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Orientación Universidad
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filosofía moral, grado humanidades, conceptos, Ejercicios de Filosofía del Derecho

Asignatura: Filosofia del derecho, Profesor: raquel lopez jimenez, Carrera: Derecho, Universidad: UC3M

Tipo: Ejercicios

2017/2018

Subido el 22/06/2018

palomabm
palomabm 🇪🇸

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¡Descarga filosofía moral, grado humanidades, conceptos y más Ejercicios en PDF de Filosofía del Derecho solo en Docsity! FILOSOFÍA MORAL 24.01.2018 MAGISTRAL VER VÍDEO PASA LISTA Hacer una memoria general que comprenda la crónica de la marcha del seminario. Estructura de crónica, 25 páginas, de lo que se ha ido viendo en cada sesión. Levantando acta, de manera notarial, o de forma más ambiciosa (algo más libre). Unas 2-3 páginas por sesión. No tienen por qué entrar las sesiones hasta el día 14 de febrero, a partir de ese día entra. El trabajo acerca de uno de los conceptos es voluntario. Iconografía del ¿? Retórica de Aristóteles LISTA DE CONCEPTOS: Lista de una teoría del mal, y no de una teoría del bien El carácter (31 de enero) La ceguera (7 de febrero) La cobardía (14 de febrero) La comedia (o la tragedia) (21 de febrero) El desafío (28 de febrero) El ensayo (7 de marzo) La justicia (o la injusticia) (14 de marzo) La materia (o la forma) (21 de marzo) La pequeñez (o la grandeza) (4 de abril) La tiranía (11 de abril) El trabajo (18 de abril) La violencia (25 de abril) Examen final: desarrollar tres temas de una lista de cuatro o cinco (ya se determinará) Idea de una ciencia del bien y del mal, o del mal y del bien, cuyo origen aparece ya en el libro del Génesis. Dos comienzos que nos hablan del inicio de la filosofía: uno de la ingesta del fruto prohibido, otro, Tales de Mileto, dos aparentemente que nada de relación tienen, nada tienen que ver. Inicio de nuestras nociones del mal y del bien está e la mezcla de las dos tradiciones, probablemente no de uno ni del otro. Relato bíblico: Yahvé colocó el árbol de la vida y el de la ciencia del bien y del mal (o el árbol del conocimiento del bien y del mal), del que prohibió comer. El demonio en forma de serpiente sedujo a Eva, que sedujo a Adán y probaron el fruto. Al probar el fruto, desencadenarse la caída, qué ocurre? Adquieren nuestros padres la ciencia del bien y del mal? Así parece. Esa ciencia del bien y del mal, es incompatible con la felicidad, con el estado de gracia. La gran Caída que supuso caer en la prohibición divina. La Grecia de Tales de Mileto: muy pocos los testimonios que se tienen sobre él. No quedan textos directos de este autor, todos los testimonios son indirectos, y se reducen a algunas citas y anécdotas históricas. Convendría destacar en primer lugar que hay una caída, del mismo modo que en la Biblia. Hay una caída, pero de un signo muy distintos al de la Biblia. Tales, por la noche, paseaba distraído por sus terrenos, disfrutando las estrellas sin reparar en la acequia, en la que cae y origina la risa y mofa de su esclava, un hombre tan sabia que sin embargo no es capaz de evitar la más ridícula de las caídas. Risa malsana de ella al ver caer a Tales en la acequia. La caída de Tales tiene que ver con el conocimiento (caída cómica) de modo similar que lo tiene la caída bíblica (caída trágica). Tales: hay alguien que se ríe del sabio, que se ríe del conocimientos, y por cierto es una mujer, y por cierto es una esclava. En el caso bíblico es una mujer también la causante de la caída directa del varón. Buscar texto de San Agustín de Hipona: El mal está en la transgresión misma. El fruto no es malo. Dios encontró placer en crear un mundo con prohibiciones. Para que se dé la virtud de la obediencia, tiene que haber prohibiciones. La obediencia es una virtud, que Dios quiso crear. La obediencia es una de las manifestaciones primarias del bien. Y ara que haya obediencias, tiene que haber prohibiciones. Saber qué es bien viene del discernimiento entre el bien y el mal; y saber lo que está bien es saber lo que está mal. La vergüenza es una pasión que mucho tiene que ver con el ocultamiento. “Tierra trágame”. REDUCIDA Conflicto fundacional entre filosofía y retórica, la filosofía nace como contrapunto de la retórica. 25 Estas tres funciones del lenguaje son fundamentales en nuestras relaciones. Eso que llamamos moral y ética habría sido imposible sin la retórica demostrativa. Lo que Aristóteles llama virtud es eso, lo que hace a alguien elogiable. Para elogiar a alguien hay que hablar de sus virtudes. Sin virtudes no hay elogio. Encontramos un conjunto profundamente coherente. Deliberar sobre el pasado es algo absolutamente absurdo. Estas tres funciones constituyen un conjunto verdaderamente coherente, que casi casi se refiere a las funciones que el lenguaje humano tiene. Se esfuerza en negar a reducir un tipo de discurso a los otros dos. No se pueden mezclar, no se pueden integrar el uno en el otro. Se emplea o uno de los géneros o el otro, pero no se pueden emplear dos a la vez. Aristóteles lo que está haciendo es abrir la posibilidad de un lenguaje que vitupere, que elogie, sin condenar, y que al tiempo elogie sin consecuencias judiciales directas, que se queda en la mera palabra y en las meras creencias de quien está oyendo aquello. Cabe vituperio sin acusación y acusación sin vituperio. El elogio y el vituperio se quedan en el discurso mismo. Me expongo a ser refutado en mi vituperio, pero como el elogio, este se sitúa fuera del ámbito del juicio. 31.01.2018 NO FUI MAGISTRAL NI REDUCIDA 07.02.2018 MAGISTRAL Proporciona un mejor conocimiento y muchas diferencias. Esto es lo que más ha llamado al atención de los lectores. Es un sentido auxiliar al conocimiento y de modo mucho mejor que gusto, tacto… Dada la estructura fisiológica humana la vista capta más diferencias que otros sentidos, la vista es mucho más fina, refinada, aguda, refianda a la hora de discernir diferencias que otros sentidos, y de ahí la superioridad de la vista. A raíz de este juicio favorable es sensillo deducir el carácter positivio qur tendrá la ida contemplativa, que será superior que la vida activa. Parece un eco, secuela, de la superioridad del ojo respecto del resto de órganos y sentidos; imperio visual que se aprecia en el valor de la vida contemplativa. Aristóteles, que se refiere sobre todo al conocimiento y a la captación de diferencias, al discernimiento, la deja como algo que no necesita explicación por puro obvio, no le da explicación. La vista es superior no solo en relación con la actuación, con la vida activa, sino también en relación con la vida contemplativa, cuando no se hace nada. ¿Cuál es el significado de la vista para la praxis? ¿Cuál es el significado de la vista para la vida activa? Qué sentido, qué papel tiene? ¿Por qué el ojo es superior a los otros sentidos en la actuación? Para qué sirve el ojo a la hora de actuar? Hay una manera sencilla de entenderlo, pero parece que no puede ser tan trivial; el sentido práctico de la vista, la eficacia práctica en el sentido más trivial. ¿Es esto lo que Aristóteles quiere decir? Quizas nuestro objetivo debería ser el sacarle algo más de sentido, tal vez Aristóteles no se refiere a algo tan sencillo como esto. Lo que Aristóteles entiende por praxis, que se opone a la poiesis, a la mera fabricación de objetos, la fabricación que tiene por objetivo crear objetos sensibles (como un zapatero, un escultor o un pintor). Aristótele son está hablando de sto, está hablando de la praxis, de la acción consistente en producir objetos o resultados inmateriales, que es lo mismo que producir objetos o resultado invisibles. La praxis por excelencia es la del político, la del ciudadano libre que interviene en el ágora para deliberar sobre los asuntos de la ciudad, no deja ningún resultado rangible ni visible, es la acción de lo invisible, se dan la mano. Lo que Aristóteles dice es que el ojo, el sentido de la vista es decisivo para lo que se ve y para lo que no se vé, para las acciones que no consisten en producir unos zapatos, sino en producir una buena decisión, elección, juicio sobre algo. Para eso es necesario también una clase de visión, pero cuál? No es una cuestión sencilla. Para la acción esnecesario ver las cosas de una determinada manera, dirá Aristóteles. Está pensando, inevitablemente, en la capacidad de discernimiento que el sentido de la vista tiene, la captaciónd e diferencias por parte del ojo. Hay también una captación de diferencias a la hora de hacer y por tanto producir objetos invisibles. Quien es digno de elogio por sus actuaciones no solo lo es por aquello que ha hecho, que ha llevao a cabo, sino también en cierto mono por la visión que lo ha llevado a actuar de cierta manera, qué es lo que ese actor ha visto, ha advertido, quizá en un sentido figurado del verbo, para elegir una acción y no otra. No se trata de nada aquí que tenga que ver con la vida contemplativa. El contemplativo es alguien que, en estado de quietud, se dedica a mirar las cosas. Aquí no se trata de la contemplación de lo necesaria, por antonomasia el movimiento de los astros. El hombre práctico no mira al cielo, mira más bien a la tierra y alos semejantes para actuar en medio de ellos. Tiene que descubirr en cada caso lo que hay que hacer, en virtud de 25 esa capacidad, de esa prudencia, de esa capacidad que se tiene de saber lo que hay que hacer y saber lo que hay que evitar hacer. Idnetificar lo que hay que hacer en cada caso, en cada situación concreta. Capacidad en cada caso concreto de lo que se debe hacer. Ocasional y singular este saber. Esto que interesa justamente aquí y justamente ahora.El que sabe acertar con lo singular de aquí y de ahora. Buenas decisiones acompañadas del hábito o del conjunto de hábitos correspondiente. Es el saber de lo contingente, lo singular, lo que puede ser de otra manera. Esa es la visión de la praxis, lo que el hombre acierta a ver en cada caso, la agudeza visual del hombre prácito. El hombre prácto, el prudente, al que no le han pasado inadvertidos ciertos detalles irrelevantes para la acción. Fíjemonos en el verbo “apreciar” o en ciertos sentidos particulares de dicho verbo. “Apreciar” parce que es, en primera instancia, un verbo apreciativo de algo o de alguien, proporcionar una estimación favorable. Verbo en este sentido “moral”, de elogio. Sin embargo, hay un sentido de este verbo que parece que ilustra mucho el se tido de apreciar en todos sus preceptos, relacionado con la vista; apreciar algo visuamente es haber logrado identificar cierto objeto de visión que quizás a primera vista ha pasado inadvertido. Es un rasgo interesante. Quien toma decisiones es alguien que puede equivocare ciertamente. Al fronimos “le parece esto”, hace un juicio acerca de lo que hacerse, o acerca de lo que ve. Lo aprecia con toda la familiaridad de lo que no se ve con una claridad total. Ve entre brumas, no es una visión plenamente clara, es una visión defectuosa, tentativa en muchísimos aspectos. Es un ver de los detalles, es un ver de `pequeñois objetos, que además pueden ser huidizos. La vida contemplativa es en relaciñon con lo que permanece igual. Contemplar requiere cierta constancia del objeto, se deleita con lo contemplado, y no se retira cuando el contemplador retira la vista a otro lado. Esto no ocurre al phrónimos, al hombre práctico, quien no hará nada al contemplar, no mira para deleleitarse con lo admirado, mira para tomar decisiones, y tomar deciosones suele requerir de cierta urgencia. El arte de la visión es unarte temporal. Kairós es la ocasión, la oportunidad, el momento propicio. Oposici´pn entre kairós y cronos, el tiempo cronológico, el tiempo continuo, con todos Objetos de visión que si se deja pasar el momento correspondiente, ya no se ven, y dejan pasar el momento acertado. quietas al menos un poco de tiempo. Por el contrario el curioso va multiplicando él mismo la fugacidad, porque disfruta mórbidamente con ello, se aburre y querrá torcer la cabeza hacia otro lado. Mientras haya tiempo habrá ceguera en relación a dios. Libro Tiresias de Nicole Loraux, tiene que ver con Tiresias, que queda ciego por ver a Atenea desnuda. Tiresias, al tiempo posee unos dones de clarividencia asombrosos, precisamente por ser ciego logra ese don de previsión del futuro. Tiresias sería el gran ciego de la antigüedad, si no fuera porque el propio homero es representado como ciego. Kant nos dice que somos moralmente ciegos, que obramos a ciegas respecto de la acción. Que si hemos obrado en virtud d elo que teníamos que obrar o si hemos obrado en virtud de la conveniencia, la pereza o el afán de lucro o el móvil que corresponda. Lo que no vemos es lo que menos importa, pero es algo estructural. Podría concluirse que lo realemtne relevante para Kant e sla ceguera. La ceguera y el reconocimiento de la propia ceguera. El considerarnos lúcidos y presumir de buena vista en sentido moral es la fuente de todos los errores, de la soberbia. Para Kant somos ciegos que deberíamos ser cosncientes de ello y apreciarla como tal, apreciar esta ceguera y ser humildes y conscientes de ellas. Somos ciegos morales para Kant. Comprender el detalle en su carácter mínimo. Historia de la vista en ocidente. El sentido de la vista no triunfa en el sentido de su plenitud, muchas veces la plenitud del sentido de la vista es su restricción, la que corresponde a la ceguera; el mejor ver es el mejor no ver. Carta de Diderot sobre la vista, leerla. REDUCIDA En la retórica de Aristóteles no se menciona a Platón explícitamente, pero está todo el tiempo presente. Pasaje del Fedro donde se lleva a cabo la condena platónica de la escritura. Aparecen apreciaciones a la escritura que hacen más preciada la retórica. Platón condena la escritura. Hay una contradicción, que a veces trata de salvarse de un modo un tanto ingenioso, pero que quizá no alcancé a ninguna conclusión. Platón no está condenando la escritura, en realidad es Sócrates, quien no escribió nada en su vida. Ciertamente Platón hace suyas las consideraciones de Sócrates. 25 Platón condena la escritura escribiendo, ya que no hay otra forma de hacerlo para que se transmita esa crítica. Seguramente Platón era trágicamente consciente de este hecho. Demostración de que el pensamiento se enreda en cuanto se despista un poco. La incoherencia se pone de manifiesto en carne viva y con toda claridad. Pero en otros aspectos, no por ello deja de existir. La retórica deja de ser un arte de hablar para pasar a ser un arte de escribir en el renacimiento europeo, donde pasará a ser un arte de la palabra escrita, y no la hablada. Platón no sabía que esto pasaría cuando escribía su Fedro. Estamos en la páginas finales del diálogo. Se ha proporcionado un crítica radicalísima de la escritura. Se ha llevado a cabo una presentación del contenido del arte de la dialéctica como opuesta a la retórica. En el Fedro la dialéctica es una alternativa a la retórica, donde la dialéctica es la mejor. Fedro diálogo complejo desde el punto de vista estructural. Composición literaria particularmente afortunada. Es la obra de un escritor, de un modo contrario a lo que será la retórica de Aristóteles. Puede corresponder a lo que serían notas de clase. El Fedro es una verdadera obra de escritura, de ahí la paradoja. Se trata de una obra muy elaborada, incluso podríamos decir calculada al detalle en muchos de sus casos. Phármakon es cierta sustancia que se ingiere con propósitos curativos pero que, al mismo tiempo, puede envenenar. Lo esencial es la posibilidad de producir efectos peligrosamente opuestos. Los jóvenes habéis perdido las buenas costumbres de los antiguos, en el sentido de la pérdida de la ingenuidad. Las palabras por sí mismas no quieren decir nada. Dependerán del contexto en el que hayan sido dichas. Las palabras no valen por sí mismas. Las palabras han dejado de ser de todos, han dejado de ser impersonales y han pasado a ser personales, como un anillo o unas sandalias. Ahora resulta que la ingenuidad pasa a ser patrimonio de quien confía en la escritura. Cree que las palabras escritas son algo más que un recordatorio, que un mero apunte que se lleva a cabo para evitar que en un momento dado uno tenga un lapsus de memoria y no salga airoso de cierta prueba que se le va a imponer. Teniendo algo como la escritura, para qué queremos el derecho? Teniendo escritura, las ideas ya no nos hacen falta, porque es un sucedáneo de la eternidad. Todo lenguaje será escritura para Derrida. Esto será algo que Platón no podría admitir de ninguna manera. Lo que no está en el fluido del tiempo es la palabra hablada de la retórica. El retórico es un impostor que nos hace creer que está hablando cuando en realidad está repitiendo lo que ya se ha dicho. Las palabras parecen autosuficientes, pero a la hora de la verdad no lo son. La palabra escrita es una palabra huérfana en la mayor parte de los contextos y, por tanto, peligrosa. Hay aquí argumentos puramente elitistas, aunque dotados de cierta sensatez. Las puede tomar en sus manos cualquiera. El objetivo que se busca y que se usa es un adjetivo, “deinós”, que quiere decir algo así como “asombroso”, algo que en castellano puede referirse a algo sorprendentemente bueno o sorprendentemente malo. Para nosotros lo espantoso es algo malo, cuando, en la época de Cervantes, era algo ambiguo, bipolar, que podía ser bueno o malo. “deinós” es algo asombroso, espantoso, tremendo, con su ambigüedad sin resolver. Quiere decir también hábil. El hombre hábil es el deinós. Para Aristóteles la escritura es cosa del “deinós”, algo muy espabilado, muy ingenioso, muy mañoso. Como el pájaro que picoteaba el cuadro, de la misma manera puede decirse que picamos en la retórica, en el “deinós”. Tanto la retórica como la escritura son ambiguas y son ambivalentes. Están el mal y el bien confundidos. Tópico antiguo sobre la lengua misma como lo peor y lo mejor. 14.02.2018 MAGISTRAL Andreia es una de las virtudes del carácter del valiente. Muchas veces es algo que s epone de manifiesto en un único acto, acontecimiento del valiente. La virtud exige hábito, habituación. Una golondrian no hace la primavera. Sin embargo aprece que a veces una golondrina sí hace la primavera, que la valentía sí puede llegar a través de un único acto de valentía, que un solo acto puede ser constitutivo de la valentía. El valiente no es un insensato. El valiente tiene temor por ciertas cosas. El valiente no se engala respecto a la concepción temible de las cosas. No vence al temor en cualquier circunstanica, sino cuando debe y como debe, si no sería un temerario. El valiente sabe discernir las condiciones adecuadas. Esta es la capacidad de discernimiento que todo virtuoso tiene, acertar con el detalle, con el momento fugaz. El valiente se da cuenta d que es aquí y ahora cuando debe vencer su temor. Puede ver lo específico, lo particular, de unas circunstancias que aconsejan cierta acción respecto de algo que se teme. El valiente 25 sobre ningún objeto específico. Es tan amplia y universal que se la define como “sea retórica la facultad” La retórica es una dínamis, una teécne. Dinamis, facultad, Capacidad o potencia de considerar en cada caso lo que cabe para persuadir. La retórica es un arte o una técnica. Carácter práctico. Una tecne o un arte es una cierta capacidad de hacer cosas. Arte y teoría son meramente distintas. Poner la vista fija y no hacer nada, salvo contemplar. Si la retórica es una teorización parece que su condición de tecne queda en tela de juicio. Es una capacidad o facultad de teorizar. Es un arte de lo particular. Pero si es un arte de lo particular, entonces no es una teoría. Peithô que quiere decir persuadir. Pistis. Teorizar en cada caso lo persuasivo, lo que sirve en cada caso para persuadir. Pero, qué es persudir o convencer? Qué es convencer a alguien de algo? Qué es persudir a alguien de algo? Uno de los sentidos que esta palabra tiene es el de “creencia”, lo que uno cree o lo que uno se cree. Mi pistis es lo que yo me creo, lo que creo sobre las cosas, en ese sentido de creerse algo porque a uno se lo han dicho y ha confiado en ello. Persuadir a alguien de algo es tomar a alguien en su creencia. La persuasión se manifiesta en esa mudanza. Lo que hace quien convence a otro es mudar esa opinión o creencia. Lo persuasor por así decirlo, o lo convincente. Teorizar lo convincente en cada caso. Lo en cada caso convincente. Es la capacidad de pensar sobre lo convincente. Lo que hace que yo me crea algo que me dicen. El uso reflexivo del verbo creer en castellano tiene una noción evidente de haber sido engañado, de habérselo puesto demasiado fácil a quien te ha contado cierta cosa. Dar crédito a alguien. Es dar crédito a alguien en relación con algo. Con todo esto, todavía se pueden ir casando un poco las piezas, resultándonos una definicón de la retórica no muy elaborada pero que puede resultar aceptable. Considera en cada caso lo que es convincente. Parece que será la capacidad de manejarse bien en esos contextos. Parece sencillo, se trata de adquirir un arte, una capacidad de persuadir, lo contrario en todo caso a lo convincente. Desde luego hablar de teorizar implica tomar una distancia sobre las cosas. Si la retórica es un “teorizar” entonces ya no es un creerse, ya no es un dejarse persuadir. Aquí Aristóteles probablemente esté metido en una contradicción. Quiere enseñar a la gente a elaborar discursos, salir de sus clases siendo un buen orador, este es un propósito de Aristóteles. Hay un propósito de tomar distancia frente a la retórica y contemplarla. Aristótles por un lado quiere ensear a hablar en público y a entender lo que está pasando cuando uno está hablando en púbico. No tienen que coincidir la una con la otra. Esa teoría es la tarea de una técne o de un ars. En qué quedamos, es teoría o es un arte? Está siendo profundamente ambiguo. Voy a enseñar un arte pero también una teoría, voy a enseñar a analizar lo que está contando el que habla en público. Ya con eso habremos adquirido conocimientos suficientes para hablar en público. Es una respuesta demasiado fácil quizás. El lector no sabe con claridad qué se trae entre manos. Esta ambigüedad está aquí y parece que sea irresoluble. La retórica versa sobre cualquier cosa dada. Va a acabar sabiendo sobre los discursos mismos o su elaboración? Se trata de un conocimiento teórico o de un conocimiento técnico? Eta pregunta se mantiene abierta y no se va a responder a ella en ningún caso y en ninguna circunstancia. Nos tenemos que quedar en ella como una cuestión abierta. En particular los procedimientos retoricos para convencer a alguien de algo. Todo esto es la pistis. Es una metonimia endiablada, y no deja de resultar llamativo. La retórica no puede abandonar el terreno de los tropos. De las pistis unas son con arte y otras son sin arte. La tortura parece tener un carácter retórico. Alguien puede conversece de algo por un testimonio obtenido a través de la tortura. Lo importante es demostrar que la tortura pruebacosas que necesitan ser probadas. Se tiene duda sobre la verdad de cierto hecho, y se pregunta al acusado. La tortura logra efectos parecidos a los de un uen discurso retórico. La tortura no se ejecuta mediante el arte retórico. Algo puede ser convincente sin ser resultado de la retórica, incluso del lenguaje. Los símbolos, en el sentido semiótico, nacen del indicio. En la retórica sucede algo muy semejante. El orador muy sofisticado no hace nada distinto respecto de lo que hace el humo del fuego, o el torturador del torturado. Hay una especie de retórica natural, incluso prehumana. Es el arte de la palabr, eso sí, cuando es arte. Pero a veces se puede llevar a cabo la pistis de manera extraartística. Habría entonces una especie de nivel básico, oprginario o primitivo para el cual usar la 25 palabra retórica parece excesivo. Hay una especie de protoretórica que parece que está poresente en la naturaleza misma. Esto Aristóteles no lo dice, pero lo sugiere a partir de pruebas que se llevan a cabo sin arte. Elabiración técnica o artística de eso que la naturaleza por sí misma produce. Es la aplabra la que persuade, la que produce pistis. Unas de las virtudes de la retñorica es aquella que hace a las gentes capaz de defender los contrarios. Gracias a la retórica uno aprende a defender algo y su contrario. Esto puede ser útil para muchas cosas, como ganar dinero. Pero qué sentido tiene defender una cosa y su contraria si es filosóficamente defendible? La verdad estará tan solo en una de las dos partes. La retórica no tendría que conducir a negar el principio abominable. No se trata de dfender una cosa y su contraria. Es útil en orden a la verdad, para hallar la verdad, para lo cual es necesario desarrollar ambos argumentos, de un lado y de otro. Aristóteles parece estar hablando desde un punto de vista muy práctico y muy utilitario. Qué ocurre? Que no es lícito defenderse? Que si no te atacan, tienes que atacar? Que si te atacan no puedes defenderte? Aristóteles lanza un dardo contra Platón sin mencionarlo, pues Platón dice que es mejor ser atacado que errar moralmente. Te puedes defender pegando puñetazos, pero no te puedes defender con la palabra porque ese es un uso inadecuado del lenguaje y la razón’ Parece que usar las palabras en beneficio propio es, precisamente, la retórica. Acaso no puedo manipular las cosas en beneficio mio si estoy siendo atacado? La respuesta de ese uso defensivo parece ser que sí. Puedo defenderme de forma justa e injusta. Pero en el mismo nivel en el que se afirman. A ver si al final la retórica va a ser el arte de la fuerza de las palabras, cosa que Aristóteles no dice. La retórica es el arte de valerse de la fuerza que tienen las palabras y al mismo tiempo la teoría que exmina la fuerza que las palabras tiene. Ambigüedad de la que, seguramente, no quepa salir. Hay una oposición entre fuerza y palabra o razón que está en la raíz misma de muchos supuestos filosóficos y no filosóficos, esa célebre oposición entre lo que es “logo” y “ergo”, lo que es de palabra y lo que es de obra. Lo que se conoció como “cosas” y “palabras”. Palabras y hechos. Lo que las palabras tiene de cosa, de objeto físico. Con palabras se pueden hacer cosas que también se pueden hacer con los puños, porque las palabras tienen fuerza. Persuadirse de algo qué otra cosa es que ceder a la fuerza de las palabras. Las palabras correspondientes tienen fuerza para doblegar. He sido convencido por la fuerza, literalmente. Puedo ser convencido por la tortura, pero claro, eso ya no tiene ninguna validez. éxitos de los otros son un reproche de lo que nosotros mismos no hemos podido lograr. La anulación impulsa a la otra persona a conseguir los méritos por sus propios medios. Tiene relación con la envidia. Dice Aristóteles, “cuidado con la humanidad, porque la mayoría de la gente es mala”. Se suscita acerca del conjunto de la retórica la cuestión de si todo lo que Aristóteles señala son palabras, tesis propias o si son la opinión y el sentir general. La retórica sería una especie de repertorio de saberes socialmente aceptados. En algunos momentos de la obra de Aristóteles aparecen refranes o proverbios que él se apropia, sin necesidad de decir si explícitamente está o no está de acuerdo. Pasiones son acontecimientos que ocurren en el alma sin que el alma haya hecho que pasen. Sí, las pasiones son pasivas, aceptémoslo al menos como marco general. Pero claro, no son como enfermedades que, de repente, uno padezca. No, una pasión no es una enfermedad, no tiene el grado de pasividad que tiene una enfermedad. Uno sufre ira, compasión, miedo. El orador es capaz de provocar las pasiones. El orador es el agente activo de esas pasiones, puede provocarlas. Ello no invalida que el miedo, ira, odio que yo experimento, sufro o padezco, me lo provoca otro al que estoy oyendo, y que, gracias a unas ares muy expertas, sabe desencadenar las pasiones. Según esto, las pasiones siguen siendo activas. No son simples accidentes que, de repente, ocurren, sino que obedecen al planteamiento de alguien que las desencadena por medio de la palabra. No es un contexto pasivo, sino activo. Parece que ciertas pasiones no se tiene, no sea que se actúe de cierta manera. Uno padece ira, sufre ira, pero al mismo tiempo colabora en ese sufrimiento, en ese padecimiento, aunque solo sea con esos juicios sobre la justicia o la injusticia. En algunas pasiones, como amor y odio, resulta extraño o artificioso decir que son pasivas. Que el odio sea pasivo es algo profundamente problemático. Al principio el odio es querido, deliberado. Y luego, el odio que inicialmente fue activo, se le acaba yendo de las manos aun. Ciertas manifestaciones de ese odio parece que a veces son descontroladas, se va de las manos. Mucho cuidado, pues, con el carácter pasivo de las pasiones. Es muy fácil engañarse y despistarse sobre sus implicaciones. Probablemente 25 ninguna de las pasiones que menciona Aristóteles sean pasivas, un evento sobrevenido al que uno es arrastrado por un orador que lo persuade de ello. Probablemente ninguno desencadena una pasión sin poner algo de su parte. La oposición entre lo activo y lo pasivo puede verse con claridad en e ámbito de las relaciones sexuales y, en concreto, las homosexuales masculinas. En una cultura en la que lo activo y lo pasivo se definen de forma tan clara, caen en el riesgo de meter todas las actividades y pasiones del hombre en uno u otro lado. El esclavo de actúa, del esclavo sería improcedente en la mayor parte de las ocasiones hablar. Si hay acontecimientos claramente activos (como las actividades del hombre), tiene que rellenarse el espacio de las pasivas, y ahí es donde se meten la pasiones. Obsesión obsesiva por clasificar las cosas en uno u otro lado. ¿De verdad estamos eligiendo lo que hacemos? ¿De verdad tenemos esa capacidad de escoger? Lo pasivo está metido en la acción de lleno. Ánimo, valor, confianza o autoconfianza. La emulación es la envidia sana. Solemos llamar indignación a una especie de ira templada. La ira es mala y la indignación es buena, es digna de elogio. Encolerizarse, la mayor parte de las veces, ciega a quien la padece, y por tanto no es elogio. La indignación se suele asociar, más bien, con el pensamiento. En la tragedia lo que se suscita es la compasión y el temor de los espectadores, que han sido purgados, reducidos a lo tolerable. El espectador de tragedias se compadece y atemoriza. El poeta no lo hace de verdad, del todo, son purgado; el orador, en cambio, si infunde compasión y temor de verdad. Se experimenta ira cuando se sufre un desprecio injusto, uno mismo u otro al que se ve. Para que haya compasión tiene que haber proximidad, tiene que identificarse hasta cierto punto con la persona correspondiente. Así pues, hay compasión cuando alguien sufre un mal que no ha merecido. Daño no merecido por alguien próximo. Nemesân, nemesis, que es la justa venganza entre las cosas. La pasión es, por tanto, sensible a la justicia, y es (cómo no iba a serlo) sensible a la fortuna. Con esto cerramos el ciclo de la justicia y la injusticia. 21.03.2018 Materialismo histórico sería la tesis contraria a la cual la historia está regida por las ideas. Se´ria la negación de eso y la afirmación, pro tanto, de que hay fuerzas en la historia que se escaan totalemtne a lo que los seres humanos. Noción de idea y noción de pensamiento es aquí esencial. Los acontecimientos históricos son indiferentes a nuestras ideas sobre ellos, se producen por otras causas, de un modo opaco, impenetrable a nuestros deseos y elaboraciones racionales. Historia estaría movida por, de una forma muy tosca, agentes económicos, seguramente una forma de malentender lo que dijo Marx. Por lo menos situamos el asunto en unos términos que ponen de manifestó qe la historia esá regida por las necesidades, satisfacer de un modo urgente y apremiante unas necesidades. Actuaciones, muchas de ellas violentas, llevan a procurar la supervivencia de la vida, la satoisfacción de los deseos más básicos y la continuación del automatismo vital. Cabrá pensar mucho sobre la historia, pero todo lo que se piense sobre ella vendrá después de los hechos mismos. La hstoria seria entonces parte de la naturaleza. Se movería por fuerzas que la razón humana no puede contrilalr, y se opondría a lo que marx y Engels llamaron ideología, una empresa casi impsible. Ideología equivaldría a falsa conciencia, falsa conciencia, conciencia idealizada de la realidad. La ideología es opiácea, es adormedora. Lo que hace es justificar el mundo tal y como es, racionalizarlo. Racionalizar algo es dar a algo más racionalidad de lo que las cosas de por sí tienen, algo azaroso, casual, que podría haberse o no dado y convertilo en fruto de algo sistematico y en algo prmetitado y pensado. Cabe racionalizar la historia, la sociedad, el mundo en su sentido más amplio, y eso es lo que marx y ebngels entendrieron por ideología. Idea de que una actitud materialista quizá no necesite en nuestro mundo contemporáneo partir de unos supuestos tan sencillos y esquem´ticos como aquellos que inspiraron a marx y Engels. Marx estaba convencido de que lahistoria no estaba movida por ideas, cosas que en us época probablemente era bastante cierto, al menos hasta cierto punto. En gran medida es cierto que sigue ocurriendo. Si uestra sociedad se mueve por algo es por eso que llamamos sociedad de la información. No solo estamos desbordados de información sobre diferentes asuntos, la informaciónncrece de forma exponencial, pero además esa sociedad de información nos convierte en productores de 25 Adoxía es falta de doxe. Cuando uno se imagina a sí mismo sin doxa, en situadion de adoxia, uando uo se imagina a sí mismo con mala opinión por parte de los otros. La adoxia es mas amplia que simplemente el mal honor. La vergüenza se produce ante un vicio presetne, pasado o futuro, que parece acreditar la mala fama, el desprestigio… se trata en definitiva del pensamiento ajeno. No existiía la vergüenza sin la preocupación por el qué dirán. Es gracia a la interiorización del juicio ajeno como interiorizo la vergüenza. En castelano contemporáneo empleamos mala imagen casi como sinónimo de mala fama o desprestigio, mala imagen, visto de forma desfavorable. El pudor es la capxidad de sentri vergüenza, será siempre algo favorablemente caracterizado; tener pudor es bueno, en cambio padecer la vergüenza es malo, si bien probalemente será peor el no padecerla cuadno se deba, esa es la cualidad del sinvergüenza, del impúdico, es decir, no tener nda de lo que avergonzre seria lo ideal. Sin ebargo, no avergonzarse de nada convierte a alguien en un ser innoble, ser in sinvergüenza, es el impúdico, el que carece de la capacidad de avergonzarse; la capacidad e avergonzarse es, como tal, una virtud. En cambio la vergüenza manifestada de hecho en un episodio determinado es algo malo, vicioso, que se desencadena cuadno se produce la manifestación de un vicio. Es decir, cuando experimento vergüenza tengo que experimentar una experiencia ambigua. L vwrguenza surve para detectar la mala opinión. La palabra aiskhrós quiere decir vergonzoso, así como lo innoble, lo despreciable. Lo bello, lo hemoroso, lo noble, sería lo kahlós. Lo despreciable con connotaciones de lo repugnante, lo asqueroso, lo bajo, lo desagradable, todo eso que tan cerca está de las connotaciones de lo vergonzoso. Lo vergonzoso es lo que causa vergüenza. La usencia total y absouta de capacidad de vergüenza es lo más vergonzoso de todo. Esto hace que estemos atrapados en una situaicon ambivalente o ambigua hasta cierto punto. Se construye de manera visual pero también de forma verbal. La doxa seguramente también sea algo que se onstruya de forma verbal. El término doxa está presetne de una mnera muy clara en eso que llamamos el parecer. La doxa es la apariencia de algo, lo que algo parece, ya sea que lo sea o no. El aspecto o la impresión que da. En esto precisamente la doxa está muy cerca de la fantasía. Phaino. Mostrarse a alguien: riesgo de que uno parezca simpático sin serlo. Phaino es parecer y aparecer. Dokeo es lo que a alguien le parece verosímil. Lo que parece o loque aparece es lo que está bajo la luz; es parecer y aparecer. Hacer aparecer algo es sacarlo de la oscuridad. En la oscuridad no se sentiría vergüenza porque uno no sería visto. Uno se ruboriza y la propia visión de uno se cambia. Ponerse colorado confirma las sospechas y expectativas de que uno se ha avergonzado. Aristóteles atribuye imaginación a los animales. Un perro no es capaz de ruborizarse. Al perro no le hace falta intelecto, inteligir para setnri vergüenza, nos bastaría con la mera imagen. Lo que pasa es que además tenemos intelecto. Ideas generales, conceptos universales son las que tienen ue ver con la buena o la mala fama de uno. Eso es lo que avergüenza, que uno sea juzgado de tal manera. Qué hace el orador cuando suscita las pasiones? Trafica constantmente con palabras, aunque también con gestos, y el gesto tiene mucho que ver con la imagen. Lo esencial es la palabra y la función productora de imágenes. Al llegar a las pasiones esto se pone de manifiesto de una manera clarísima. Por parte de aristoteles la imagen está a salvo; coloca la imagen en el centro de las cosas importantes. Es un pensador de la imagen. Aristóteles era profundamente iconoclasta. Cuando inteligimos, cuando pensamos, eso es divino. Los dioses se valen de imagen para deificarlos, para divinizarlos. Hay un elemento sacrificial en la vergüenza. Me avergüenzo para dar certeza ante mi mismo de que no soy un sinvergüenza, de que no soy un innoble; soy sensible a la verdad. El avergonzado que se ruboriza, que se ha puesto colorado, constituye algo que podríamos calificar como un estereotipo de la vergüenza. Se trata de una situación típica en la que si vemos, quizá no una fotografía, una pintura, pero sí unos pocos fotogramas de una situación de vergüenza, esa es una f´romula estereotípica. Estereotipo en relación al carácter. Ahí Aristóteles define el carácter del viejo, del joven, de la persona… Concatenación de rasgos a primera vista aceptables o verosímiles. El viejo es cobarde y todo lo teme por adelantado. Es tacaño, avaricioso, suspicaz, egoísta, incluso tiende a ser desvergonzado, porque, señala Aristótels, llega un momento en el que todo le da igual. 25 Lo que importa no es la exactitud o inexactitud de lo queAristótels dice; lo imòrtante es que aquí se define el estereotipo del joven, del viejo, del hombre con edad madura. Lo que importa no es que lo descrito por Aristótels sea una buena descripción de lo que naturalmente ocurre; lo que importa más bien es que la naturaleza misma puede imitar las distintciones que se hacen de ella. El joven deliberadament puede preocuparse por parecerse al retrato del joven que Aristóteles pinta. Qué ocurre cuando habla de los niños cuando aun no saben hablar como los asultos; hablan de un modo especial, no tiene riqueza léxica… Todos hemos oído habar a un niño pequeño, y a una persona mayor imitando el habla de los niños pequeños. Hablamos con los niños como imaginamos que ellos tendrían que hablar. Imitamos su lenguaje infantil. Qué ocurre? Que el niño haba imitando la imitación del niño que llevan a cabo los adutlos, y al final no sabemos si es que los niños hablan así naturalemtne o por culpa de nuestra imitación. La conclusión parece clara; los estereotipos, carcteres aristotélicos se parecen a esto.
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