena-
ción, combinación de programas, fijación de horarios y por la relación que con-
traen unos programas con otros de manera similar a como se efectúa dentro de un
programa entre unas partes, secuencias o secciones y otras. De este modo la pro-
mación y su posterior emisión se convierten en el más genuino sistema expre-
vo de las emisoras de radio. Es en ellas en las que plasman y desarrollan éstas
sus ideologías e intereses.
La radio infunde a su programación un sentido de actualidad al efectuar las
emisiones, la narrativa de la programación, en directo, aunque el programa como
tal lleve unos días elaborado. Esta actualidad adquiere una temporalidad riguro-
samente presente. En el mismo instante en que el emisor difunde la programación,
el receptor efectúa la descodificación. Tal presencialidad simultánea de emisor y
receptor impone como primera consecuencia una actualización permanente de lo
que vaya exponiendo. La radio, en sentido estricto, no tiene hora de cierre. Actua-
liza la información hasta ofrecer los últimos datos, los que se están generando en
el instante mismo en que se van a emitir. Y si llega una noticia urgente en un
momento en que se emite cualquier otro programa no noticiario, o no informativo
en general, se interrumpe la emisión para dar en forma de avance un flash infor-
mativo. Por esta razón la radio, más que ningún otro medio, incluida la televisión,
ha establecido una narración programática más ágil y rápida. Está abierta en todo
momento a cualquier eventualidad informativa. La radio propone una programa-
ción de la información de actualidad intermitente a lo largo de su emisión. Estruc-
tura e interrumpe periódicamente la programación de otros contenidos para ofre-
cer el boletín informativo horario en el que se aporten los últimos datos conocidos
sobre los hechos.
Es una programación en continuidad, in fieri. Una programación-río que se
abre camino por la impetuosidad del devenir y del acontecer. Más que una divi-
sión por programas o bloques, lo que se va produciendo es una adaptación a las
diversas situaciones por las que va pasando la audiencia a lo largo del día, espe-
cialmente en aquellas horas que suponen un cambio más radical como es la de
despertarse, acostarse, ir al trabajo o de viaje. El hilo conductor de la continui-
dad es precisamente la información de actualidad que va generando la propia
sociedad.
El género que más se pliega y que mejor plasma estas innovaciones es el ma-
gazine, un género que permite pasar de un tema a otro por muy divergente que sea
sin sobresaltos ni exabruptos por la intervención del presentador, que les da una
cierta unidad y continuidad de tratamiento o por el mismo encadenamiento de los
hechos del día. En la continuidad programática los contenidos cambian con rapi-
dez: del programa musical se pasa a la información; del noticiario, a la publici-
dad. Esto provoca una narrativa confusa. En la memoria auditiva del oyente se
mezclan ficción y realidad, lo imaginado y lo captado de la realidad noticiable.