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prehistoria, Ejercicios de Prehistoria

Asignatura: Prehistoria, Profesor: Maria Àngels Petit i Mendizàbal, Carrera: Arqueologia, Universidad: UB

Tipo: Ejercicios

2017/2018

Subido el 09/03/2018

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¡Descarga prehistoria y más Ejercicios en PDF de Prehistoria solo en Docsity! Prehistoria - Apuntes, temas 1 - 12 Prehistoria (Universidad de Granada) Su distribución está prohibida | Descargado por Àlex Mañé (alexitoooooooo98@gmail.com) lOMoARcPSD|2102634 Tema 1: Introducción a la Prehistoria La Prehistoria 1. La Prehistoria como etapa histórica 2. La Prehistoria como Ciencia 1. La Prehistoria como etapa histórica: “El término Prehistoria se refiere tanto a una etapa de la Historia que tradicionalmente ha estudiado a los seres humanos y su cultura desde sus orígenes hasta la aparición de la escritura, como a la disciplina científica que la estudia” J.J. Eiroa, Nociones de Prehistoria General, p. 11 ¿Qué debemos entender como etapa histórica al hablar de Prehistoria? La Prehistoria es la primera etapa conocida de la Historia del Hombre. Su historia no comienza con la aparición de textos escritos sino que se amplía hacia abajo, de manera que puede rastrearse la vida de los seres humanos desde su aparición como especie e,incluso, desde mucho antes, cuando se puede rastrear aquellas especies anteriores que se relacionan filogénicamente con ella. ¿Puede hablarse de Historia antes de la Historia? Ya hemos comentado que la Historia de la Humanidad se retrae a épocas anteriores a la aparición de la escritura. En este sentido el término prehistoria parece referirse a unos momentos anteriores a la Historia, a unos momentos en los que no se podría abordar el pasado del hombre de manera científica. Esta concepción de la Prehistoria –con mayúscula- hoy no puede mantenerse, ya que la Prehistoria posee hoy día unas técnicas, metodología y campo de estudio específico que la configuran como ciencia. Ello significa que el término PREHISTORIA hoy no significa antes de la Historia sino la denominación de una etapa histórica sin más. Ya no es posible mantener esa carga peyorativa que equivalía a los momentos anteriores a otros que sí los poseían. ¿Si Prehistoria es Historia porqué se habla de etapa previa? Porque la tradición sigue pesando mucho. Esa etapa previa hoy es científica y sus conclusiones poseen tanta validez como los de cualquier otro momento histórico. Lo ahora se entiende por etapa previa es simplemente una ampliación de los períodos históricos por abajo, alcanzando a etapas en los cuales los únicos documentos se se poseen para estudiar a las comunidades humanas son los vestigios materiales. ¿Tiene sentido hoy el vocablo Prehistoria? Los conceptos y las palabras pesan mucho. Es cierto que el término prehistoria parece inadecuado, pero no se ha encontrado otro mejor que lo reemplace. Nos hemos acostumbrado a él y en la actualidad parece irreemplazable. Sabemos que posee connotaciones que lo contaminan de ambigüedad y de dudas, pero cualquier otro Su distribución está prohibida | Descargado por Àlex Mañé (alexitoooooooo98@gmail.com) lOMoARcPSD|2102634 Tema 2. El Cuaternario 1.- Características generales 2.- Periodización 3.- Oscilaciones climáticas 4.- Fauna y Flora 5.- El mar y la costa 1.- Características generales El relieve es una manifestación dinámica. No podemos comprender la vida sobre el planeta si no entendemos que está en continua transformación. La visión que obtenemos en el presente no se corresponde con la de períodos anteriores. Si no tenemos en cuenta este hecho, nuestra percepción del medio histórico estará seriamente condicionada. El relieve de Europa y, en general, del hemisferio norte posee una larga historia geológica. Las unidades de relieve que encontramos datan de diferentes momentos y están formadas por rocas de muy diferentes etapas y forman capas o estratos depositados unos sobre otros, de forma que los estratos más recientes siempre son los que están encima, salvo que algún movimiento haya alterado este orden natural y aparezcan así plegamientos y fracturas. Las rocas son materiales que se encuentran en la superficie terrestre y están constituidos por uno o más componentes, también se pueden formar por detritos o descomposición de otras rocas. Se pueden clasificar, atendiendo a criterios de formación y génesis, en: - Rocas ígneas. Las rocas ígneas se formaron en la profundidad de la corteza terrestre como consecuencia de un lento y progresivo enfriamiento del magma. Presentan grandes cristales, denominados fenocristales frecuentemente, salvo las que se han enfriado de forma muy rápida. Este tipo de roca puede ser plutónicas o intrusivas como el granito. Otras rocas ígneas son las volcánicas, de composición parecida a las intrusivas, difiriendo de ellas por contener cristales de menor tamaño, ya que son producto de un enfriamiento mucho más rápido - Rocas sedimentarias. Este tipo de rocas se caracteriza por encontrarse depositadas de forma horizontal, ya que proceden de la descomposición y sedimentación de otras rocas o minerales. Pertenecen a este grupo las areniscas, las pizarras, las calizas y los conglomerados. - Rocas metamórficas. Las rocas sedimentarias que son introducidas dentro del manto y sometidas a altas presiones y temperaturas elevadas terminan por alterar las capas de sedimentos, produciéndose un metamorfismo, cambios en la forma y composición de las rocas, de donde toman su nombre. Pertenecen a este grupo las pizarras, los esquistos, el gneis y las cuarcitas. Las placas tectónicas eurasiática y africana han condicionado la histórica geológica de la Península Ibérica, fundamentalmente a través de las orogenias herciniana y alpina. Un Su distribución está prohibida | Descargado por Àlex Mañé (alexitoooooooo98@gmail.com) lOMoARcPSD|2102634 breve repaso a esta historia nos muestra la situación del territorio peninsular a través de las eras geológicas: 2. Periodización Era Arcaica o Precámbrico Tuvo lugar hace unos 4.000 millones de años. En ese momento podemos afirmar que se encontraban tierras emergidas en lo que hoy llamamos Península Ibérica. Era Primaria o Paleozoica Comenzó hace unos 570 millones de años. En sus comienzos tuvo lugar la fragmentación de la Pangea, gran placa unitaria que conformaba la única tierra emergida, rodeada de mar, a modo de gran isla descomunal. Su fragmentación dio lugar a dos grandes placas o continentes –Laurasia y Gondwana- separadas por el llamado mar de Thetis. El choque de los fragmentos de la primitiva Pangea provocó dos fenómenos distintos. Por un lado dió lugar al vulcanismo existente hoy en la Tierra; por otro forzó el arrugamiento de su superficie, plegándose y comprimiéndose las rocas sedimentarias formadas recientemente. Se trata de la primera gran orogenia conocida, la Caledoniana, que tuvo pocos efectos en la Península Ibérica. No ocurrió así a partir del Carbonífero, momento en el que la aproximación de las placas provocó una de las orogenias que más afectó a la Península Ibérica, la Herciniana que dio lugar al plegamiento de los sedimentos que se habían depositado sobre ella hasta ese momento. El resultado fue la emergencia de cadenas montañosas de dirección NO-SE en el todavía indefinido territorio peninsular. Entre las masas emergidas del continente africano y euroasiático se formó una gran fosa de subducción, el llamado mar de Thetis, depósito de materiales procedentes de la intensa erosión continental. Las altas temperaturas a las que fueron sometidos los materiales sedimentarios como consecuencia del choque entre los bloques africano y euroasiático hicieron posible la metamorfosis de las rocas. Posteriormente se formaría un gran geosinclinal que hizo aflorar rocas plutónicas cristalinas, como granitos en los Pirineos. Producto del proceso de metamorfización de los materiales depositados encontramos en la Meseta pizarras, procedentes de los depósitos de arcilla. En los Picos de Europa este proceso fue más intenso, dando lugar a formaciones de caliza. En las crestas cuarcíticas de Sierra Morena las areniscas se convirtieron en cuarcitas, formando las partes más elevadas y en resalte, ya que la erosión posterior actuaría sobre ellas, descarnando los materiales de menor resistencia. De esta manera se fue configurando el Macizo Hespérico, constituido por un zócalo endurecido que se corresponde con el actual centro de la Península, estando representado por la mayor parte de la actual Meseta. Cabe reseñarse que este territorio, aunque conocería inundaciones parciales en momentos posteriores, nunca volvería a encontrarse totalmente cubierto por el mar. Era Secundaria o Mesozoico Su distribución está prohibida | Descargado por Àlex Mañé (alexitoooooooo98@gmail.com) lOMoARcPSD|2102634 Situamos su comienzo hace unos 230 millones de años. Característica de esta Era es la calma orogénica, momento de inactividad que facilita la erosión y sedimentación de materiales en los fondos marinos. Igualmente relevantes son las transgresiones marinas. Estos cambios en el nivel del mar estaban ocasionados por el deshielo provocado por el final del período glaciar. El resultado fue la subida del nivel del mar y la sumersión de las tierras situadas a cotas poco elevadas. Prueba de esta situación en áreas interiores de la Meseta es la presencia de numerosos fósiles marinos en amplios espacios de su territorio. La retirada del mar es conocida como regresión marina. Las regresiones marinas suceden a las transgresiones marinas, fenómeno inverso que consiste en el avance del mar sobre la superficie terrestre. En momentos de regresiones marinas los relieves formados en el período herciniano se siguen erosionando. Por otra parte estos relieves servían de barreras a las transgresiones. Cada invasión del mar provocaba la formación de unos materiales diferentes a los que se da el nombre de la etapa o transgresión correspondiente (Triásico, Jurásico y Cretácico). No todas las zonas de España conocieron las invasiones marinas y, por consiguiente, no están presentes todas estas etapas geológicas. Así sobre el mar que se extendía en el espacio que luego ocuparía el valle del Ebro se depositaron materia¬les que, como consecuencia de su peso, facilitaron su hundimiento, provocando durante el Terciario la emersión del Macizo del Ebro. En sentido contrario, la Meseta y los Pirineos comenzaron a aligerar su peso debido a la erosión, posibilitando la elevación posterior de la Meseta y la formación del geosinclinal del Pirineo. Era Terciaria o Cenozoico Esta importante Era para la conformación de la Península ibérica comenzó hace unos 65 millones de años. Dentro de ella debe reseñarse el plegamiento alpino, producto del choque entre las placas euroasiática y africana, entre las cuales se encontraba la subplaca ibérica, dando como resultado dos potentes formaciones montañosas en sus zonas de contacto, los Pirineos entre la placa euroasiática y la subplaca ibérica y la Penibética con la africana. En este plegamiento se producirá un efecto distinto según la naturaleza del material depositado. Así donde los materiales son recientes, del mesozoico, se produce su plegamiento, como ocurre en las cordilleras Béticas y la Costero Catalana. En tanto que donde los sedimentos son más antiguos y, por tanto, más duros y quebradizos, se fragmentan en grandes bloques de enorme dimensión, dando lugar al llamado relieve en fractura o germánico con áreas elevadas (horst) y hundidas (graben). Así sucede en el Centro y Occidente de la Península. Este mecanismo es el que provoca la elevación del Sistema Central, producto de la fracturación de la placa y del empuje que las masas graníticas fundidas realizan de abajo arriba. En los bordes de la Meseta, en la cordillera Cantábrica y en la Ibérica se va a producir la compresión de una cobertera plástica poco potente sobre el zócalo rígido, dando como consecuencia la aparición de un relieve característico denominado sajónico o de plegamiento. Este proceso de formación de nuevas cordilleras integra, en algunas ocasiones, a restos de macizos más antiguos que ya habían desaparecido. A sus pies se encuentran zonas hundidas o depresiones, conformadas como profundos valles o brazos marinos –tal es el caso del actual valle del Guadalquivir y del Ebro- donde se depositan gran cantidad de sedimentos procedentes de las montañas circundantes, de manera que se va produciendo Su distribución está prohibida | Descargado por Àlex Mañé (alexitoooooooo98@gmail.com) lOMoARcPSD|2102634 mejores condiciones para su supervivencia, como el nogal, el plátano o el castaño. La fauna, por su parte, presentaba una clara dualidad entre los taxones supervivientes de etapas terciarias -como los caballos de tres dedos, los simios y los carnívoros de grandes dientes- y las nuevas formas más parecidas a las especies actuales como los uros, bóvidos, caballos y elefantes. Un recalentamiento generalizado puso fin hace unos 700.000 años al Pleistoceno Inferior. Se trataba de un período interglaciar, el Günz-Mindel que se extendió durante 50.000 años. Esta etapa está mal conocida y dio paso al Pleistoceno Medio que se desarrolló hace 700.000-130.000 años antes del presente. Este período interglaciar sería seguido de una nueva etapa glaciar que duraría 350.000 años, la glaciación de Mindel. Sus efectos sobre la fauna y la flora no se hicieron esperar. Los bosques surgidos como consecuencia de las mejores condiciones climáticas del momento cálido con el que se inició el Pleistoceno Medio sufrieron un claro retroceso hasta quedar aislados en los valles mejor protegidos, donde las especies más resistentes lograron sobrevivir, al tiempo que avanzaba la tundra y la taiga en el conjunto del territorio. La fauna corrió una suerte similar. El intenso frío ocasionó la desaparición de las últimas especies supervivientes del Villafranquiense, que fueron sustituidas por otras mejor adaptadas al clima caracterizado por el intenso frío como el glotón, el zorro polar o el buey almizclero. Un nuevo período de temperaturas elevadas y abundante humedad señaló el final de la glaciación Mindel. Durante el interglaciar Mindel-Riss las masas forestales de encinas, pinos y abetos volvieron a colonizar el paisaje, abandonando los abrigados valles en los que se habían refugiado durante los fríos intensos. La fauna, sin embargo, presentaba el mantenimiento de especies muy adaptadas al frío como el ciervo de las turberas, el uro y el mamut, ubicados en latitudes donde el clima frío sigue rigiendo, en tanto que los espacios más cálidos eran ocupados por simios, guepardos, búfalos, rinocerontes, hipopótamos o elefantes. El Pleistoceno Medio se despide con otro cambio climático, la vuelta al dominio del glacis como consecuencia de la severa glaciación Riss, marcada por períodos de frío intenso que se extendería durante unos cien mil años. Su impacto sobre la fauna sería también drástico, extendiéndose en las áreas más favorables poblaciones de ciervos y grandes paquidermos como el mamut y el elefante antiguo. El Pleistoceno Superior se inicia con un fuerte recalentamiento que provoca el deshielo del Inlandsis y una retirada de los glaciares alpinos. Como consecuencia se produce una transgresión marina que lllegó a provocar una subida de más de 10 metros en algunos lugares de la costa. El período interglaciar Riss-Würm se desarrolló entre el 130.000 y el 100.000 antes del presente. A nivel continental se caracterizó por un gran avan¬ce de la vegetación arbórea que colonizó todo el espacio libre de hielo. Por los restos localizados en terrazas de ríos y playas fósiles puede desprenderse que la fauna de ese momento se correspondía con la propia de climas cálidos. Los artefactos asociados a ellas pertenecen a culturas de tradición Achelense y Musteriense. El clima cambió nuevamente hace unos 70.000 años, pasando a una fase caracterizada por el frío y la pluviosidad durante unos 20.000 años e intensamente frío y seco a partir de ese momento. El paisaje europeo hace 40.000 años volvió a cambiar. Regresaron los glaciares y la masa de hielo acumulada sobre el continente supuso una importante Su distribución está prohibida | Descargado por Àlex Mañé (alexitoooooooo98@gmail.com) lOMoARcPSD|2102634 regresión marina, descendiendo el nivel del mar varias decenas de metros. El impacto sobre la vegetación fue riguroso. En los espacios libres de hielo los árboles son sustituidos por las estepas y praderas, asociándose a ellos una fauna propia de ambientes fríos como el mamut, el rinoceronte lanudo, el rebeco, la cabra montés o el antílope saiga. Muchos pequeños mamíferos emigraron buscando áreas menos inhóspitas. Otras especies, como el homo sapiens neanderthalensis, no pudieron resistir el conjunto de cambios y desaparecieron. Algunos autores señalan un cambio dentro de esta última glaciación Würm. Así hacia el 35.000 antes del presente sitúan un punto de separación que no tiene apoyatura bioclimática sino cultural. El inicio del Paleolítico Superior con la presencia de una nueva especie humana, el homo sapiens sapiens y el desarrollo de culturas más evolucionadas dentro de las cuales se produce el fenómeno mágico de la aparición del arte. Por lo demás, el clima siguió siendo igual de frío durante más de 15.000 años y las especies vivas, tanto vegetales como animales, se mantuvieron en esta etapa, que conocería oscilaciones de escasa relevancia y que sólo hacia el 10.000 antes del presente comienza a presentar cambios de gran calado, dándose señales que alertaban del gran cambio climático, las oscilaciones, que pusieron fin al Pleistoceno y condujeron al Holoceno, con el conjunto de cambios de tipo bioclimático y culturales que ello supuso. El paso del Pleistoceno Superior al clima actual u Holoceno no se produjo de manera lineal sino que entre ambos períodos se extendió un largo período de fases intermedias que se conoce como Tardiglaciar, encuadradas a caballo entre Pleistoceno y Holoceno. En torno al 9.800 antes del presente se produjo la primera oscilación climática relevante, conocida como oscilación climática de Alleród, caracterizada por una tendencia a las temperaturas cálidas que provocaron la retirada de los hielos acumulados durante la glaciación de Würm. Esta mejoría sería transitoria, volviendo el clima frío hacia el 8.200. En torno a este momento se sitúa la llegada del Holoceno. Este período tampoco presenta una continuidad dentro de él, distinguiéndose momentos en los que la temperatura tiende a elevarse frente a otros que retrocede a bajas temperaturas. Sus inicios son conocidos como etapa Preboreal, con clima frío y seco con tendenciab a suavizarse. Llega hasta el 8.800 antes del presente. La elevación de las temperaturas se conoce como etapa Boreal, desarrollada entre el 8.800 y el 7.500 antes del presente. El incremento de las temperaturas culmina con la etapa Atlántica, dándose temperaturas más elevadas que en el momento actual. Hacia el 4.500 antes del presente el alza de las temperaturas se invirtió, dando paso a la etapa Subboreal, más fría y seca. Finalmente hacia el 3.700 antes del presente da comienzo la fase actual conocida como Subatlántica. En resumen podemos señalar que durante estos últimos ocho mil años nuestro territorio se ha configurado tal y como se encuentra hoy. Las especies vegetales y animales adquieren los rasgos con las que las conocemos y el continente europeo se conforma en sus rasgos presentes, interviniendo en dicha configuración la elevación del nivel del mar, que deja territorios que antes estaban unidos como islas y una elevación de las masas continentales por isostasia, al perder el peso que suponía la enorme masa de hielo sobre la placa. Su distribución está prohibida | Descargado por Àlex Mañé (alexitoooooooo98@gmail.com) lOMoARcPSD|2102634 4.- Fauna y Flora En el continente europeo encontramos durante el Cuaternario unos biotopos muy diferenciados. En las áreas próximas al Inlandsis se extiende la tundra, territorio cuyo subsuelo permanece helado durante todo el año –permafrost- lo que impide el desarrollo de vegetación arbórea, reduciéndose ésta a especies estacionales como los líquenes y musgos. La fauna asociada a este biotopo lo constituyen los glotones, las liebres polares, el zorro polar, los lemmings, el reno de la tundra y los grandes mamíferos como el buey almizclero, el rinoceronte lanudo y el mamut. Cuando el suelo sufre deshielo pueden desarrollarse especies arbóreas como las coníferas, apareciendo la taiga y el bosque subártico, similar al que hoy encontramos en el norte de Rusia y Siberia. Aquí se localizaban glotones, linces, osos pardos, ciervos, renos y uros. En zonas más templadas señoreaba el bosque formado por especies de caducifolios y perennifolios, ampliándose la fauna descrita para el bosque subártico con otras especies como hipopótamos, rinocerontes, bisontes y elefantes. La estepa continental mantenía zonas de bosques formados por especies de hoja perenne que alternaban con pastizales y praderías, algo similar al espacio de transición actual entre Siberia y el dominio de la estepa, ampliándose las especies localizadas en las zonas templadas con liebres, marmotas, ardillas, antílopes y varias especies de équidos. Degradación árida de esta estepa era la formada por grandes extensiones de especies herbáceas, con escasa presencia de matorral –la estepa continental cálida- cuyos cálidos veranos se alternaban con crudos inviernos en los que se daban abundantes nevadas. Su fauna característica estaba constituida por lepóridos, ardillas, antílopes de estepa y équidos, algunos de los cuales han llegado relictualmente hasta nuestros días, como el equus przewalskii, la única especie de caballo verdaderamente salvaje que encontramos en territorio de la actual Polonia. Finalmente debemos reseñar un biotopo fósil desaparecido. Se trata de la estepa loésica, caracterizada por un clima de permanente frío que se prolongaba hasta el verano y en el que los loess se cubrían con especies herbáceas de escaso desarrollo. Su fauna era similar a la correspondiente a la reseñada para la estepa, dándose además especies como la liebre, el zorro polar, el reno de la tundra, el rinoceronte lanudo, el buey almizclero, el bisonte de la estepa y el mamut. Hasta aquí se ha planteado el medio en su diversidad geográfica pero debemos tener presente que la Península Ibérica se encuentra sometida, como Europa en su conjunto, a una intensa variabilidad de modelos climáticos que nos llevan desde los momentos de mayor rigor glaciar hasta las etapas de clima bonancible. El extenso lapso de tiempo que abarca la Prehistoria veremos cómo es recorrido por esta sucesión hasta desembocar, como ya se ha anunciado en páginas anteriores, en el modelo actualmente imperante, caracterizado por la tendencia a la aridez y la elevación de las temperaturas. 5. El mar y la costa. Debemos tener presente que la línea de costa en la prehistoria no coincidía con el nivel actual. En los momentos de intenso frío, la acumulación de hielo sobre las masas continentales redujo el nivel del mar de manera sensible. Se calcula que en los momentos de mayor acumulación de hielo en nivel del mar bajo entre 50 y 70 metros bajo el nivel actual. Esta situación conlleva una ocupación de la línea litoral muy distinta a la que podemos encontrar hoy. Las estaciones ocupadas por el hombre en la línea de costa se encuentran ahora sumergidas a más de cuarenta metros bajo el nivel del mar. Su estudio hasta ahora resulta muy complicado. Sólo podemos abordar el Su distribución está prohibida | Descargado por Àlex Mañé (alexitoooooooo98@gmail.com) lOMoARcPSD|2102634 El fijismo: a) teoría de la vis plastica 1. Teoria predarwiniana 2. Supone que la naturaleza posee una fuerza moldeadora que explicaría su existencia 3. Su fundamento está en el capricho de la naturaleza -ludus naturae- que llevaría a confeccionar formas caprichosas simulando seres vivos o herramientas. 4. Un elemento muy conocido son las llamadas piedras de rayo. Estos útiles -hachas pulimentas- se habrían confeccionado como consecuencia de la cída de un rayo y no como producto humano b) Teoría catastrófica. Georges Cuvier (Geólogo y paleontólogo) 1. Regne animal distribué d’après son organisation (1817) 2. El principio del catastrofismo se fundamenta en el hecho de la existencia de fósiles que deben ser explicados 3. El mecanismo explicativo resultaría la actuación natural puntual o catástrofe 5. En cada una de ellas se produciría la extinción de seres que se localizan en niveles geológicos 6. Las diferentes catástrofes habrían obligado al Creador a una actuación reparadora, lo que enlaza la teoría catastrofista con el Creacionismo Primeras teorías sobre el origen de la vida: El evolucionismo: Teoría de Lamarck Juan Bautista Lamarck Naturalista de principios del siglo XIX Publica Filosofía zoológica (1809) donde se contiene su teoría conocida como “la función crea el órgano” Principios de la teoría de Lamarck: 1. Influencia del medio: los cambios en el medio ambiente son los que provocan nuevas necesidades en los seres vivos 2. Como consecuencia de los cambios en el medio los organismos deben adaptarse, modificando el uso/desuso de sus órganos. 1. Un uso continuado de un órgano acelera su crecimiento Su distribución está prohibida | Descargado por Àlex Mañé (alexitoooooooo98@gmail.com) lOMoARcPSD|2102634 2. El desuso continuado provoca su anquilosamiento 3. Ley de carácter adquirido: Las modificaciones orgánicas se transmiten genéticamente. Así los órganos más utilizados se desarrollan más y los no utilizados tienden a desaparecer. 4. Conclusión: El mecanismo de cambio es por acumulación de caracteres adquiridos a lo largo de muchas generaciones. El evolucionismo: La selección natural Charles Darwin (1809-1882 2º viaje de la Beagle (1831-1836) Publica: Diarios del 2º viaje de HMS Beagle (1837-1839) El origen de las especies mediante la selección natural o la conservación de las razas favorecidas en la lucha por la vida (22 noviembre 1859) El origen del hombre (1871) Influencias: Lyell-Geología Wallace- Selección natural Malthus-Crecimiento de la población y escasez de recursos Mecanismos de la SELECCIÓN NATURAL 1. Solo los individuos mejor adaptados logran sobrevivir 2. Solo los individuos más adaptables logran la supervivencia ante un cambio en el medio II. TAXONOMÍA ταξις = ordenación νομος = norma El hombre dentro de la Naturaleza Reino Animal Filum Cordados Subfilum Vertebrados Su distribución está prohibida | Descargado por Àlex Mañé (alexitoooooooo98@gmail.com) lOMoARcPSD|2102634 Clase Mamíferos Orden Primates Semiorden Haphorrhini Suborden Anthropoidia Infraorden Catarrhini Superfamilia Hominoidea Familia Hominidae Subfamilia Homininae Tribu Hominini Genero Homo Especie Homo Sapiens Regla Mnemotécnica: El rey es un filósofo que ordena para su familia géneros de buena especie II. LOS PRIMEROS AUSTRATOPITECOS Los homínidos más antiguos conocidos actualmente fueron descubiertos en terrenos sedimentarios fechados en el Plioceno Superior (a finales de 1a Era Terciaria). Los yacimientos fosilíferos están situados en Africa Oriental, en Ia fosa tectónica del Valle del Rift. Los depósitos, muy variados, son principalmente de origen lacustre. Se formaron durante l5 millones de años y en ciertos lugares pueden alcanzar un espesor de varios miles de metros. Los sedimentos lacustres y fluviales están interestratificados con cenizas volcánicas que permiten realizar dataciones mediante métodos físicos y paralelismos cronológicos entre los diferentes yacimientos.Entre los 6,5 millones de años y los 3,7 millones de años, los restos de Homínidos son muy raros y se encuentran en un estado muy fragmentario. Corresponden al género Australopithecus, pero hasta el momento no se les ha podido atribuir un nombre como especie. A partir de los 3,7 millones de años, los restos fósiles de Australopitecos se hacen lo bastante numerosos para permitir agruparlos en una sola especie relativamente homogénea: eI Australopithecus afarensis, LOS AUSTRALOPITECOS MAS ANTIGUOS: DE 6 a 3 MILLONES DE AÑOS - Lukeino (Kenya): un molar. E1 resto más antiguo de homínido fósil conocido actualmente es un qermen de molar inferior. Fue descubierto en 1973 en el yacimiento de Lukeino, distrito de Bartnqo, en Kenya. La pieza dentaria se encontraba en los depósitos arenosos del miembro A de la formación de Lukeino. La presencia de basalto Su distribución está prohibida | Descargado por Àlex Mañé (alexitoooooooo98@gmail.com) lOMoARcPSD|2102634 de un mismo individuo (fragrmento de clavícula, cúbito, fémur, etc.). El conjunto de caracteres observados muestra la gran afinidad de estos restos con el Australopithecus afarensis, de la formación de Hadar en Etiopía. La presencia de Homínidos está atestiguada asimismo por la existencia de huellas de pasos, testimonio emocionante de su paso por esta zona. El primer yacimiento donde fueron observadas huellas en 1976, se extiende inmediatamente al sur del río Garusi cerca de la localidad número 6. La erosión natural y las excavaciones han puesto al descubierto una superficie de 490 m. Las huellas de pasos se hicieron sobre una capa de cenizas volcánicas que se consolidaron a continuación por cristalización, bajo la acción conjunta de 1a lluvia y de los rayos solares Este fenómeno se produjo en unas pocas horas Las huellas son muy numerosas y pertenecen a un número de especies muy variado: antílopes, jirafas, elefantes, rinocerontes, Hipparion (antepasado del caballo), hienas, felinos con dientes de sable, monos, pájaros, etc. Existen cinco huellas de homínidos sobre una distancia de 1,50 metros, Las huellas son cortas y anchas (15 cms 10,5 cm) y el paso es corto, con una longitud de 31 cm. La marcha debía ser un poco renqueante o arrastrando los pies, que en lugar de ser paralelos se cruzaban ligeramente El dedo pulgar está junto a los otros dedos como ocurre en el hombre. La presión de las plantas ejercidas sobre el suelo, tienen un aspecto moderno. Estas huellas representan el más antiguo testimonio de 1a locomoción bípeda conocido actualmente. Esta sucesión de descubrimientos, ha aportado suficientes elementos para poder hacerse una idea del aspecto deI Australopithecus afarensis. Era un homínido de pequeña talla (1,10 a 1,30 metros). La capacidad craneana estaba entre los 300 y 400 cms.. La cara, ancha y maciza, se proyectaba hacia adelante. Los miembros eran robustos y la morfología del miembro inferior así como las huellas de pasos, demuestran que el bipedismo era su forma de locomoción. El conocimiento del modo de vida del Australopithecus afarensis es bastante limitado. Vivían en pequeños grupos, en un medio abierto (sabana), cerca de los puntos de agua o lagos que jalonan el Valle del Rift. Hasta el momento no se han encontrado restos de estructuras de hábitat ni útiles en los sedimentos fechados en este periodo. Las huellas de pasos de tres individuos bípedos con una datación de 3,5 millones de años, fueron encontradas por Mary Leakey en el yacimiento de Laetoli (Tanzania). Estas huellas atestiguan, que hace 3,7 millones de años, unos homínidos anduvieron erguidos por la sabana africana. AUSTRATOPITHECUS AFRICANUS Y AUSTRAIOPITHECUS ROBUSTUS, DE 3 A 1 MILLONES DE AÑOS Hace 3 millones de años aparecen en Africa dos nuevas especies de Homínidos: Australpithecus africanus y Australopithecus robustus. El Australopithecus africanus tiene un tamaño mayor (1,30 a 1,40 metros) que e1 Australopithecus afarensis. Del mismo modo, su capacidad craneana es lgualmente más importante (400 a 500 cm'). Los fósiles atribuidos a esta especie han sido encontrados en África del Sur y en el Este africano. EI Australopithecus robustus es de mayor tamaño (1,50 metros) y más robusto que el Australopithecus africanus. Su capacidad craneana es ligeramente más elevada (500 a 550 cm.) El desgaste de sus voluminosos molares atestigua un régimen alimenticio especializado (hierbas, granos raíces). Esta especie se generaliza en África Su distribución está prohibida | Descargado por Àlex Mañé (alexitoooooooo98@gmail.com) lOMoARcPSD|2102634 Oriental y meridional hace unos 2 millones de años, época en la que es contemporánea de los primeros hombres. Los últimos individuos se extinguen hace un millón de años. AUSTRALOPITHECUS AFRICANUS En 1925 se descubrieron en la región de Taung, Bechuanaland, una porción de cráneo y su molde endocraneano. Este cráneo pertenecía sin duda a un Primate, el primero que se descubría al sur del Sahara. Raymond Dart reconoció en este joven individuo, unos rasgos de Homínido indiscutibles y creyó estar frente al eslabón perdido. El niño de Taung representaba para él una raza extinguida intermedia entre 1os Antropoides actua1es y el Hombre. Dart lo denominó Australopithecus africanus (mono del África Austral). El mundo científico acogió esta conclusión con mucho escepticismo y la gran mayoría de 1os paleontólogos pensaron que e1 Australopiteco estaba más cerca de los chimpancés y los gorilas que del hombre. A partir de 1936 se multiplicaron los hallazgos de Australopitecos. En la cueva de Sterkfontein, cerca de Johanesburgo (Africa del Sur), R, Broom sacó a la luz el cráneo notablemente bien conservado de un individuo al que denominó Plesianthorupus transvaalensis, En esta misma cueva fueron descubrertos en 1947 numerosos restos del esqueleto postcraneano (tibia, pelvis vértebras). En 1948 R Dart, descubrió en las brechas de Makapansgat, a 200 km de Pretoria (África del Sur), unos restos cercanos a las formas halladas en Sterkfontein. El primer descubrimiento: el niño de Taung El fósil descubierto por R Dart en Buxton a 10 km de Taung (Bechuanaland), fue exhumado en una cueva abierta en unas calizas dolomíticas. Se encontraba a 15 metros de profundidad, en una brecha formada por arcilla rosa, arena y silex, No se encontró ninguna industria asociada a estos restos. La fauna de mamíferos estaba compuesta por insectívoros, un murciélago, numerosos roedores, antílopes y un gran número de babuinos. La datación de estos depósitos es extremadamente difícil. E] estudio de la fauna permite fechar este yacimiento en e1 Pleistoceno inferior, El fósil de Taung comprende la cara, una parte de la frente, la dentadura completa y el molde endocraneano natural. AUSTRALOPITHECUS ROBUSTUS En 1938, en el yacimiento de Kromdraai, cerca de Johanesburgo, al este de Sterkfontein (Africa dei Sur), R, Broom reconoció una forma de Australopithecus de una talla mayor y de una morfología más robusta que denominó Paranthropus robustus. Algunos años más tarde se halló una forma parecida en un yacimiento cercano: Swartkrans. A esta forma se la llamó Paranthropus crassidens. A partir de 1959 se multiplicaron los hallazgos de Australopitecos robustos en el África Oriental, primero en Olduvai (Tanzania), más tarde en el Este Turkana (Kenya) y en el Valle del Omo (Etiopía). ASPECTO FISICO DE LOS AUSTRALOPITECOS El cráneo de los Australopitecos presenta una porción cerebral reducida y una fuerte mandíbula, Pero el aparato locomotor denota una posición erguida bípeda perfecta. El estudio anatómico detallado de la estructura craneana pone en evidencia numerosos Su distribución está prohibida | Descargado por Àlex Mañé (alexitoooooooo98@gmail.com) lOMoARcPSD|2102634 caracteres de los Homínidos. El cráneo cerebral es redondeado, su punto álgido sobrepasa claramente el borde del arco supraorbital, contrariamente a 1o que ocurre en los póngidos, y en cierta medida recuerda al Hombre actual El área de inserción de los músculos de la nuca abarca, como en el hombre, una superficie relativamente pequeña. El ángulo de la base del cráneo, muy abierto en los Póngidos, está bastante cerrada en los Australopitecos y en el Hombre moderno. La flexibilidad del eje de la base del cráneo tiene como función el situar la región facial en una posición retrasada bajo el cráneo cerebral y el agujero occipital está dispuesto horizontalmente. Este fenómeno, conocido con el nombre de báscula occipital, que va parejo con la posición erguida, define una de las tendencias evolutivas de los Homínidos, que en los Australopithecus se realiza muy pronto. El Australopithecus robustus presenta sobre la línea media del cráneo, una cresta sagital formada por la unión de las líneas temporales, Esta cresta que facilita la inserción de unos músculos masticadores muy fuertes, se distingue de la de los grandes monos, Sus componentes no están fusionadas y ésta no alcanza el torus occipital transversal. La cara, alta y ancha, presenta un aspecto más macizo que la del Australopithecus robustus, En este ú1timo, las órbitas están coronadas en la parte superior por un arco espeso y curvado. El paladar es más profundo que en los Antropoides. Los arcos dentarios tienen una forma parabólica, pero son muy alargados en la zona molar, A nivel de la dentadura no hay ninguna diastema que interrumpa la continuidad de la serie dentaria. Los incisivos y los caninos son de pequeño tamaño Los molares son enormes, en particular en las formas robustas Los premolares inferiores presentan dos cúspides, como en el Hombre. La morfología de la pelvis y de los miembros inferiores sugiere indiscutiblemente que los Australopitecos habían adquirido la posición erguida bípeda. En cuanto al ilion se extiende transversalmente como en el Hombre, siendo muy diferente del de los Póngidos La cresta ilíaca está curvada hacia atrás y la ciática es profunda. En relación con el ensanchamiento del ílion, la musculatura de las nalgas, que asegura el equilibrio del tronco sobre los miembros inferiores, tienen una superficie de inserción considerablemente mayor. Los fémures tienen una morfología esencialmente humana. Una imagen aproximada de lo que es el encéfalo de los Australopitecos está dada por el estudio de los moldes endocraneanos. La capacidad craneana varía entre 435 y 57º cm., En comparación al peso del cuerpo, la masa encefálica es claramente superior a la de los grandes monos La fisuración del encéfalo parece igualmente más compleja. EI Australopithecus robustus se distingue dei Australopithecus africanus por su talla más elevada y por su morfología general más robusta En el Australopithecus robustus el aparato masticador es más macizo. Los músculos masticadores insertos en la cresta sagital accionan una mandíbula provista de grandes molares. EL HOMO HABILIS: EL PRIMER HOMBRE: 2,5 a I,3 MILLONES DE AÑOS En 1959 L.S.B. Leakey y Mary Leakey, descubrieron en los niveles I y II de Olduvay (Tanzania), datados en 1,75 millones de años, una serie de Homínidos difíciles de clasificar. En l960 se hallaron en la parte superior del nivel I, cercano al nivel en el que se hallaron los restos de Zinjantropo, un conjunto de huesos: dos fragmentos de parietales, una mandíbula con sus piezas dentarias y algunos huesos de la mano pertenecientes a un individuo joven, P.V. Tobias y L.S.B. Leakey demostraron que este Homínido se diferenciaba de los Áustralopitecos por una mayor capacidad craneana y por unas piezas dentarias más pequeñas, Creyeron que este Homínido estaba Su distribución está prohibida | Descargado por Àlex Mañé (alexitoooooooo98@gmail.com) lOMoARcPSD|2102634 Homínidos fósiles. En 1969 se creó un organismo oficial: el Programa de investigaciones de Koobi-Fora, dirigido por Richard Leakey y Glynn Isaac. Este organismo reúne investigadores de todo el mundo que representan diversas disciplinas: geología, geofísica, arqueología, paleontología, ecología, etc... Esta colaboración entre especialistas ha sido muy fructífera. HOMO ERECTUS DE INDONESIA A raíz de los descubrimientos de E, Dubois, a finales del siglo XIX se emprendieron importantes investigaciones en la isla de Java. A partir de 1936, R Von Köenigswald descubrió nuevos restos. En primer lugar un cráneo incompleto de un niño que se halló en Modjokerto (pithecanthropus modjokertensis); luego, en 1939, encontró en Sangirán una forma de gran tamaño llamada Pithecanthropus robustus. En la actualidad las investigaciones continúan bajo el impulso de científicos indonesios (Sartono, Jacob, etc.), habiéndose conseguido el descubrimiento de numerosos restos de este tipo humano, en particular hay que hablar de un cráneo prácticamente completo y en excelente estado de conservación (Pithecanthropo VIII), que se halló en 1969. HOMO ERECTUS DE ASIA ORIENTAL - El Hombre de Yuanmou Lo restos humanos más antiguos descubiertos en China corresponden a dos incisivos superiores (lI d y g) recogidos en 1965 en los depósitos fluvio-lacustres del condado de Yuanmou, provincia de Yunnan al Noroeste de la aldea de Shangrnabangt. Las importantes excavaciones realizadas por 1os investigadores chinos, han permitido precisar la estratigrafía de este yacimiento al aire libre y subdividirlo en dos conjuntos: inferior y superior, datado ese último mediante el paleo-magnetismo en 1,7 millones de años. Los datos aportados por la fauna y 1a flora permiten pensar que el Hombre de Yuanmou vivía en un clima frío, rodeado de animales de pradera: caballos (Equus yuanmensis), jabalíes (Sus scro ), panteras (Panthera pardus), tigres (Panthera tigris), gamos, lobos y puercoespines. Se han encontrado tres útiles asociados a las piezas dentarias. Se trata de los úti1es más antiguos hallados en China. Los dos incisivos humanos, de grandes dimensiones, han sido atribuidos al Homo erectus yuanmouensis - El Hombre de Lantian El Hombre de Lantian fue descubierto en 1a provincia de Shenxi, en el condado de Lantran, situado a 55 km al Sureste de la antigua capital de Xian, El 19 de junio de 1963, fue recogida una mandíbula humana en un nivel de arcilla roja intercalado en el loess, cerca de la aldea de Chenjiawo, situada a 11 kms. al Noroeste de Lantian. Al año siguiente, 1964, los investigadores del Instituto de Paleontología de Vertebrados y de Paleoantropolgía de Beijing, volvieron a la región de Lantian para proseguir sus trabajos. Pero, durante el viaje, se vieron bloqueados por un fuerte temporal a 15 km de Lantian y se refugiaron en el pequeño pueblo de Gongwangitng. Allí, los campesinos Su distribución está prohibida | Descargado por Àlex Mañé (alexitoooooooo98@gmail.com) lOMoARcPSD|2102634 les indicaron un yacimiento rico en huesos fósiles situado en la parte superior de la población. Interesados, los investigadores permanecieron durante algunos días recogiendo huesos de animales fósiles. Entre ellos encontraron un diente humano Animados por este hallazgo, decidieron llevarse una serie de bloques muy concrecionados al laboratorio de Pekín con el fin de poderlos limpiar más minuciosamente Después de dos meses de limpieza y consolidación de los huesos fósiles, en la tardedel 9 de octubre de 1964 apareció un diente humano, Esto produjo un gran revuelo en elLaboratorio y tres días más tarde, el l2 de octubre Per Wen Chung exclamó: “es sin duda una bóveda craneana, empieza a verse el borde de la órbita”. Este cráneo humano estaba acompañado por tres dientes superiores, un segundo molar izquierdo aislado y un segundo y tercero molares derechos incluidos en un pequeño fragmento de maxilar. Este conjunto fue atribuido a un mismo individuo. A pesar de que la mandíbula y el cráneo, aunque separados por una veintena de kilómetros, fueron agrupados bajo el nombre común de Hombre de Lantian. Pero en realidad estos restos no proceden de un mismo conjunto estratigráfico. El cráneo humano procede de un nrvel más antiguo que eL de la mandíbula. El estudio fáustico y paleo-magnético atribuyen al cráneo una edad de unos 800.000 años correspondiente al período negativo de Matuyama. La mandíbula de Chenjiawo fue recogida en unos niveles de loess más recientes, datados en unos 500.000 años AP, correspondiente al período positivo de Brunhes. - El Hombre de Pekín En 1903 el doctor K.A. Haberer encontró una colección de dientes fósiles en una farmacia de Pekín. Scholosser, paleontólogo alemán, señaló la existencia de un tercer molar superior, que creyó que pudo pertenecer a un Hombre primitivo. En las cuevas de las colinas de los Huesos del Dragón, situadas al norte de la aldea de Zukudian, a 60 kms. Al SO de Pekín, grupos de cazadores se instalaron en diversas ocasiones entre los 500.000 y los 250.000 años AP. Vivían fundamentalmente en la cueva principal, llamada Localidad I, cuyas medidas son de 140 mts. de largo por 40 de ancho. Aquí se vienen produciendo hallazgos de restos fósiles desde 1918. Muchas veces se buscaban dientes como remedio de la medicina tradicional. Zukudian representa una larga ocupación del mismo sitio, con una industrial en basalto de más de 20.000 útiles sobre basalto.. El núcleo central de su importancia es la localización de restos de Erectus que fueron calificados en su momento como Sinanthropus pekinensis por Pei Wen Chung y Teilhard de Chardin en la década de los años treinta del pasado siglo. Hoy es considerada como Patrimonio de la Humanidad. HOMO ERECTUS DE EUROPA O ANTENEANDERTALES Habiendo invadido las zonas templadas, los Homo erectus ocupan hace 1,5 millones de años, las regiones meridionales de Europa. De este período datan los yacimientos más antiguos en los que se han descubierto útiles trabajados por el Hombre. Se conocen numerosos campamentos y lugtares de habitación entre 1,5 millones de años y 650.000 años, pero no se ha encontrado ningún resto humano - Chilhac (Francia) Su distribución está prohibida | Descargado por Àlex Mañé (alexitoooooooo98@gmail.com) lOMoARcPSD|2102634 El yacimrento de Chilhac está situado cerca de Brioude en Auvernia, Se han encontrado tres puntos que son especialmente ricos en fauna, El yacimiento de Chilhac III proporcionó algunos cantos trabajados por el Hombre. Los vertebrados fósiles han permitido fechar este yacimiento en 1 5 millones de años como mínimo. Los útiles descubiertos son cinco y el hallazgo se produjo en 1974. - Un chopper realizado sobre un canto de cuarzo con cuatro levantamientos - Medio canto de cuarzo cuyo contorno tiene algunos levantamientos - Un bifaz primitivo en gneiss, ligeramente alterado. - Un fragmento de cuarzo gris-blanco con algunos levantamientos en forma de bisel - Un chopping-tool en cuarzo cuyo filo sinuoso fue obtenido mediante una talla por las dos caras. LOS NEANDERTALES DE IOO.OOO A 35.OOO AÑOS EI primer descubrimiento atribuido al tipo de hombre de Neandertal, fue realizado en 1828, por el paleontólogo belgra Schmerling, que encontró algunos fragmentos óseos en la cueva de Engis, cerca de Lieja (Bélgica). En el año 1856 se encontraron en una cueva del valle de Neandertal, cerca de Düsseldorf (Alemania), una porción de cráneo y algunos huesos de las extremidades. Este hallazgo fue recibido con sorpresa y suscitó vivas controversias. Un geólogo belga llamado Dupont, descubrió el 1866, en la cueva llamada Trou de la Naulette, a pocos kilómetros de Dinant (Bé1gica), una mandíbula humana asociada a mamíferos desaparecidos (rinoceronte, mamut). Las controversias suscitadas a raiz de todos estos descubrimientos se terminaron en 1886, cuando Lohest y Puydt, descubrieron en la cueva de Spy (provincia de Namur, Bélgica) los restos pertenecientes a tres individuos: dos adultos y un niño. Fraipont y Lohest establecieron el parecido entre los Hombres de Spy y el de Neandertal. Desde entonces los descubrimientos se multiplicaron y actualmente se incluye bajo el término de Neandertales a los tipos humanos portadores de la cultura Musteriense. LOS NEANDERTALES DE EUROPA OCCIDENTAL Los Neandertales vivieron en la Europa occidental desde los comienzos del Würm I hasta el interestadio Würm II- Würm III, momento en el que son sustituidos por el Hombre Moderno. - El cráneo de Neandertal En 1856, en la cueva de Feldhofer, en el valle de Neandertal, por el que discurre el pequeño río Düssel, unos obreros encontraron una bóveda craneana y algunos huesos largos.El anatomista alemán Virchow consideró esta pieza como patológica (cráneo de idiota), mientras que Schaeffhausen y Huxley la consideraron como el representante de una raza humana primitiva. EI cráneo es aplanado y presenta unos arcos supraciliares muy grandes, Los huesos largos son muy robustos, pero actualmente se considera que morfológicamente están muy próximos a los de los hombres modernos. Su distribución está prohibida | Descargado por Àlex Mañé (alexitoooooooo98@gmail.com) lOMoARcPSD|2102634 arqueológica de esta región se confirmó a través de numerosas excavaciones, Entre 1929 y 1937 se llevaron a cabo trabajos de excavación en las cuevas del Monte Carmelo, dirigidas por D. Garrod, En la misma época, R. Neuville descubrió unos restos humanos en Djebel Qafzeh cerca de Nazaret. Las civilizaciones musterienses del Próximo Oriente están caracterizadas por una muy buena técnica Levallois. Las industrias son con frecuencia laminares y las puntas Levailois son muy alargadas. Con el tiempo, las lascas Levallois se vuelven más anchas, cortas y delgadas, Esta evolución se observa bastante bien en El Tabun, en Israel. En Siria, el yacimiento que ha proporcionado Ia mejor serie de industrias musterienses es el de Yabrud. Los diez niveles superpuestos muestran la existencia de diferentes facies musterienses que pueden compararse con el Musteriense de tradición achelense, con el Musteriense típico o con el Musteriense de denticulados. Sin embargo, ninguna de estas facies es idéntica a la de sus homólogas del Oeste de Europa. En Irak, el Musteriense de Shanidar se encuentra en un espesor de 8 metros No presenta técnica de talla Levallois, pero sí numerosas raederas y largas puntas musterienses, muchas veces con el bulbo adelgazado. Unos carbones de este yacimiento han sido datados en 46 000 años. - Qafzeh El yacimiento de Qafzeh está situado a 25 kilómetros al Sureste de Nazaret (lsrael). Se trata de una cueva de unos 20 metros de profundidad, abierta en la ladera de una colina a 200 metros de altura. Las excavaciones realizadas por R. Neuville y M. Stekelis, proporcionaron siete esqueletos humanos. Desde 1965, B. Vandermeerch y su equipo han descubierto otros nueve individuos. Se han encontrado 26 niveles arqueológicos de los cuales 15 son Musterienses. Los nivees más antiguos han sido datados mediante el método de los ácidos amínicos en unos 50,000 años. La industria de sílex muy abundante y variada está representada por más de 15,000 piezas. Los restos humanos corresponden a seis adultos relativamente jóvenes y a siete niños. El cráneo es robusto y Ia capacidad craneana es importante (1.550 cms. de media). Se distingue del de los Neandertales clásicos de Europa Occidental por la altura y 1a convexidad marcada de Ia frente, un menor aplanamiento de la bóveda, una región posterior más redondeada y 1a ausencia de arco supra-orbital. La cara es muy alta y no tiene prognatismo. La forma de las órbitas recuerda las del hombre de Cro-Magnon. La mandíbula es robusta y presenta un saliente del mentón bastante marcado. La talla de estos individuos era bastante alta (entre 1,65 y 1,75 metros). Algunos de los individuos de Qafzeh estaban enterrados individualmente. Un hombre adulto había sido depositado en una angostura de la roca, recostado sobre el lado derecho y con las piernas encogidas, una mujer joven y un niño de unos 6 años fueron enterrados juntos, La mujer estaba recostada sobre el lado y tenía las piernas encogidas. El niño, situado a sus pies, tenía la cabeza doblada sobre el tórax. En Israel los yacimientos de Amud (Lago Tiberiades) y Monte Carmelo, con la famosas cuevas de Skhül y El Tabun han deparado hallazgos de gran importancia, tanto por los restos de neandertales como por la asociación con industria musteriense de gran calidad. EL HOMO SAPIENS SAPIENS. HACE 35.OOO AÑOS EI Homo sapiens sapiens aparece bruscamente durante la última glaciación hace entre 40,000 y 35.000 años Se caracteriza por una talla bastante elevada (1,65 de media), la Su distribución está prohibida | Descargado por Àlex Mañé (alexitoooooooo98@gmail.com) lOMoARcPSD|2102634 frente recta, la cara aplanada y sin prognatismo, así como un mentón desarrollado: Los arcos supraciliares han desaparecido y la media de la capacidad craneana es de 1,400 cms. Los rasgos físicos ofrecen un gran polimorfismo que evoca la actual diversidad racial. EL HOMBRE MODERNO EN EUROPA En 1823, Buckland descubre en la cueva de Paviland (País de Gales) los huesos coloreados en rojo de la famosa “Red lady of Pavilland” que fueron depositados en el Museo de Oxford y cayeron en el olvido. En 1913 Sollas inicia un nuevo estudio del cráneo y demuestra que probablemente la “Dama Roja” era un hombre y estaba datado en el Auriñaciense. En 1866, el yacimiento de Solutré (Saone_et Loire) proporcionó a sus exploradores numerosos restos óseos humanos. Dos años más tarde , a raíz de la construcción del ferrocarril de Agen a Perigueux, los obreros descubrieron cinco esqueletos humanos en un lugar llamado Cro-Magnon, en Dordoña. A partir de este momento los hallazgos semultiplicaron: - 1872, un esqueleto de Laugerie Basse (Dordoña) y descubrimiento del Hombre de Menton en Grimaldi (Liguria). - 1888, un esqueleto en Chancelade (Dordoña). - 1894, un enterramiento con l4 individuos en Predmost, en Moravia - 1909, descubrimiento del Hombre Combe Capelle (Dordoña), adquirido por el Museo de Berlín, - 1914, hallazgo de un enterramiento con dos esqueletos en Obercassel, cerca de Bonn (Alemania). En la actualidad los descubrimientos de hombres fósiles de este tipo se pueden contar por centenares. Los yacimientos del Paleolítico superior de Combe-Capelle, Cro- Magnon y Chancelade han proporcionado restos humanos pertenecientes respectivamente al Perigordiense Inferior, al Auriñaciense y al Magdaleniense. Su distribución está prohibida | Descargado por Àlex Mañé (alexitoooooooo98@gmail.com) lOMoARcPSD|2102634 TEMA 4 El Paleolítico Inferior Introducción 1.- El Paleolítico Inferior en África 2.- El Paleolítico Inferior en Asia 3.- El Paleolítico Inferior en Europa 4.- Yacimientos españoles Introducción: El Paleolítico Inferior es la etapa del Paleolítico situada entre los 2.5 millones de años y los 100.000 ap. Se asocia a las primeras culturas materiales. Se extiende por África, Asia y Europa. Homínidos: H. Habilis H. Ergaster H. Erectus H. Anteccesor Períodos: Clas. Tradicional Clas. Actual Peble Culture Paleolítico inf. Arcaico Abbevillense Paleolítico inf. Clásico Achelense Paleolítico inf. Clásico Micoquiense Paleolítico inf. Clásico Tayaciense Paleolítico inf. Clásico La cultura de cantos rodados Características: Es llamado también olduvayense. Designa cultura de H. habilis y ergaster. Cultura de cantos trabajados toscamente por percusión directa. Humano: Homo habilis y ergaster. Se extiende por África y Mediterráneo. Su distribución está prohibida | Descargado por Àlex Mañé (alexitoooooooo98@gmail.com) lOMoARcPSD|2102634 Tema 5: El Paleolítico medio 1.- Características del Paleolítico medio y de las Industrias Líticas 2.- El Paleolítico Medio en África y Asia 3.- El Paleolítico Inferior en Europa: Los Complejos Musteriense 4.- La transición al Paleolítico Superior: El Chatelperroniense El clima del Paleolítico medio: Finales interglaciar Riss-Würm y primeros períodos interglaciares (120.000-35.000 AP El Hombre del Paleolítico medio: características físicas del Hombre de Neandertal. Destaca la forma de su cabeza: dolicocéfala, ligeramente aplanada, con una capacidad craneana bastante elevada (1.450cm3); presenta asimismo prognatismo facial, con un mentón mínimo en una fuerte mandíbula, nariz chata y unos ojos aparentemente hundidos bajo salientes arcos supraorbitales. Un cuerpo robusto con una estatura media aproximada de 160 centímetros, brazos ligeramente alargados con un especial desarrollo del brazo en relación con el antebrazo. Todas estas características morfológicas pueden s ser el resultado de una adaptación para conservar el calor corporal en un ambiente glaciar El Medio ambiente del Paleolítico medio: La variabilidad de las condiciones climáticas que se suceden en el Paleolítico medio, como el cambio entre la relativa benignidad del interglaciar Riss/Würm y los rigores del Würm, impulsaron a estos grupos de caza- recolectores a buscar refugios, más protegidos que los habituales al aire libre, en abrigos rocosos y cuevas, intentando además que éstos estuvieran situados en corredores naturales, preferiblemente cercanos a la costa y a baja altitud, lugares de tránsito con varios nichos ecológicos, en los que se dedicaban a una caza oportunista, lo cual les permitía una obtención de recursos diversificada, a la vez que les facilitaba la movilidad entre los distintos espacios explotados. Un dato que puede ser vinculado a esta movilidad es el ciclo de ocupación / desocupación. Técnicas: Son fundamentalmente dos: Tradición achelense y Musteriense típico. Hábitat: Aparecen cabañas y refugios. Creencias: Prácticas funerarias ( la Ferrassie). Liturgia: Recopilación de huesos animales y decoración craneal post mortem Sociedad : Se organizan en hordas (grupos humanos de 30/50 individuos) que practican una economía depredadora de caza y recolección. Importa señalar el cuidado de discapacitados y ancianos. El Paleolítico Medio en África. África sigue siendo en el Paleolítico medio un espacio de gran interés para observar el desarrollo de las industrias más antiguas. También en África se va a desarrollar el ciclo formativo de sapiens a partir de la evolución de Su distribución está prohibida | Descargado por Àlex Mañé (alexitoooooooo98@gmail.com) lOMoARcPSD|2102634 erectos, que posteriormente poblarían el planeta, en detrimento de neanderthal. Todo ello confiere al continente africano un valor primordial. Áreas de interés africano: a) Norte de África. En la franja norte del continente se desarrolla la cultura ateriense. Sus características más sobresalientes son: Escasez de piezas confeccionadas con técnica levallois. Abundancia de piezas pedunculadas, Puntas denticuladas y Raederas b) Área del Alto Nilo. En Nubia se desarrollan grupos representados por yacimientos al aire libre, todos ellos poseen técnica levallois. Se diferencias claramente tres grupos: a) Similar la musteriense típico b) Similar al musteriense con denticulados c) Un tercero grupo cuyos rasgos poseen características autóctonas y que no se relacionan con el musteriense. c) Franja del Sur de África. La característica más importante de este grupo es la ausencia de retoques en las piezas trabajadas. Se singularizan dentro de este territorio dos espacios diferenciados por las piezas encontradas: d) Un espacio interior que se caracteriza por el predominio de útiles obtenidos mediante técnica levallois e) Un espacio costero en el que se alternan los yacimientos en los que existe un predominio de raederas, de puntas o denticulados El Paleolítico medio en Asia. Se trata del continente peor estudiado hasta la fecha. No se han excavado grandes yacimientos ni los suficientes para poder diferenciar características propias ni realizar una diferenciación regional. Podemos singularizar los siguientes espacios: a) Sector suroccidental (Turquía, Líbano, Siria e Israel y algunos puntos de Irak). Es la zona mejor explorada y la que ha proporcionado más y mejores yacimientos. Se caracteriza por un musteriense que no difiere del europeo: a) Líbano: Ksar Akil (41800 AP) y Ras el Kelb (52000 AP) b) Siria: Fundamental en el estudio de la región es la cueva de Jabrud. En sus niveles de ocupación se identifican desde el musteriense de tradición achelense a un micromusteriense parecido al de Grecia e Italia (nivel 5) Por ello a una variedad del musteriense tipo quina se le denomina jabrudiense c) Israel: Fundamental es el grupo de cuevas de Monte Carmelo (Skhül y Tabun con una fijación cronológica de 37750 aC). En los yacimientos citados se localizan restos de neanderthales progresivos. En Judea se halla en yacimiento de Abu-Sif. d) Turquía: El musteriense típico está representado en los yacimientos de Bel Dasi y Bel Bidi Su distribución está prohibida | Descargado por Àlex Mañé (alexitoooooooo98@gmail.com) lOMoARcPSD|2102634 El Paleolítico medio en Europa: Los Complejos Musteriense. Para F. Bordes, el Musteriense define las industrias würmienses regionales del Suroeste de Europa. Este concepto se está flexibilizando en la actualidad, en el suroeste de Francia o Cantabria, que representan conjuntos musterienses cuya cronología es muy alta. La identificación de los cazadores del Paleolítico medio partió de la industria lítica, conceptuada básicamente como una industria de lascas. F. Bordes realizó una sistematización del Musteriense, siguiendo un sistema de porcentajes, definiendo el musteriense como un complejo basado en un mismo espectro de útiles. Dentro de este espectro, aisló cuatro grupos en los que se puede representar la técnica Levallois: - Musteriense de tradición achelense: Para los niveles que contenían bifaces que eran musterienses. Dentro de este grupo, estableció una subdivisión: - Musteriense de tradición achelense tipo A: caracterizado por la existencia de determinado tipo de bifaces, raederas... desarrollo amplio de los útiles del Paleolítico superior: cuchillos de dorso. - Musteriense de tradición achelense tipo B: caracterizado por la persistencia muy escasa de bifaces, gran desarrollo de cuchillos de dorso, desarrollo laminar de la industria, abundancia de útiles de Paleolítico Superior, descenso de los útiles musterienses. - Musteriense típico: Ausencia o evidencia limitada de bifaces atípicos, bajo porcentaje de cuchillos de dorso, presencia aún menor de denticulados, porcentaje de raederas bajo. Facies levallois. - Charentiense o Musteriense de tipo quina - ferassie: que se subdivide en: - Musteriense tipo quina: caracterizado por la casi ausencia de técnica levallois, con lascas cortas y espesas, y un índice laminar bajo y por una fuerte proporción de raederas, mayoría de tipos especiales, y las raederas con retoque bifacial. - Musteriense tipo ferassie: constituye las facies levallois del tipo quina, caracterizándose por la aparición de esta técnica en conjuntos con una fuerte proporción de raederas. Los denticulados persisten en proporciones muy débiles, desarrollándose en los niveles tardíos. - Musteriense de denticulados: constituye uno de los tipos más claros del musteriense, denticulados y muescas con débiles o muy débiles porcentajes de otros tipos. - Vasconiense o musteriense tipo "olha": ha sido aislado como un tipo regional para explicar las industrias con hendedores que aparecen en el propio país vasco francés y en la cornisa cantábrica. Se caracteriza por unos conjuntos de tipo quina o charentiense evolucionados y la presencia de hendedores. La transición al Paleolítico Superior: El Chatelperroniense. En el interestadio Würm II/III tienen lugar las culturas de transición del Paleolítico medio y de los inicios del Paleolítico superior: el Musteriense terminal (o de tradición achelense); el Su distribución está prohibida | Descargado por Àlex Mañé (alexitoooooooo98@gmail.com) lOMoARcPSD|2102634 En períodos cálidos la fauna cambia con la incorporación de ciervos, jabalíes y corzos. Asciende el nivel del mar, ocupando áreas litorales que quedan inundadas. Novedades de hábitat: ocupación de diferentes abrigos o formación de cabañas. Novedades sociales: agrupamientos de individuos y prácticas sociales (jerarquías). Quizá sea el primer intento de organización suprafamiliar. Ello implica el establecimiento de relaciones no basadas en parentela. Para su cohesión se establecerían ritos y fórmulas de reconocimiento. La presencia de los llamados “bastones de mando” podría traslucir la detentación de mando o jerarquía dentro del grupo suprafamiliar. los espacios referenciales o santuarios se les ha puesto en relación con esta cohesión grupal. Novedades culturales: magia, ritual, arte, simbolismo, prácticas funerarias Novedades técnicas: aparición del propulsor, del arpón, del anzuelo y posiblemente del arco y la flecha. Novedades en la captación de recursos: La economía del Paleolítico superior es depredadora. Ello quiere decir que no produce sino que se consume lo que la Naturaleza ofrece (caza, pesca, recolección). Existen indicios de un cambio económico, que se produciría al final del período: el mesolítico, El cambio a otra economía: en las manifestaciones artísticas se dan representaciones de posibles vallas o empalizadas y el grupo humano tutelaría al rebaño. Etapas del Paleolítico superior: Auriñaco-perigordiense Solutense Magdaleniense La Cultura Auriñaciense . A partir del 38000 AP sustituye al Musteriense. Su foco original es oriental. Se extendió desde Europa oriental hacia Occidente (Se desconoce su hogar ancentral). Duración: entre 38000 y 28000 AP. Climatología: Estadios glaciares muy fríos con picos extremos y repuntes de clima más suaves de unos cien años. Tecnología. a) Tecnología Lítica: Desarrollo de industria laminar: - Talla de percusión indirecta (grandes láminas, muy espesas - Presión.(Laminillas de pequeño formato) Tipos: láminas retocadas en forma de escamas, raspadores carenados, buriles facetados, laminillas retocadas semiabruptamente. b) Tecnología Ósea. Con hueso se confeccionan: Azagayas (base hendida, entera o biselada), Enmangues de herramental, Alisadores, Punzones, Cinceles, Bastones Su distribución está prohibida | Descargado por Àlex Mañé (alexitoooooooo98@gmail.com) lOMoARcPSD|2102634 perforados, Varillas biseladas, Objetos muebles (zoomorfos como representaciones de mamut), Azagaya de base hendida Novedades culturales: inicio de las primeras manifestaciones artísticas, constancia de inicios de la domesticación de animales (cánido de Grotte Goyet (Bélgica) Etapas del Período Auriñaciense 1. Musteriense final o Auriñaciense de transición 2. Auriñaciense arcaico 3. Protoauriñaciense 4. Auriñaciense clásico o pleno La cultura Solutrense: es la fase del Paleolítico superior medio en Francia y España. Evoluciona a partir del Ateriense africanoGravetiense (paralelo al Auriñaciense). Se encuadra entre el 22000 y el 18000 AP, aunque en comarcas llega hasta 16/15000 AP. Climatología: Muy extremada (estadial würm III), con oscilación templada de Paudorf al final del período. Tecnología. Etapa de grandes novedades. Destaca la técnica del retoque plano y estrecho, aplicado unifacialmente. Los tipos característicos son las hojas de sauce y laurel Etapas: 1. Solutrense inferior. Caracterizado por punta retocadas sin invadir el cuerpo 2. Solutrense medio, Caracterizado por las hojas de laurel con retoque invasor bifacial 3. Solutrense superior. Caracterizado por hojas de sauce con retoque laminar unifacial La cultura del Magdaleniense. Última etapa del Paleolítico superior (entre 18-000 y 8.000 AP. Abarca casi todo el continente europeo Etapas Magdaleniense inferior (Estadios I, II y III) Se caracteriza por la presencia de buriles y raspadores Magdaleniense superior (Estadios I, II y III) Su distribución está prohibida | Descargado por Àlex Mañé (alexitoooooooo98@gmail.com) lOMoARcPSD|2102634 Caracterizado por la presencia de arpones, azagayas, bastones perforados, estatuillas de venus, desarrollo del arte rupestre El arte del Paleolítico superior Concepto de arte rupestre Aparición Teorías sobre el arte rupestre Manifestaciones: Arte mueble y Arte inmueble Técnicas Concepto de arte rupestre. El arte aparece hace unos 30.000 años de manera fulgurante. Por primera vez es el hombre actual, H. sapiens sapiens el ejecutor de estas maravillosas realizaciones. Debemos señalar la dicotomía entre últil y expresión artísticas. El últil es una herramienta, un objeto utilitario. En algunos de ellos se ha querido ver una expresión artística, pero su función es la servir de herramienta. Por el contrario la obra de arte expresa sentimientos, emociones, es la elaboración intelectual que posee otras funciones. Aparición. Nunca antes del paleolítico superior se habían localizado obras artísticas. El arte surge ligado al hombre actual de manera madura. Teorías sobre el arte rupestre. Se han formulado muchas teorías sobre el origen y significación del arte cuaternario. Ninguna de ellas satisface por completo: Teoría del arte por el arte. En un primer momento se consideró que la parición del arte no debería poseer otra explicación que el propio placer de llevar a cabo la obra artística. Winckelmann es el principal representante de esta teoría, que hoy consideramos totalmente desfasada. Teorías mágico-religiosas Las teorías mágico-religiosas parten del hecho de considerar las representaciones artísticas como elementos de prácticas y rituales que han llegado hasta nosotros de manera incompleta, pero que el hombre primitivo llevaría a cabo dentro de sus estrategias vitales. Estas teorías pueden nucleares en torno a tres apartados: teoría de la magia simpática, de la magia propiciatoria y teoría religiosa del santuario. a) Teoría de la magia simpática. Esta teoría se fundamenta en la correlación que se establecería entre objeto real y objeto representado. Todo acto inferido sobre la imagen representada tendría un correlato sobre la imagen real. Poniendo un ejemplo actual nos encontraríamos con prácticas semejantes al vudú. Así el alanceamiento del animal representado comportaría su muerte y, por lo tanto, al salir a cazar el ejemplar real, ya se encontraría espiritualmente muerto, facilitándose su captura. Su distribución está prohibida | Descargado por Àlex Mañé (alexitoooooooo98@gmail.com) lOMoARcPSD|2102634 Así conocemos que las figuras de la Gran Sala de Lascaux se realizaron sin grabado previo, que fue sustituido por el contorno realizado con carbón. Tallado: la talla de objetos es. Junto al grabado, la técnica más generalizada en el arte mueble. La talla se realizaría sobre soportes muy variados, entre los que cabe citar el hueso, asta, marfil, piedra, etc. Algunos objetos sobresalen por su perfección y delicadeza, como es el caso de las llamadas Venus esteatopígicas o calopígicas, el bisonte herido que se lame la herida o la cabeza de caballo relinchando. Modelado: Poseemos magníficos ejemplos de bisontes modelados en la arcilla tierna de la cueva, que sirvió para completar el repertorio grabado o pintado en su parte superior. Su distribución está prohibida | Descargado por Àlex Mañé (alexitoooooooo98@gmail.com) lOMoARcPSD|2102634 Tema 7. El Epipaleolítico y el Mesolítico Concepto y terminología Características Clima y Fauna Etapas El Capsiense Concepto y terminología Epipaleolítico (más allá del Paleolítico) Mesolítico (Entre las edades de la piedra) Ambos son terminología evolutivistas diseñada por Obermaier y Clark. Se han asentado desde el principio. Con ambos términos se intentaba encontrar el paso del Paleolítico al Neolítico. Se trata, ambos casos de una FASE INTERMEDIA de las hordas de cazadores y recolectores. Su cronología se ha establecido en el tardoglaciar (10.000- 8. 000 AP) una fase intermedia entre el final del Paleolítico (sociedades de cazadores- recolectores) Mesolítico. Aparece en primer lugar. Señala las fases de sociedades que han comenzado utilizar sistemas de obtención de alimentos a modo de transición hacia el Neolítico y hacia la plena actividad agrícola. Epipaleolítico. Término más reciente. Se aplica a culturas en cuyas sociedades se mantenían formas de vida propias del Paleolítico (caza-recolección). Visto así sólo es posible hablar de Mesolítico en sociedades que presentan innovaciones en su modo económico, ligado a la produccción y ello, en palabras de Bernat Martí, sólo se dio en el Medio Oriente próximo, exportándose al resto de los grupos que se mantenían en un modo Epipaleolítico. Clima: El Epipaleolítico se extiende por las fases Pre-Boreal, Boreal, Atlántica, Sub- Boreal y Sub-Atlántica, caracterizadas todas ellas por temperaturas más elevadas que en la fase glaciar del Paleolítico Superior y por periodos de humedad oscilantes (“óptimo climático”). La retirada de los hielos facilita la ocupación de las latitudes más al Norte, generándose nuevas formas de adaptación al medio. Fauna. Desaparición de los grandes animales como bisontes y mamuts, y adaptación de renos y caballos al nuevo entorno climático. Durante mucho tiempo se pensó que el Epipaleolítico correspondía a una época de gran colapso de la fauna. Para algunos, la microlitización de la industria lítica se explicó por la adaptación de ésta a la fauna existente en el momento (pequeños animales). A veces se ha señalado la existencia de un gran crecimiento demográfico como resultado del “óptimo climático”. Esta afirmación parece aventurada porque no se tienen datos suficientes sobre la demografía Su distribución está prohibida | Descargado por Àlex Mañé (alexitoooooooo98@gmail.com) lOMoARcPSD|2102634 y se tiende, en ocasiones a hacer paralelismos con etapas históricas posteriores cuando el registro arqueológico es mayor. Características técnicas. 1. Tendencia a la Microlitización de la industria lítica. Los útiles se realizan a partir de láminas o lascas minúsculas que se obtienen de núcleos prismáticos y por medio de los retoques abruptos. 2. Mantenimiento de las formas y tipos ya conocidos en el Paleolítico superior (raspadores, buriles, hojas retocadas, perforadores). 3. Diversificación regional de los útiles típicos y exclusivos de este periodo. Rasgos básicos y tipológicos. Tres son también los grandes tipos líticos novedosos del Epipaleolítico/Mesolítico: 1. HOJITAS. Son hojas pequeñas, no mayores de 12 milímetros, retocadas o no y que debieron servir como complemento a armas fabricadas a partir de mangos de hueso o madera . 2. GEOMÉTRICOS. Los geométricos son piezas sobre lascas e incluso hojitas a las que, por medio de retoque abrupto se les ha dado formas de triángulo, rectángulo o trapecio, rombo y segmento de círculo. 3. PUNTAS. Siempre sobre lámina, las puntas se diversifican en las distintas culturas que componen el Mesolítico (al menos en Europa) pero mantienen, en muchos rasgos, aspectos semejantes a los del Paleolítico Superior. Etapas: EPIPALEOLÍTICO ANTIGUO O INICIAL (10.000/7.500 a. C.). Se abre con la cultura denominada AZILIENSE (de Mas d´Azil, en Francia), heredera del Paleolítico Superior Magdaleniense y cuya industria lítica está caracterizada por las denominadas puntas azilienses, siempre sobre hojitas de dorso convexas a modo de los cuchillos de Chatelperron; y por los raspadores unguiformes, raspadores cortos sobre lasca, con retoque abrupto y semejantes a la forma de la uña. La industria lítica se complementa con una industria ósea de arpones, habitualmente de una sola fila de dientes y con una perforación basal en forma de ojal. Especial mención merecen los cantos rodados decorados con pintura esquemática. En este periodo destaca también la cultura SAUVETERRIENSE (de Sauveterre-la-Lémance, Suiza), cuyo fósil característico es la punta Sauveterriense, que pervive en otras culturas posteriores. EPIPALEOLÍTICO MEDIO (8.200/7.500 a. C.). La cultura central es el TARDENOISIENSE (región de Tardenois, Francia), con abundantes puntas tardenoisienses, y geométricos. EPIPALEOLÍTICO FINAL (5.000 a. C.-3.500 a. C.). Aun perviviendo algunas de las culturas anteriores, se produce una cierta generalización de la industria macrolítica a través de facies culturales como el CAMPIÑENSE (que pervive hasta la Edad de los Su distribución está prohibida | Descargado por Àlex Mañé (alexitoooooooo98@gmail.com) lOMoARcPSD|2102634 Hábitat: La sedentarización impone la aparición de construcciones Cabañas: elemento nuclear del hábitat humano Santuario: espacio sacral diferenciado Espacios destinados a terrenos de labor Área destinada al ganado (establos, campos cerrados, etc.) Espacios funerarios: túmulos, dólmenes, cuevas sepulcrales Delimitadores del espacio: megalitos Teorías evolucionistas o difusiomnistas Se han señalado dos vías de acceder a la neolitización: • La transformación dentro del propio grupo humano: evolucionismo. Existe la discusión sobre en cuántos núcleos se produjo el fenómeno neolitizador: Próximo Oriente, Indo, Río Amarillo, Yucatán, etc. • La aparición en pocos espacios y su difusión por contacto: difusionismo. La principal dificultad es saber quién difundió a quienes. A veces los difusionistas se equivocan al plantear adquisiciones que son desarrollo de la propia comunidad (ejemplo de la cerámica). Etapas. El proceso neolitizador se ha sintetizado en tres gran etapas, independientemente de las cronologías precisas: 1. Neolítico inicial: se corresponde a los establecimientos originarios. Se le suele denominar pre-cerámico 2. Neolítico pleno: momento en el que la neolitización alcanza a la mayor parte de los grupos humanos. Se identifica la economía productora y la cerámica. 3. Neolítico final: etapa de transición hacia el Calcolítico. Se desarrolla el fenómeno megalítico y el desarrollo de los poblados, algunos de ellos fortificados. Su distribución está prohibida | Descargado por Àlex Mañé (alexitoooooooo98@gmail.com) lOMoARcPSD|2102634 Tema 9 El arte neolítico. Las manifestaciones del arte en el Neolítico difieren de las correspondientes a períodos anteriores. Pueden señalarse las siguientes características: 1. Ubicación: El arte abandona la cueva y se manifiesta al aire libre, en solapos y solanas. 2. Soporte: El arte mueble incorpora nuevos soportes a los anteriores: hueso, cerámica, placas de piedra pulimentada, metales nobles nativos, etc. a. Piedra: Se utilizan abrigos rocosos al aire libre b. Hueso: Representaciones 3. Temática: Abunda la representación de escenas de caza, recolección, rituales, etc. Se incorpora la figura de la Diosa-Madre neolítica. 4. Composición: Generalmente son escenas integradas, frente a la representación zoomorfa aislada de etapas precedentes. 5. Estilo: Frente al naturalismo del arte cuaternario, el neolítico tiende al esquematismo, utilizando colores planos en lugar de la policromía anterior. En pintura parietal se conocen estilos: a) Macroesquemático b) Esquemático antiguo c) Esquemático reciente 6. Técnicas: Ahora se produce una diversificación, sobre todo en la cerámica, que conoce una variedad de técnicas decorativas (incisa como la cardial, impresa, aplicada y de empaste) La cerámica La aparición de cerámica está ligada a la nueva economía productora, necesitada de contenedores en los que almacenar los excedentes para épocas en las que no existe producción o para guardar la simiente. Su aparición debió ser fortuita, quizá relacionada con la combustión de un recipiente confeccionado con fibras vegetales y revestido de arcilla. Al quemarse quedó el barro endurecido y las improntas de las fibras (ese podría ser el comienzo de las cerámicas cordatas, es decir las que poseen una decoración que recuerda a las cuerdas aplicas sobre la arcilla tierna, cerámica que evolucionaría hacia los modelos campaniformes. El desarrollo de la cerámica está ligado a dos técnicas complementarias entre sí: la confección y la cocción. Para confeccionar la cerámica no se disponía aún de tornos, realizándose mediante la técnica de urdido o a mano. En ambos casos la cerámica se Su distribución está prohibida | Descargado por Àlex Mañé (alexitoooooooo98@gmail.com) lOMoARcPSD|2102634 levantaba manualmente. La cocción se realizó siempre en hornos muy rudimentarios, consistente en un hoyo en el suelo o colocando el recipiente junto al fuego. En algunos casos se ha observado la técnica de introducir piedras candentes en el interior del objeto. La cerámica será un soporte ideal para proyectar las nuevas formas artísticas. Son muy variadas las técnicas decorativas que se fijan sobre la cerámica: Decoración bruñida. Se obtenía frotando la superficie con una gamuza hasta obtener un brillo parecido al metálico. Una variante de la decoración bruñida es la obtenida aplicando un barro rojo sobre la superficie del objeto, denominándose en este caso cerámica a la almagra. Decoración impresa. Este tipo decorativo se obtenía presionando un objeto sobre la arcilla blanda. El objeto quedaba fijado de esta manera de forma permanente. Por ejemplo un dedo (decoración de digitaciones) o una estampilla (estampillado). Decoración incisa. La incisión consiste en aplicar un elemento punzante sobre la superficie para obtener una marca precisa. El objeto puede variar mucho, pudiéndose tratar de un punzón, una punta de caña, la uña, la superficie de un vivalvo (cardium edule, cerámica cardial, etc.). Estas decoraciones son muy decorativas y suelen repetirse formando bandas. Decoración excisa. Se obtiene excavando la superficie de la vasija hasta dejar en resalte el motivo decorativo. Las zonas excavadas podrían rellenarse de otra pasta de color diferente. Decoración aplicada. Consiste en modelar elementos decorativos en pasta cerámica y aplicarlos sobre la pared del objeto, quedando en resalte. Son frecuente las bolas (mamelones), las cintas o tiras (costillas, acintadas, etc.), que solían decorarse con impresiones sobre ellas. El Megalitismo El fenómeno megalítico está relacionado con las etapas finales del Neolítico. Supone el desarrollo de construcciones especializadas. La base de la construcción es el ortostato 1. Según su número puede ser: 2. 1 menhir 3. 3 trilito 4. Dispuestos en fila: Alineación 5. Dispuestos en círculo: círculo o cronlech 6. Dispuesto en forma de cueva artificial: túmulo, dolmen o megaxilito Funciones: Los megalitos poseen una función específica, que está relacionada con los rituales, las prácticas funerarias, etc., pero además, los megalitos son delimitadores del Su distribución está prohibida | Descargado por Àlex Mañé (alexitoooooooo98@gmail.com) lOMoARcPSD|2102634 objetos metálicos no aparece simultáneamente en toda Europa, ni siquiera en el ámbito más concreto de la Península; tampoco, cuando se documentan, estas actividades parecen tener las mismas implicaciones funcionales y sociales en todas las regiones. Suele aceptarse ahora que la metalurgia, aunque un factor importante, no necesariamente ha de ser el desencadenante de cambios culturales, sino en parte la consecuencia de nuevas situaciones socioeconómicas y por lo tanto no debe ser el único rasgo definidor del Calcolítico. Es habitual que esta etapa se relacione con el inicio de la complejidad social, y el registro arqueológico, en algunos casos, pone de manifiesto aspectos que se interpretan en estos términos: ajuares funerarios desiguales, fortificación de algunos poblados, algunos de los cuales muestran ocupaciones duraderas, diferencias de tamaño entre los mismos que se pueden interpretar en términos de diferencias de función y relaciones de interdependencia; todo ello junto con evidencias de cambios en la ele¬ción de los territorios de asentamiento y en las tecnologías agrícolas y ganaderas encaminadas a una producción más segura e incluso excedentaria. Así pues, durante el Calcolítico, quizá ya desde antes, y la Edad del Bronce se desarrollan estructuras socioeconómicas complejas, calificadas como jefaturas según algunos o como verdaderos estados -o procesos de transición al estado- según otros. Tampoco este rasgo es simultáneo, y en la Península el registro arqueológico que habitualmente se ha interpretado en esos términos sólo se documenta en las tierras meridionales, especialmente en el sudeste, donde para el cobre -cultura de Los Millares- y para el bronce - cultura de El Argar- se dispone de abundante material, tanto de poblados como de necrópolis, circunstancia que casi no se repite en la mayor parte de Europa, a excepción del Egeo. No obstante, se es cada vez más consciente de que la valoración diferenciada del sur peninsular, más avanzado, y del resto de la Península, menos desarrollado, puede entenderse desde una óptica distinta si se explican estas disimetrías en términos de sistemas económicos y sociales diferentes que se expresan en registros arqueológicos también diferentes. Aquí se va a seguir el criterio cronológico, adoptando el término de calcolítico para hacer referencia, grosso modo, al tercer milenio hasta el 1900/1800 a. C., en cronologías sin calibrar. En cuanto a la Edad del Bronce, en toda la prehistoria europea se utiliza la división tripartita de origen centroeuropeo: - Bronce antiguo (1800-1450 a. C.) - Bronce medio (1450-1250 a. C.) - Bronce final (1250-800/750 a. C.) En Europa central esta clasificación se correspondía a tres culturas arqueológicas bien definidas -aunque desde hace tiempo se reconocen elementos de continuidad entre ellas- como son la cultura de Unetice, la cultura de los Túmulos y la cultura de los Campos de Urnas, respectivamente. Algunos criterios arqueológicos se podían usar para otras áreas europeas; por ejemplo, el inicio de la Edad del Bronce «coincide» con la desaparición de la cerámica campaniforme, lo que por otra parte tampoco está tan claro; la fecha de mediados del segundo milenio a. C. para inicios del Bronce medio se puede relacionar con la aparición de algunos elementos considerados de origen mediterráneo o que se podrían poner en relación con el desarrollo de las actividades comerciales entre el Mediterráneo y Europa, como son el ámbar y las cuentas de pasta vítrea. El final del Su distribución está prohibida | Descargado por Àlex Mañé (alexitoooooooo98@gmail.com) lOMoARcPSD|2102634 Bronce medio venía marcado en Europa central por la generalización del ritual de la incineración en campos de urnas cuya expansión por el Mediterráneo -Italia- y por Europa occidental se explicaba como una unificación cultural producto de invasiones o migraciones; las zonas que no se veían «tan» afectadas por estas migraciones, como por ejemplo el sudeste, también presentaban una ruptura cultural con la desaparición de los rasgos característicos de las culturas del bronce que «sospechosamente» coincidía a grandes rasgos con el fin de las civilizaciones del Bronce Egeo. En la Península Ibérica se mantiene todavía la división ternaria a pesar de las críticas que ha recibido; efectivamente, para ninguna de las áreas geográficas se puede justificar una división entre bronce antiguo y medio, a no ser por algunos cambios en las tipologías cerámicas o en la metálica; sí que, por lo general, está justificada la separación de un Bronce final -que será objeto de estudio en el próximo capítulo, pero con unas implicaciones cronológicas y culturales diferentes para cada una de las áreas. Antes de pasar a la explicación de los períodos del Calcolítico y Bronce por áreas geográficas vamos a exponer algunas cuestiones generales sobre elementos culturales que se han considerado definidores o fósiles guía para el establecimiento de cronologías. LA METALURGIA DEL COBRE Y LAS ALEACIONES Los trabajos de Renfrew y la publicación en 1973 de su visión de conjunto de la prehistoria europea, Before Civilization, sentaron las bases para el abandono de las tesis difusionistas defendidas por Gordon Childe y que afectaban entre otros aspectos a la aparición del megalitismo y de la metalurgia en Europa. En el área balcánica, las excavaciones de dos importantes complejos mineros como los de Rudna Glava y Ain Bunar, los objetos metálicos aparecidos en contextos de su Neolítico medio y del final - ya considerado como Eneolítico-, y las cronologías de cuarto milenio a. C., cal. quinto milenio BC, permitieron defender allí un origen autóctono de la metalurgia, posterior a la del Próximo Oriente, pero anterior y más desarrollada tecnológicamente que la primera metalurgia del Egeo de la que supuestamente procedía; por el contrario, parece que la metalurgia egea más antigua, presente en Sitagroi, está en es¬trecha relación tecnológica y tipológica con la balcánica y probablemente dependa de sus recursos cupríferos. Al mismo tiempo, la comprensión de los procesos metalúrgicos primitivos eliminó la idea de descubrimiento extraordinario y primó la consideración de que algunas comunidades estaban «predispuestas» a ella por varias razones: por el creciente interés en la búsqueda de materias primas de calidad o vistosas ya en el neolítico que, en algunos casos, se había traducido en la utilización de cobre nativo para sencillos objetos de adorno; por la fabricación de la cerámica que había favorecido un mayor control de las técnicas del fuego; por la extracción de algunas materias primas, por ejemplo el sílex, que había permitido el desarrollo de unas tecnologías extractivas que serían aplicadas a la obtención de los minerales de cobre; y lógicamente por disponer de posibilidades mineralógicas en su territorio. Aunque en los yacimientos peninsulares no se ha documentado la etapa supuestamente previa -el uso de cobre nativo- al desarrollo de una verdadera minería y metalurgia, suele aceptarse que fue también un foco independiente aunque posterior, puesto que no hay indicios anteriores al tercer milenio a. C.; para Montero, el autoctonismo de la metalurgia peninsular se defiende por tres razones: faltan evidencias claras de contactos Su distribución está prohibida | Descargado por Àlex Mañé (alexitoooooooo98@gmail.com) lOMoARcPSD|2102634 entre la Península y los centros metalúrgicos del Mediterráneo oriental, aparece en contextos culturales en que prima la idea de continuidad cultural -lo que no excluye cambios-, finalmente la tecnología metalúrgica peninsular, primitiva, no se puede comparar con las tecnologías y tipologías más desarrolladas del Mediterráneo oriental, incluso del central, donde ya en el tercer milenio se utilizaban verdaderos bronces, es decir, con aleaciones intencionadas de estaño. La tradición investigadora, la abundancia y naturaleza de los hallazgos y los mapas metalogenéticos actuales han primado la consideración de las áreas meridionales, en especial el SE y el SO, como originarias de la metalurgia y, efectivamente, sigue siendo incuestionable la primacía cronológica de sus actividades metalúrgicas desde comienzos del tercer milenio a. C. en los contextos culturales de Los Millares, Vilanova de San Pedro y el cobre del SO. Además de la presencia de objetos metálicos tanto en poblados como en necrópolis, relativamente abundantes si se compara con otras áreas peninsulares, los hallazgos de minerales, gotas de fundición, escorias, fragmentos de vasijas con adherencias, moldes y crisoles son reflejo de las actividades de transformación desarrolladas en los poblados; por otra parte, la proximidad de algunos poblados a mineralizaciones de cobre permite proponer que este factor pudo desempeñar un papel importante a la hora de elegir su ubicación. Si bien esta cronología calcolítica es indudable, recientes excavaciones realizadas en el asentamiento al aire libre de Cerro Virtud (Almería) han proporcionado evidencias ya de actividad metalúrgica; este yacimiento ha sido considerado del Neolítico medio, aproximadamente de la segunda mitad del V milenio en fechas calibradas por lo que sería la cronología para actividad metalúrgica más antigua de Occidente según Montero. Para el resto de la Península Ibérica, siempre se ha aceptado que los inicios de la metalurgia son posteriores, de finales del tercer milenio a. C., coincidiendo con la presencia del vaso campaniforme, tal como se documenta en algunos asentamientos meseteños, como El Ventorro, y en los ajuares funerarios donde además aparecen tam¬bién las primeras joyas de oro. No obstante, algunos hallazgos en el norte de Portugal y en algunos yacimientos de la Meseta parecen apuntar ya actividades metalúrgicas algo antes de la aparición de esta cerámica, pero en todo caso en la segunda mitad del tercer milenio a. C. y, por ahora, de una manera excepcional. En la Península no se conocen complejos mineros de envergadura, por lo que la obtención del mineral debió hacerse con técnicas extractivas sencillas, a cielo abierto, en trinchera o covacha, que se han documentado en el SO, en Huelva, y en las cercanías de algunos poblados calcolíticos y del bronce del SE como El Malagón, Herrerías o Almizaraque, aunque se supone que debieron ser bastante más numerosas. Esta técnica extractiva implica unos trabajos poco complejos y una productividad baja, aunque suficiente para una demanda que probablemente no debió de ser al principio muy elevada; a pesar de su baja productividad, la abundancia de afloramientos podía favo¬recer un aumento de la producción en caso necesario. El conocimiento de la explotación de estos recursos superficiales es lo que ha permitido valorar las posibilidades mi¬neras de muchas zonas, como por ejemplo el centro peninsular, a pesar de que en la actualidad no aparezcan en los mapas metalogenéticos, puesto que no son rentables ante una gran demanda. Los estudios que se han realizado sobre esta metalurgia, como los de Rovira y Montero, coinciden en calificarla como una actividad poco desarrollada tecnológicamente, consistente en el aprovechamiento de los recursos locales, razón que puede ser responsable de las distintas composiciones de los minerales Su distribución está prohibida | Descargado por Àlex Mañé (alexitoooooooo98@gmail.com) lOMoARcPSD|2102634 parecía otorgarles un carácter guerrero que les aseguraría el éxito. Bosch Gimpera y Castillo defendieron la Península Ibérica -Andalucía o Castilla- como lugar originario, dada la riqueza de tipos y decoraciones, así como su expansión por vía marítima y continental al resto de Europa, aunque no faltaron trabajos que, por las mismas razones, defendían algo similar para Bohemia y Moravia. A partir de los sesenta, esta hipótesis fue reemplazada por la de Sangmeister. Mediante el estudio de las decoraciones se distinguieron dos estilos, sucesivos cronológicamente: el Marítimo, llamado también Internacional por la similitud de formas y decoraciones en buena parte de Europa, con decoración puntillada o a ruedecilla, y el Continental o Regional, con decoraciones incisas y estampadas o seudoexcisas, para el que se conocen diferentes grupos geográficos con características propias. Sangmeister defendió un origen peninsular, en los poblados de la desembocadura del Tajo, para el Marítimo y su expansión por vía marítima hasta el Rin; tras la mezcla con las tradiciones decorativas locales de la Cerámica de Cuerdas y los ricos estilos decorativos de la cultura de Vucedol de Europa central se produjo un reflujo hacia Occidente aportando los estilos regionales con decoraciones incisas, los braquicéfalos según algunos, y toda una serie de novedades que siempre se han asociado al campaniforme como los puñales de lengüeta, puntas de flecha, brazales de arquero y botones o cuentas con perforación en V, así como la generalización de la metalurgia del cobre. Posteriormente, los trabajos realizados en el Bajo Rin y la revisión de materiales procedentes de antiguas excavaciones han tenido como consecuencia el reconocimiento de otros estilos decorativos y nuevas propuestas cronológicas. Entre los diferentes tipos y estilos se reconocen: - AOC (All over corded): vaso con perfil en S -vaso campaniforme- con de¬coración en líneas horizontales realizada con impresiones de cuerdas y que cubren casi toda la superficie del vaso. - Marítimo (M): vaso como forma dominante, decoración realizada a peine o ruedecilla y diferentes composiciones decorativas: líneas horizontales equidistantes o agrupadas; la decoración más corriente es la que alterna franjas decoradas con líneas oblicuas entre dos horizontales y en direcciones alternas, a veces separadas por fran¬jas exentas: es la variedad Herringbone o «en espina de pez». - CZM (Corded Zoned Maritim), con decoración similar a la última pero con las líneas horizontales impresas con cuerdas. - Puntillado complejo: Harrison cita para la Península la variedad Agualva; se refiere a formas campaniformes o no, con decoración puntillada pero con motivos geométricos más complejos: aparecen, aunque no muy abundantes, en Cataluña, la Meseta, Portugal, Galicia y Andalucía occidental. - Estilos regionales, con formas diversas y decoraciones incisas y estampadas formando motivos decorativos complejos: los grupos tradicionalmente citados eran Salomó en Cataluña, Palmela en Portugal, Carmona en Sevilla y Ciempozuelos en la Meseta, protagonizando este último una expansión por territorios de la periferia; posteriormente se ha puesto en duda esta expansión y se aceptan otras producciones incisas locales en Su distribución está prohibida | Descargado por Àlex Mañé (alexitoooooooo98@gmail.com) lOMoARcPSD|2102634 el SE, Levante (Elche), sur de la Meseta, (Dornajos), y también para Galicia, Ebro y Baleares. Varias reuniones científicas, como la de Oberried en 1974 y la posterior de Oxford en 1986, han recogido nuevas propuestas cronológicas y otras perspectivas de explicación. Lanting y Van der Waals propusieron un origen renano basándose en las secuencias tipológicas y radiocarbónicas de los conjuntos funerarios del norte; Clarke defendió el golfo de León como centro formativo y difusor de los diferentes estilos campaniformes y Harrison sugirió un origen doble: los cordados en el Rin y el Marítimo en el estuario del Tajo. En realidad, los planteamientos sobre la genealogía del vaso campaniforme se están demostrando estériles y se duda que todas las cerámicas que colocamos dentro de ese «saco» haya que entenderlas como un único problema; sólo los campaniformes marítimos responden a una idea similar -aunque se pueden distinguir algunas variaciones concretas- en cuanto a forma y decoración allí donde aparece. Por ello, las investigaciones más recientes van encaminadas a tratar de comprender el significado y la función de estas cerámicas en sus propios contextos culturales, muy diferentes entre sí, y se ha abandonado, salvo contadas excepciones, la explicación de gentes portadoras de estas cerámicas y del resto de los elementos acompañantes. La distribución europea de estas cerámicas no es uniforme, sino que hay muchos vacíos geográficos en los que no aparece, mientras que en las zonas donde sí se documentan lo hace con densidades muy desiguales; por ejemplo, los campaniformes marítimos presentan en el estuario del Tajo la mayor densidad de hallazgos, siguiéndole la Bretaña francesa, mientras que su presencia en el resto de la Península es por ahora bastante más minoritaria y en algunos lugares, como el SO peninsular, prácticamente no aparece esta cerámica, mientras que sí están presentes algunos elementos acompañantes, cuya procedencia centroeuropea también se pone en duda, como por ejemplo las puntas de flecha ya documentadas en las fases anteriores a dicha cerámica. En cuanto a la metalurgia, si bien es cierto que su generalización coincide a veces con la presencia de esta cerámica, hay que constatar por un lado que en la Península ya se conocía y se usaba más o menos regularmente y, por otro, que los análisis me¬talográficos realizados sobre objetos contemporáneos no denotan cambios tecnológicos significativos que permitan defender la llegada de nuevos conocimientos. Por otra parte, no todos los objetos asociados son de procedencia centroeuropea; uno de los elementos peninsulares que puede acompañar al campaniforme es la punta de Palmela, de origen portugués, cuya distribución es casi exclusivamente peninsular, aunque con algún ejemplar en el sur y oeste de Francia. Actualmente, a partir de los primeros planteamientos de Clarke, Shennan y otros, suele aceptarse que esta cerámica pudo cumplir una función de objeto de prestigio, por estar asociada a algún ritual determinado o a alguna bebida concreta -se ha propuesto la cerveza, la hidromiel-, y por ello entrar en los circuitos de circulación -o emulación- e intercambio que ya estaban trazados por la circulación de otras materias primas o producciones de calidad. Precisamente el estudio de la distribución de las diferentes materias primas permite reconocer la existencia de varios circuitos regionales que interfieren entre sí. Serían los mecanismos de circulación y de emulación a través de las diferentes rutas los responsables de esa aparente unificación de territorios muy amplios y de contextos culturales diferentes. Su distribución está prohibida | Descargado por Àlex Mañé (alexitoooooooo98@gmail.com) lOMoARcPSD|2102634 Ha sido frecuente vincular la presencia de los estilos regionales con cambios en el ritual funerario: fin del megalitismo y sustitución del ritual de enterramiento colectivo por el de enterramiento individual, junto con un mayor interés en reflejar mediante el ajuar la personalidad del enterrado, no sólo su edad y sexo, sino también su categoría social; es evidente que la distribución desigual en los ajuares de esos objetos considerados de prestigio pudo utilizarse para refrendar la categoría del muerto por parte de los vivos. Es cierto que la práctica de enterramientos colectivos va desapareciendo de Europa, pero a un ritmo diferente, antes del campaniforme en las Islas Británicas, después del campaniforme marítimo en la Bretaña, y poco después como se detecta en el SE peninsulsar, buena parte de Andalucía y de los territorios atlánticos; pero en la Península, la mayoría de las veces, junto a la constatación de un mayor número de enterramientos individuales se documenta también la reutilización de los sepulcros megalíticos. La idea de continuidad viene avalada por el hecho de que cuando se conocen los asentamientos, la secuencia estratigráfica permite documentar cómo estas cerámicas aparecen en un ambiente de continuidad cultural. Independientemente de su significado, esta cerámica se ha utilizado como marcador cronológico para dividir el Calcolítico en dos etapas, pre y campaniforme, para hablar de una metalurgia pre y campaniforme, para referir el término de edad del cobre sólo a la época campaniforme como suele aceptarse por ejemplo para Cataluña, o para considerar el fin del campaniforme como inicio de la Edad del Bronce. Según la secuencia radiocarbónica de los Países Bajos, la ordenación cronológica es la siguiente: AOC, Marítimo y Continental o estilos incisos; de hecho, ya desde los trabajos de Sangmeister era incuestionable la anterioridad de los puntillados sobre los incisos. También en la Península se acepta la anterioridad de los pocos cordados y de los marítimos con respecto a los incisos. Varias estratigrafías así lo confirmarían como las de Zambujal (Portugal), Cerro de la Virgen (Granada), Los Millares (Almería) o Moncín (Zaragoza). De Zambujal proceden algunas fechas para el inicio del estilo marítimo consideradas entre las más antiguas; están entre 4090 ± 40 BP y 3950 ± 65 BP y su calibración, utilizando la media, las sitúa entre poco más de 2600 a. C. y 2500 a. C. Pero recientemente se cuestiona una distancia cronológica bien definida entre los estilos marítimos y los incisos y el túmulo funerario de la Atalayuela (Agoncillo, Logroño) es un yacimiento clave; cubre un enterramiento múltiple y simultáneo y en su interior aparecieron cerámicas mixtas, puntilladas e incisas, entre otros elementos de ajuar entre los que destacan punzones de cobre, cuentas de calaíta y puntas de flecha de retoque plano: es un conjunto cerrado y todo fue enterrado al mismo tiempo. En este yacimiento se han obtenido las dataciones de 4110 ± 60 BP. 4120 ± 70 BP y 4060 ± 60 BP, cuya calibración media está en tomo a 2700-2600 a. C.: la antigüedad de las decoraciones incisas se confirma en otros yacimientos como la Cova del Frare (Barcelona) con una fecha de 3990 ± 100 BP. Harrison recuerda además los problemas de calibración que afectan al tercer milenio a. C. de manera que una serie radiocarbónica ordenada no necesariamente corresponde a una ordenación cronológica real en años calendario. A pesar de todo, este autor propone la siguiente secuencia: - 2650-2500 a. C.: cordados y marítimos. - 2600-2300 a. C.: principales estilos regionales, Ciempozuelos, Palmela, Salomó, SE y Baleares. Su distribución está prohibida | Descargado por Àlex Mañé (alexitoooooooo98@gmail.com) lOMoARcPSD|2102634 y culturales, por lo que se inutiliza su valor cronológico preciso y, como consecuencia, defienden una división en dos fases: precampaniforme y campaniforme. En cuanto a la calibración, Soares y Cabral proponen para el Calcolitico de la Estremadura portuguesa un espacio temporal entre aproximadamente 3247 y 1996 a. C. y para el del SO entre 3362 y 2156 a. C. Al contrario de lo que se venía afirmando, el Calcolítico en esa zona es ligeramente posterior al del SO, lo que explican en función de las abundantes posibilidades cupríferas de estos territorios frente a la escasez de recursos del anterior. Las excavaciones y prospecciones de los últimos veinte años han aumentado los yacimientos calcolíticos en el resto de Andalucía, de manera que además de sus numerosos megalitos y algunos tholoi, se dispone del conocimiento de un número creciente de asentamientos. Poblados fortificados aparecen en toda Andalucía y Extremadura, si bien son todavía muy poco numerosos, tanto asociados a tholoi como a tumbas megalíticas a veces agrupadas en necrópolis; también se conocen asentamientos identificados a partir de estructuras domésticas más endebles como fondos de cabaña, basureros y silos que, a veces, no parecen igualar el grado de sedentarización o perduración de la población de los anteriores. En ambos casos y a falta de dataciones radiocarbónicas, su consideración calcolítica se basa en los paralelos de sus cerámicas - formas carenadas, bordes engrosados- y las de los poblados portugueses del SO. Cabe destacar las estratigrafías y los hallazgos de asentamientos como Los Castillejos de Montefrío, Cerro del Molino y Cerro de los Castellones (Granada), Papa Uvas, El Rincón, San Bartolomé de Almonte, Cabezo de Los Vientos (Huelva), El Lobo, La Pijotilla (Badajoz), Valencina de la Concepción, silos de Campo Real y de Acebuchal (Sevilla). Para Andalucía, esta dualidad de comportamientos cerámicos -cerámicas simbólicas/tipologías similares a las portuguesas, junto con la aparente oposición tholoi/megalitos- contribuyó a reforzar la idea de una dualidad cultural: Los Millares en el SE y poblaciones megalíticas en el resto, que tendría su reflejo o su explicación en una dualidad económica, agricultores y pastores, hipótesis bastante cuestionada en la actualidad. Efectivamente, a partir de las prospecciones realizadas en el pasillo de Tabernas (Almería), se propone una explicación integradora del paisaje megalítico con centros poblacionales permanentes y grandes necrópolis en el llano y diferentes tipos de tumbas megalíticas en las sierras, asociadas a veces a pequeños poblados. Estos últimos responderían a ocupaciones estacionales con fines, por ejemplo, de explotación ganadera y teniendo en cuenta además el control visual del llano, de zonas de pastos y de paso. Los poblados En líneas generales, se puede afirmar que desde un momento avanzado del Neolítico, algunas comunidades van abandonando los hábitats en cueva en favor de asentamientos, generalmente de mayor tamaño y estables. En el sudeste se conocen algunos con ocupaciones largas que cubren varios siglos, como La Peña de los Gitanos habitado desde un Neolítico final hasta la Edad del Bronce, mientras que otros, aun siendo permanentes y complejos son de menor duración como el Malagón que sólo ocupó el espacio cronológico del Calcolítico. Los poblados que han servido para definir el período son los de larga duración, con estructuras domésticas sólidas y con una manifiesta preocupación defensiva Su distribución está prohibida | Descargado por Àlex Mañé (alexitoooooooo98@gmail.com) lOMoARcPSD|2102634 documentada por la elección de lugares destacados para su ubicación y por la construcción de una o varias líneas de murallas de piedra, a menudo reforzadas por torres y bastiones de planta circular o cuadrada que rodean todo el poblado o la parte más vulnerable del mismo. Las necesidades defensivas están corroboradas por la aparición de numerosas puntas de flecha de sílex, tanto en los poblados como en los ajuares fu¬nerarios; tanto en el poblado de Los Millares como en el de Zambujal se han documentado pequeñas aberturas o saeteras en los lienzos de muralla. En estos dos poblados, con complejas fortificaciones, se ha podido estudiar cómo, a lo largo de su ocupación, ha variado la estructura del asentamiento que aumenta o disminuye el área de ocupación, mientras las murallas son objeto de ampliación, reconstrucción, refuerzo o inutilización según las circunstancias. En algunos casos, la ocupación se plantea ya desde el primer momento con fortificación, mientras que en otros, ésta se construye tras una etapa de ocupación abierta, como ocurre en Vilanova de San Pedro, el Cabezo de Los Vientos (Huelva) o Los Castillejos de Montefrío. Sin duda el más llamativo es el de Los Millares; se acepta que su inicio debe ser anterior a la fecha más antigua disponible procedente de la tumba 19, en el tránsito entre el cuarto y tercer milenio a. C., mientras que la más tardía procede del Fortín 1, en tomo al último cuarto del tercer milenio a. C. que corresponde a su abandono considerado algo anterior al del poblado, donde se documenta cerámica campaniforme in¬cisa como producción más tardía. Situado sobre un espolón en la confluencia de la rambla del Huéchar con el río Andarax, su emplazamiento fue ocupado previamente, quizá de un modo esporádico tal como se deduce de la aparición de algunos materiales y fosas por debajo de la muralla, pero según Molina, cuando se ocupa definitivamente se planifica ya un espacio rodeado por tres líneas de fortificación; durante su época de apogeo, todavía precampaniforme, se refuerzan con torres y bastiones y se construye la gran muralla exterior en el espacio más vulnerable entre los dos ríos, destacando la compleja estructura defensiva de la puerta de entrada o barbacana; durante las dos últimas fases, definidas por la aparición de campaniforme marítimo primero y . campaniforme inciso después se constata una inutilización progresiva de las murallas de modo que al final la ocupación quedó reducida a la ciudadela. Lo más singular es la construcción de una línea exterior de fortines -se han localizado hasta 15- situados en las colinas al sur y al este del asentamiento, con visibilidad entre ellos y sobre el poblado y la necrópolis que se extiende por la suave pendiente frente a la muralla con aproximadamente un centenar de tumbas, la mayoría tholoi. El sistema constructivo de los fortines es similar al del poblado, con una o varias murallas reforzadas con torres que rodean un espacio central pequeño -unos 12 m de eje en el fortín 1- y que a veces pueden tener una torre central. Su función defensiva del territorio de Los Millares parece innegable y según Molina establecería una línea disuasoria frente a comunidades muy próximas identificadas por sus sepulcros megalíticos, para asegurar el control de los recursos mineros y agrícolas de la comunidad de Los Millares; pero también desempeñaron un papel como lugares de producción o almacenamiento. En el sudeste y del mismo horizonte cultural se conocen otros poblados fortificados como Almizaraque, Campos, El Tarajal en Almería, el Cerro de la Virgen, El Malagón, el Cerro de las Canteras en Granada o el Cabezo del Plomo en Murcia. Los poblados fortificados suelen ser de dimensiones reducidas y corresponden a agrupaciones pequeñas, pero, en todo caso, superiores a las de etapas anteriores. Los dos más grandes son Los Millares (5 ha) y El Malagón (probablemente 7,5 ha) para los que se supone una población de 1.000 y 1.500 habitantes, Cerro de la Virgen con 1,2 ha y 240 Su distribución está prohibida | Descargado por Àlex Mañé (alexitoooooooo98@gmail.com) lOMoARcPSD|2102634 habitantes, mientras que el resto son menores de 1 ha con estimaciones de población en torno al centenar. No hay ninguna excavación completa en extensión, no conocemos por lo tanto la organización, pero las casas son de planta circular, sin divisiones internas y sólo el registro arqueológico permite deducir alguna diferencia entre ellas en cuanto a la presencia o no de actividades específicas como talleres de sílex o metalúrgicos; no obstante, en Los Millares, las excavaciones más recientes han dado a conocer alguna estructura de planta rectangular, que se sale de la norma, aunque no hay una explicación satisfactoria en cuanto a su función; también aquí algunas torres de las murallas y algún fortín se utilizaron como unidades de producción, bien almacenamiento de cereales, bien talleres de sílex o metalúrgicos. En Portugal, Vilanova de San Pedro y Zambujal responden al mismo interés defensivo, con la construcción de recintos que durante la vida del poblado se multiplican y refuerzan con torres, bastiones y barbacanas; la mayoría son de nueva planta y rodean a veces una superficie pequeña, de unas 0,7 ha en el caso de Zambujal. Otros poblados fortificados de la Estremadura portuguesa son Olelas, Laceia, Lexim, Penha Verde, mientras que otros carecen de fortificación como Rotura y Pico Agudo. En el SO, conocido durante mucho tiempo por los sepulcros megalíticos y los tholoi, los trabajos desarrollados a partir de los años ochenta han documentado numerosos poblados de pequeño tamaño y potentes fortificaciones como el Castelo de Santa Justa y Monte da Tumba, aunque también los hay sin fortificar, algunos pequeños como Castelo de Corte Joáo Marques, calificado como «quinta» más que como aldea, mientras que otros se caracterizan por la dispersión de estructuras sobre una su¬perficie muy grande, unas 50 ha en Ferreira do Alemtejo. Si bien durante mucho tiempo el poblado fortificado se ha considerado característico del calcolítico, en los últimos años se ha incrementado el conocimiento de poblados al aire libre, con estructuras domésticas más perecederas y con estratigrafías horizontales que permiten proponer explicaciones sobre su proceso histórico. Este tipo de poblamiento ya se había identificado a partir de algunos hallazgos como los silos de Campo Real y otros en Córdoba y Jaén, configurando el Horizonte o Cultura de los silos, en contraposición al de Los Millares. Posteriormente se excavaron asentamientos como el de Papa Uvas (Huelva), Valencina de la Concepción (Sevilla) o la Pijotilla (Badajoz) que permitieron reconocer su complejidad en cuanto a desarrollo cronológico, extensión y estructuras. Todos estos hallazgos han puesto de manifiesto una ocupación calcolítica o ya desde un neolítico final de Andalucía y Extremadura hasta hace poco impensable o por lo menos no bien documentada. Muchos de estos poblados tienen una vida larga durante todo el calcolítico como Marroquíes Bajos (Jaén) o Llanete de los Moros (Córdoba) o iniciándose ya en un Neolítico final como el Polideportivo de Martos (Jaén), por citar algunos de los más recientemente excavados. A lo largo de este tiempo se aprecia una ampliación del área ocupada hasta alcanzar a veces grandes superficies como las 40 ha de Martos o las más de 100 ha de Marroquíes Bajos, lo que ya anteriormente se había detectado en yacimientos como Valencina de la Concepción con 300 ha o La Pijotilla con unas 90 ha. Por lo general estas superficies incluyen las casas y también los campos. En algunos casos las arquitecturas domésticas cambian con el tiempo desde las estructuras semisubterráneas o en superficie delimitadas por agujeros para postes a las de planta circular ya con basamento de piedra. Suele ser habitual la existencia de zanjas en U o en Su distribución está prohibida | Descargado por Àlex Mañé (alexitoooooooo98@gmail.com) lOMoARcPSD|2102634 documentan en numerosos poblados por la presencia de pesas de telar. La importancia de la producción agrícola se refleja en los utensilios para el procesado del grano, así como en la presencia de silos o lugares de almacenamiento. Otro de los temas de debate para las economías del cobre y también del bronce, y no sólo para Andalucía, es la presencia de algunos restos de olivo y vid que, según algunos, podría interpretarse como prueba ya de su cultivo tal como se propone para otras regiones del Mediterráneo, tanto para el Egeo como para Italia. Ya hace tiempo se defiende la domesticación autóctona de ambas especies bastante antes de su supuesta introducción por los colonizadores y comerciantes fenicios y griegos. Los restos son desde luego muy escasos, alguna madera de olivo y huesos de aceituna y vid, o bien ya en la Edad del Bronce el hallazgo de restos de mosto en un recipiente de un ajuar funerario de La Cuesta del Negro en Purullena (Granada); pero los análisis polínicos de la Laguna de las Madres (Huelva) muestran un significativo aumento de polen de vid desde el Calcolítico, circunstancia que Harrison explica como resultado de su cultivo o por lo menos de una explotación mucho más intensa que anteriormente. Caso de confirmarse su cultivo, su incorporación supon¬dría una intensificación económica al aumentar la productividad de un territorio sin detrimento de la agricultura cerealística, puesto que ambos cultivos no interfieren en los cereales ni en cuanto a tipos de suelos ni en cuanto a época de mayor trabajo, ya que su recolección es más tardía. Gilman recuerda que, a diferencia de los cultivos cerealísticos o de leguminosas que rinden desde la primera siembra, la vid y el olivo requieren una inversión de trabajo que sólo dará rendimiento al cabo de unos años de modo que este costo de producción podría ser otro de los factores explicativos de las desigualdades y dependencias sociales. Lo cierto es que la vid y el olivo no son imprescindibles para la alimentación y parece que su cultivo sólo tiene sentido cuando hay una demanda importante de sus derivados, vino y aceite. También es cierto que, desde finales del Neolítico, y esto para muchas áreas de Europa, las tipologías cerámicas presentan nuevas formas, como los «vasos» y las copas que parecen relacionadas con nuevos hábitos de bebida; de todas formas, la información es todavía demasiado exigua para confirmar la posible importancia de estas nuevas actividades. En cuanto a las actividades ganaderas, la proporción de los restos óseos de las diferentes especies ponen de manifiesto algunas novedades. En líneas generales se observa un descenso de la presencia de especies salvajes, pero que nunca desaparecen del todo; la cabaña ganadera está integrada por ovejas, cabras, bueyes, cerdo y, como novedad, el caballo. Ya hace tiempo Sherrat creó el concepto de «revolución de los productos secundarios» haciendo referencia a las mejoras en las tecnologías agrícolas y ganaderas que posibilitaban un incremento de la producción; en el caso de la gana¬dería, la mejora consistía en criar algunos animales, no para el consumo de su carne, sino para el aprovechamiento de sus productos secundarios -leche, lana, fuerza de trabajo-, lo que, a su vez, implicaba de nuevo un incremento del trabajo; efectivamente, estos nuevos objetivos suponen el mantenimiento de los rebaños o de parte de ellos hasta edad adulta, lo que trae consigo una prolongación de su manutención, bien mediante la movilidad en busca de pastos -que en la prehistoria no significa trashumancia sino desplazamientos cortos estacionales o trasterminancia-, bien previendo el almacenamiento de forraje para su estabulación durante el invierno, lo que a su vez requiere un control de las zonas de pastos y rutas ganaderas. Harrison insiste en la importancia del componente ganadero en muchas de las economías peninsulares y, a partir de los análisis polínicos de la Laguna de Las Madres y de El Acebrón, interpreta el descenso de polen arbóreo, sobre todo de Su distribución está prohibida | Descargado por Àlex Mañé (alexitoooooooo98@gmail.com) lOMoARcPSD|2102634 roble, como resultado de intervenciones antrópicas para favorecer los ambientes de dehesas, ricos en pastos. El aprovechamiento de los productos secundarios está atestiguado por la presencia en los poblados de recipientes relacionados con el procesado de la leche, de pesas de telar y por el sacrificio en edad adulta de muchos de los animales; por otra parte, el buey y el caballo desempeñarían un papel importante como animal de tracción, si es cierta la incorporación del arado, pero también de transporte en un momento en que los campos están cada vez más lejos del poblado, al que hay que llevar el grano cosechado para su almacenamiento, así como para atender a una mayor frecuentación de los caminos para el transporte de materias primas y manufacturas. Cabe destacar la presencia de cerdo, cuya explotación es evidentemente para consumo de carne, a veces en pequeñas proporciones pero en otros casos, como en Papa Uvas (Huelva), en mayor cantidad, lo que indicaría su cría como principal recurso cárnico. Explotación de otros recursos En las casas de los poblados suelen aparecer evidencias de actividades relacionadas con el procesado, almacenamiento y consumo de los alimentos, pero también con otras necesidades; ya hemos citado las textiles y los restos de talla relacionados con la fabricación de utensilios. Probablemente estas actividades, junto con la fabricación de la cerámica de uso doméstico, se desarrollaran en el ámbito familiar para el autoconsumo, pero durante el Calcolítico hay suficientes pruebas que documentan la explotación de determinadas materias primas y su transformación en manufacturas que implicarían trabajos específicos o especializados, aunque no a tiempo completo. Nos referimos a la explotación del sílex y de los minerales de cobre. En ambos casos, la proximidad de afloramientos cupríferos, preferentemente óxidos y carbonatos de cobre, o de canteras de sílex constituyeron factores que, junto con las posibilidades agropecuarias, determinaron la elección de algunos asentamientos. Poblados como El Malagón, El Arteal, Almizaraque o bastantes pequeños poblados del SO peninsular están cercanos a afloramientos cupríferos, mientras que otros como Los Millares están a una distancia de unos 12 km. La aparición de restos de actividad metalúrgica, o de objetos metálicos, en poblados sin posibilidades mineras cercanas es indicio de la circulación de los minerales o de las manufacturas o bien de que no se han encontrado esas mineralizaciones. Por ejemplo, los poblados de la Estremadura portuguesa están lejos de los centros metalúrgicos importantes, situados en el SO o al norte, de manera que bastantes investigadores aceptan una dependencia de las explotaciones meridionales para el desarrollo de sus actividades metalúrgicas que están bien documentadas por la abundante presencia de moldes, crisoles, escorias y gotas de fundición; una relación de este tipo permitiría explicar también la presencia de elementos culturales exógenos. Más recientemente se ha propuesto para los poblados extremeños la posibilidad de explotación de afloramientos cupríferos cercanos, de baja productividad pero quizá suficiente para una demanda no excesiva. Hay muy poca variedad de tipos metálicos que se pueden clasificar como útiles y armas, que se repiten a lo largo de siglos y sólo al final aparecen los puñales de lengüeta y las puntas de Palmela asociadas o no a vaso campaniforme; aunque se documentan algunos objetos en los poblados, la mayoría procede de ajuares funerarios, lo que indica que, aparte de su posible valor utilitario, tuvieron también un significado de prestigio, puesto Su distribución está prohibida | Descargado por Àlex Mañé (alexitoooooooo98@gmail.com) lOMoARcPSD|2102634 que sólo se constatan en algunos de ellos. Algunos investigadores, como Arribas y Molina, defienden para la metalurgia un papel significativo en la especialización del trabajo y en la aparición de las desigualdades sociales, mientras que otros como Montero, Delibes o Fernández-Miranda, interpretan la metalurgia como una actividad a pequeña escala, tecnológicamente primitiva pero suficiente para una demanda escasa, cuyo trabajo se podía asumir sin necesidad de una dedicación a tiempo completo y que más que desencadenante de una situación de desigualdad sirve para ponerla de manifiesto. Manifestaciones funerarias Durante buena parte del Calcolítico continúan realizándose enterramientos colectivos en megalitos, en tholoi o en cuevas artificiales; aunque más excepcionalmente, también se encuentran enterramientos en silos en Córdoba, Jaén y Sevilla. Los tholoi, considerados rasgo cultural de la cultura de Los Millares, aparecen también en otros lugares de Andalucía: El Romeral (Málaga), Valencina, Matarrubilla, Ontiveros (Sevilla), La Zarcita (Huelva), La Pijotilla (Badajoz) y en el sur y centro de Portugal. En cuanto a las construcciones megalíticas, conviven en esta época tanto los sepulcros pequeños como los de mayores dimensiones, siendo de destacar en estos últimos -lo que también se documenta en algunos tholoi- divisiones internas del corredor y grabados o pinturas que deben responder a comportamientos rituales y simbólicos. El número de enterramientos, cuando se ha podido determinar, puede variar entre una decena o menos hasta un centenar o más, y están distribuidos tanto en la cámara como en el corredor. En algunos casos, como ocurre en la necrópolis megalítica de La Camarilla, una de las correspondientes al poblado de La Peña de los Gitanos, algunos sepulcros, que responden a la planta característica de los megalitos granadinos de cámara trapezoidal y corredor corto, se utilizaron sólo para realizar uno o dos enterramientos, lo que, en el contexto del megalitismo, parece un proceder algo excepcional. En principio, pues, el ritual funerario en sí aparenta ser una continuidad con respecto al final del Neolítico. A pesar de que cada enterramiento supuso un tratamiento individual, lo cierto es que en el resultado final destaca lo colectivo sobre lo individual y se acepta que esto no es sencillamente la consecuencia de la práctica de sucesivos enterramientos, sino que responde a una intencionalidad de expresar una idea de colectividad, posiblemente, tal como proponen varios autores, entre individuos unidos por lazos de parentesco. En todo caso, lo que parece diferenciar al Calcolítico es una mayor complejidad arquitectónica y, en líneas generales, un mayor número de elementos de cultura material depositados en los ajuares entre los que destacan las representaciones simbólicas -cerámicas, ídolos falange, ídolos cilíndricos, placas de pizarra con representaciones antropomorfas y geométricas- y las materias primas exóticas o de calidad y por lo tanto valiosas por su escasez o por la dificultad de su manufactura. Los temas representados en las cerámicas e ídolos, aparte de los geométricos y algún zoomorfo -cérvidos, por ejemplo-, suelen ser diseños circulares, interpretados como soles y ojos, y se suelen relacionar con cultos femeninos, asociados tradicionalmente a las primeras etapas del megalitismo. Este interés por la representación de rasgos antrópicos es una novedad del Calcolítico, por lo menos así parece documentarse en Portugal, donde las placas de pizarra alemtejanas llevan durante el Neolítico final diseños exclusivamente geométricos y durante el Calcolítico antropomórficos. Estas representaciones se documentan también en áreas de habitación, destacando la aparición Su distribución está prohibida | Descargado por Àlex Mañé (alexitoooooooo98@gmail.com) lOMoARcPSD|2102634 desigualdades y existe una diferenciación entre productores y no productores es porque hay ya una explotación de clase y por lo tanto un proceso hacia el estado. En aquellas zonas donde los trabajos de prospección y excavación han permitido conocer un buen número de asentamientos, como en el SE y el SO, se acepta por lo general una jerarquización de los poblados basándose en diferencias de tamaño y riqueza de materiales, en la presencia o no de fortificaciones y en la distribución de los asentamientos dominando tierras de labor, de recursos metalúrgicos o líticos o de control visual, lo que implica una incipiente complementariedad y dependencia entre distintos asentamientos de una unidad social o política que incluye varios poblados. Durante mucho tiempo se ha considerado que el control de los recursos mineros, de las actividades metalúrgicas y de la circulación de las manufacturas es la causa que desencadena la aparición de estas elites, el inicio de la división del trabajo y la organización jerarquizada de los asentamientos. Conceptos como economías de bienes de prestigio, control de materias primas y de rutas de intercambio se utilizan también para explicar la complejidad social en la mayor parte de Europa, donde predomina el conocimiento del registro arqueológico funerario frante al de los asentamientos. Todo ello en un contexto de crecimiento y presión demográfica que lleva a una intensificación agrícola. Pero otras hipótesis tratan de buscar una explicación en la organización de la explotación del suelo. Gilman propone que, a lo largo del Calcolítico y del Bronce, los trabajos de irrigación, y la inversión que implican algunas novedades como el arado y el mantenimiento de los animales de tiro, la vid y el olivo, o los sistemas extensivos de secano tienen como consecuencia ligar al campesino a la tierra y puede originar relaciones de dependencia y clientela. Nocete, a partir del estudio del poblamiento del Alto Guadalquivir, propone un proceso gradual que se iniciaría con la colonización agrícola durante el Neolítico por parte de pequeños grupos, según un modelo de tala y quema que solucionaría los problemas de la presión demográfica y el agotamiento de los suelos. Lo que caracteriza al poblamiento en una fase avanzada del Calcolítico en la campiña de Jaén es la diversidad de poblados en cuanto a tamaño, distribución espacial y presencia/ausencia de elementos coercitivos como murallas y puntas de flecha, así como de elementos de producción agrícola, lo que se explica en términos de diversidad funcional en un territorio organizado: algunos poblados abiertos están orientados a la explotación agropecuaria; otros de tamaño grande o pequeño están fortificados y se sitúan tanto en el interior como en la periferia del territorio primando con su ubicación el control visual y la defensa, y no la producción agrícola, lo que se documenta también por la ausencia de utensilios agrícolas, por lo que se les atribuye una función de control de los productores y defensa del territorio. El consumo desigual de materias primas y manufacturas exóticas o valiosas -como objetos de cobre y cerámica campaniforme- serviría para demostrar la capacidad de control de esos objetos de prestigio por parte de los no productores. Más recientemente, otros investigadores como Cámara y Lizcano ponen especial énfasis en el control de la fuerza de trabajo para obtener riqueza, control que se ejercería al principio sobre la capacidad reproductiva y productiva de las mujeres y sobre la capacidad productiva de otros hombres de fuera del grupo. Éstas serían las razones, y no la necesidad de asegurar o mejorar la producción agrícola, que explicarían la aparición de poblados grandes y sus sistemas de cierre, fortificaciones o zanjas. Su distribución está prohibida | Descargado por Àlex Mañé (alexitoooooooo98@gmail.com) lOMoARcPSD|2102634 Tema 11. La Edad del Bronce Cronologías y secuencias De nuevo es en el sudeste donde mejor se ha podido documentar una cultura de la Edad del Bronce, El Argar, parangonable con cualquiera de las culturas europeas mejor conocidas de esta época. Bien caracterizada desde finales del XIX en cuanto a tipos de poblados, de enterramientos y de cultura material gracias a los trabajos de los hermanos Siret, ha sido objeto de continuas redefiniciones en cuanto a su cronología, límites geográficos y explicaciones socioeconómicas. Tras una etapa en que se consideró la cultura del Argar de ámbito peninsular, ya en 1947 M. Tarradell fijó sus límites en el sudeste, considerándose como área propiamente argárica las actuales pro¬vincias de Almería y Murcia, el sur de Alicante y buena parte de Granada y Jaén. Hay en esta zona una cierta similitud en los registros arqueológicos, aunque se acepta mayoritariamente que en su seno se desarrollaron diferentes procesos o formaciones sociales de límites geográficos más reducidos y con características propias. Esta cultura, en líneas generales, representa una ruptura con respecto a la anterior de Los Millares en lo que respecta a la distribución de los asentamientos, puesto que muchos poblados calcolíticos son abandonados, la ubicación de los nuevos difiere bastante de las condiciones anteriores, hay una mayor utilización de objetos de cobre y sobre todo cambian bastantes aspectos relacionados con los rituales funerarios y el simbolismo anterior: los enterramientos colectivos en construcciones destacadas se abandonan y son sustituidos por enterramientos individuales en el interior de los Su distribución está prohibida | Descargado por Àlex Mañé (alexitoooooooo98@gmail.com) lOMoARcPSD|2102634 poblados al mismo tiempo que desaparecen las representaciones simbólicas en cerámicas e ídolos. Rasgos característicamente argáricos aparecen a partir de un momento avanzado en territorios vecinos a dicha cultura, como las tierras valencianas, La Mancha o el resto de Andalucía, explicables probablemente por mecanismos de intercambio y de relaciones sociales, explicaciones que sustituyen a las defendidas hace años y que achacaban la presencia de estos rasgos argáricos a una expansión organizada -Conquista, colonización- a partir del núcleo formativo de Almería y Murcia. La división cronológica de El Argar en dos etapas -A y B- la estableció Blance en 1960 a partir del estudio tipológico de los ajuares funerarios. El Argar A se caracterizaba por la presencia de los elementos acompañantes del vaso campaniforme, pero ya sin esta cerámica, que es el último marcador cronológico de los poblados millarienses: botones con perforación en V, brazales de arquero, puñales y punzones de cobre y, como novedad, alabardas de cobre, todo ello procedente de ajuares de enterramientos en cista. El Argar B suponía la etapa de apogeo, con los elementos más llamativos y por tanto más definidores de la cultura argárica: enterramientos en urna, espadas, forma cerámica de copa, diademas de plata y cuentas de fayenza o pasta vítrea trea; estos tres últimos elementos se consideraron de procedencia oriental, documentándose también en otras culturas del bronce mediterráneo y europeo central y occidental aceptándose una cronología de 1500 a. C. que daba comienzo a las culturas europeas del bronce medio. Esta secuencia que ponía el inicio de El Argar en el 1700 a. C. fue completada por el estudio tipológico de las cerámicas sepulcrales realizado por Schubart. Lull criticó las bases sobre las que se había establecido esta secuencia que cada vez era más difícil de aplicar a los materiales de los poblados e incluso a los mismos enterramientos y en estos últimos años la disponibilidad de un mayor número de dataciones está permitiendo proponer un marco cronológico en el que ir encajando algunas de las novedades de cultura material, así como la ubicación de los diferentes poblados. La periodización según Mederos, con la calibración de las dataciones radiocarbónicas es la siguiente: - Calcolítico final/Bronce inicial 1: 1975-1775 a. C. (2285-2050 cal. BC). En Fuente Álamo hay una fecha más antigua que podría implicar el inicio en algunos asentamientos en e12474 cal. BC, planteándose una posible coexistencia entre los últimos poblados todavía calcolíticos y los nuevos que comienzan las transformaciones que caracterizarán la Edad del Bronce. - Bronce inicial 2: 1775-1640 a. C. (2050-1925 cal. BC). - Bronce medio 1: 1640-1580 a. C. (1925-1830 cal. BC). - Bronce medio 2: 1580-1400 a. C. (1830-1625 cal. BC). - Bronce medio 3/Bronce final lA: 1400-1330 a. C. (1625-1525 cal. BC), fase que marcaría el inicio de la desintegración de la cultura argárica, y al final de la cual se aprecian cambios en el patrón de asentamientos, con el abandono de algunos, el ini¬cio de otros nuevos o la continuidad de otros pero con diferencias en las estructuras domésticas y los estilos cerámicos, como es la presencia en algunos poblados de las características cerámicas decoradas con incisiones, boquique y excisiones tipo Cogotas 1, de procedencia meseteña. Su distribución está prohibida | Descargado por Àlex Mañé (alexitoooooooo98@gmail.com) lOMoARcPSD|2102634 A partir del estudio de la distribución de los asentamientos se puede afirmar que hay una organización del territorio más estructurada según funciones económicas, políticas y estratégicas y parece más patente la interdependencia entre ellos configurando diferentes unidades políticas o formaciones sociales. La mayoría de los poblados tienen una orientación claramente agropecuaria o bien primando una de las dos actividades; algunos, por su ubicación junto a mineralizaciones, tienen como objetivo la explotación minera, aunque aunando también las posibilidades agrícolas o ganaderas; en otros casos la elección parece estar en función del control de zonas de paso o de puntos estratégicos, mientras que los grandes centros, generalmente en conexión con tierras de labor, podrían desempeñar un papel central de control de todo el territorio. Fuera del SE y a excepción de la campiña de Jaén, el conocimiento de los asentamientos es muy precario e insuficiente para hacer un planteamiento de la organización del territorio. En líneas generales se podría hablar de una continuidad en la ocupación de algunos poblados, junto con la aparición de nuevos, pero sobre todo en lo referente a los enterramientos, con la reutilización o construcción de estructuras megalíticas, de cuevas artificiales o, como novedad de enterramientos, en cista. En los casos de continuidad, como en el Cerro de Los Castellones de Laborcillas o en la Peña de los Gitanos, se puede documentar una incorporación de rasgos culturales argáricos como cerámicas y bronces en las tumbas megalíticas o en las estructuras del propio asentamiento. La identificación de enterramientos de la Edad del bronce en estructuras funerarias de tipología calcolítica o en cistas, así como el descubrimiento de poblados (por ejemplo, los del Cerro de la Peluca o el Lagar de las Ánimas en Málaga, entre otros) permite ir teniendo una visión más completa de la ocupación del resto de Andalucia. Como ya se ha indicado, especialmente para el Bajo Guadalquivir y el SO en general, la aparente ausencia de poblados propició la aceptación de un vacío poblacional, explicado como consecuencia de alteraciones climáticas, entendiéndose el auge de poblados durante el Bronce final, en el Ix/viir a. C. como resultado de una colonización exógena. Ya las excavaciones hace algunas décadas de poblados la Colina de Los Quemados y el Llanete de Los Moros en Córdoba, La Mesa de Setefilla y Lebrija en Sevilla y Cerro Berrueco en Cádiz empezaron a proporcionar secuencias crono¬culturales propias, aunque valorándose la presencia de elementos de tipología argárica como puntos seguros de referencia, y a poner en evidencia la presencia de poblamiento continuo, a veces ya iniciado en el Calcolítico, y en algunos casos llegando hasta el Bronce final. Las proyectos desarrollados sobre todo en el sudoeste, en Huelva y en Cádiz, confirman la presencia de este poblamiento, a menudo con asentamientos estables, y que parecen responder a una política de explotación sobre todo de las posibilidades agrícolas y ganaderas del valle del Guadalquivir y del sudoeste, primando también la ubicación de asentamientos en función del control de zonas de pastos y de paso, y quizás no tanto, todavía, la explotacion metalúrgica. En el centro y sur de Portugal, el abandono de los poblados fortificados calcolíticos, así como el desconocimiento de los asentamientos posteriores, paliado también por algunos recientes hallazgos, avalaría la idea de crisis, o mejor de cambio. Algunos poblados y la distribución de las necrópolis documentan la ocupación del territorio con preocupaciones ganaderas pero también agrícolas, y en algunos casos parece primar también la explotación metalúrgica como ocurriría con la ocupación de la zona de Ourique, por ejemplo, rica en hallazgos de carácter funerario. Aslgunos autores, como Santos, justifican el desconocimiento de poblados como resultado de una fragmentación Su distribución está prohibida | Descargado por Àlex Mañé (alexitoooooooo98@gmail.com) lOMoARcPSD|2102634 de los grupos calcolíticos en función de unas estrategias económicas y sociales diferentes. Las actividades de producción Sólo del territorio argárico disponemos de datos suficientes para conocer las actividades económicas. En las actividades agropecuarias no se aprecian cambios importantes en cuanto a las especies vegetales y animales, pero sí comportamientos muy diferentes entre los poblados que probablemente no hay que explicar sólo por una adaptación o aclimatación a las condiciones del entorno, sino como resultado de actuaciones premeditadas en función de una actividad dirigida al autoabastecimiento pero también a la producción de excedentes para su intercambio o para atender a las necesidades de complementariedad. Más que a partir de las muestras faunísticas o vegetales, esta actuación se deduce del estudio de las posibilidades del territorio y del tamaño de la población calculado para los asentamientos, así como de la presencia o ausencia de determinados utensilios. En Fuente Álamo, por ejemplo, el territorio circundante no es apto para las actividades agrícolas, y sin embargo la presencia de útiles relacionados con el procesado del grano, así como de estructuras de almacenamiento, indica la importancia de la alimentación vegetal para la población. En Peñalosa, la presencia de instrumental agrícola demuestra el cultivo de los campos a pesar de que el principal objetivo debió de ser la explotación de los minerales de cobre cercanos; no obstante, según sus excavadores, el potencial agrícola del territorio circundante no podía proporcionar una producción agrícola suficiente, por lo que debían depender de la importación de alimentos. En líneas generales, en cuanto a la alimentación vegetal se documentan los mismos cereales y una mayor presencia, en comparación con el Calcolítico, de leguminosas - habas, lentejas, guisantes- y linos. Una mayor proporción de cebada podría interpretarse como evidencia de las condiciones de aridez, mientras que el lino implicaría unas posibilidades de irrigación. Sigue siendo un interrogante si la escasa representación de vid y olivo implica un policultivo como algunos defienden. En cuanto a las especies animales, también se documentan las mismas pero con una incidencia diferente. Ovicápridos y cerdo siguen siendo importantes, pero aumenta la presencia de bóvidos y caballo cuyo sacrificio en edad adulta demuestra su uso como fuerza de trabajo y para el transporte. Un caso excepcional es el poblado del Cerro de la Encina (Monachil, Granada), donde a lo largo de su ocupación la incidencia de caballo llega hasta un 50 % de los restos óseos; Molina considera que esta cantidad sobrepasa las necesidades de la población y que su cría podía responder a una producción en parte para la «venta» pero también como símbolo de riqueza; una interpretación en estos últimos términos se propone también en Peñalosa, donde la asociación de restos de bóvido y caballo destaca la ya de por sí rica tumba n.° 7 sobre el resto de los enterramientos del poblado. A propósito del estudio de este último poblado, sus excavadores proponen que esta abundancia de caballo se podría explicar como acumulación por tributo más que como cría voluntariamente excedentaria. En el campo de las producciones artesanales hay que destacar la cerámica y la metalurgia. La cerámica argárica se caracteriza por la ausencia de decoración y por un Su distribución está prohibida | Descargado por Àlex Mañé (alexitoooooooo98@gmail.com) lOMoARcPSD|2102634 tratamiento bruñido de las superficies que le dan un aspecto metálico. Las tipologías cerámicas están suficientemente establecidas en varios trabajos como los de Schubart y Lull y algunas formas son muy representativas como las copas o los vasos de carena baja «en tulipa» por su presencia, junto con otros tipos, en ajuares funerarios. Pero llama la atención la homogeneidad de formas y tamaños, así como su calidad, de manera que es posible que, independientemente de las producciones domésticas, algunas constituyeran una actividad especializada. Incluso se puede hablar de producciones específicamente dirigidas al ámbito funerario; en los enterramientos de La Cuesta del Negro de Purullena (Granada) se ha podido detectar que las cerámicas de los ajuares más ricos no corresponden a la misma tecnología que las domésticas, sino que han sido cocidas a fuego lento, lo que imposibilita su uso diario. Pero en comparación con la etapa anterior destaca la producción metalúrgica cuyo papel, determinante o no en la organización económica y social argárica, se ha convertido en un tema de debate. Hay que destacar un aumento considerable del número de objetos metálicos recuperados tanto en las necrópolis como en los poblados, así como una mayor diversidad tipológica que abarca utensilios -punzones, cinceles, anzuelos, sierras, clavos, cuchillos, hachas-, armas -puñales, puntas de flecha, alabardas y espadas- y objetos de adorno y de uso personal --cuentas de collar, brazaletes, anillos, diademas, pendientes, botones-, independientemente del valor simbólico que puedan tener en su uso en vida y en los ajuares funerarios. El mayor número de utensilios fabricados en metal tiene como contrapartida una reducción tipológica de los instrumentos líticos que consisten sobre todo en hojas de hoz y hachas pulimentadas. Otra novedad es el uso de objetos de oro, muy escasos, y de plata, más numerosos pero siempre excepcionales; de plata son las diademas, así como algunos anillos, brazaletes, pendientes e incluso los remaches de algunas espadas y puñales. La plata es muy abundante en la zona minera de Herrerías en cuya cercanía se sitúan poblados como Fuente Álamo, El Oficio y Villaricos. La mayoría de los objetos recuperados procede de los ajuares funerarios, con una distribución desigual cuantitativa y cualitativa; ello ha dado pie para considerar que la metalurgia estaba dirigida sobre todo a la producción de objetos de prestigio. Es cierto que la presencia más o menos abundante de elementos metálicos diferencia la riqueza de los ajuares, pero algunos objetos concretos parecen tener un significado especial como símbolo de estatus social; tal es el caso de la espada, el puñal, la alabarda y el hacha que también aparecen en tumbas ricas de muchas áreas culturales europeas y que son objeto de representación en muchos grabados rupestres y estelas, quizá asociando estos símbolos de poder a principios religiosos masculinos, entre otros objetivos. Montero destaca como novedad el hecho de que algunos tipos sólo aparezcan en ámbitos domésticos -cinceles, sierras, puntas de flecha- y no se usen como elemento de ajuar funerario, lo que puede ser indicio de que, entre una mayor variedad tipológica, sólo algunos tuvieran un verdadero significado social. A pesar de la poca presencia de objetos metálicos en los poblados, hay que presuponer una mayor incidencia de los mismos como instrumentos de trabajo -aunque no en el campo de la agricultura- y de defensa o caza y probablemente se puede explicar esta escasa presencia por las ventajas de la refundición de las piezas amortizadas en cuanto a ahorro de materia prima y por las circunstancias de abandono de estos poblados. A partir de la cuantificación del número de objetos recuperados y su peso, Montero constata efectivamente un aumento significativo en comparación al Calcolítico, pero Su distribución está prohibida | Descargado por Àlex Mañé (alexitoooooooo98@gmail.com) lOMoARcPSD|2102634 mientras que otros ajuares ricos, muchos de ellos femeninos y alguno infantil, tienen plata, pendientes, anillo, brazaletes y el tipo cerámico de copa, y puede aparecer el puñal y el punzón), miembros de pleno derecho (puñal y punzón para las mujeres y puñal y hacha para los hombres, pudiendo aparecer cerámica y algún otro objeto), servidores (algún objeto metálico y alguna cerámica) y esclavos (sin ajuar). Por otra parte, también en esta fase del Bronce el cálculo del número de habitantes por poblado y el número de enterramientos recuperado permite sospechar que no todos tuvieron acceso a este tipo de enterramiento. En Peñalosa se ha podido documentar a partir de los análisis óseos diferencias nutricionales entre los individuos y también que las diferencias de ajuares se documentan entre los enterramientos de una misma casa, lo que indicaría la asociación en el mismo espacio doméstico de los amos y los criados; sus excavadores proponen una clasificación social en nobles, guerreros/campesinos y siervos, estos últimos en el sentido de no propietarios y por lo tanto dependientes de un señor en cuya casa puede enterrárseles. Fuera del área argárica, la individualización de los enterramientos, ya documentada en algunas zonas con ajuares campaniformes, se documenta tanto en estru¬turas megalíticas, sobre todo en Granada y Sevilla, como en necrópolis de cuevas artificiales como las de Alcalde en Málaga o de Los Algarbes en Tarifa, o bien en ne¬crópolis de cistas individuales que, relativamente numerosas en el Bajo Guadalquivir -Chichina en Sevilla- Huelva -el Becerrero, el Castañuelo- y sur de Portugal, se conocen también en el resto de Andalucía -Morenito 1 en Málaga- y Extremadura. El problema de la mayoría de estas cistas es que no se ha recuperado los restos óseos de los enterrados y los ajuares son a veces escasos. Son muy excepcionales los hallazgos funerarios en el interior de los poblados, tal como ocurre en Setefilla o en el Cerro Berrueco. Las primeras cistas portuguesas, del horizonte de Ferradeira, son de planta alargada para inhumación extendida, mientras que las posteriores son de menor tamaño y a veces pueden aparecer varias cubiertas con un túmulo. Sólo el hallazgo de puñal, alabarda, espada y las representaciones de las estelas alemtejanas, interpretadas tradicionalmente como símbolo de jefes guerreros, permiten hablar de presencia o representación de elementos de prestigio, pero que no se pueden estudiar en un contexto más amplio que permita de verdad definir el grado de diferenciación entre individuos. Las interpretaciones A partir de la jerarquización de asentamientos y de los ajuares, investigadores como Lull para la sociedad argárica y Nocete para el cobro/bronce de la Campiña defienden la caracterización de los grupos argáricos como sociedades estatales, paraestatales o de transición al estado, aceptando la presencia de no productores y productores y por lo tanto la existencia de unas relaciones de explotación. Lull, para explicar la aparición del estado pone énfasis en el mayor peso de la metalurgia en las actividades económicas para atender a la demanda de las elites y también comerciales, lo que implicaría una desviación de la mano de obra campesina para estas actividades; la importancia de la metalurgia explicaría la aparición de poblados en las zonas mineras de Sierra Morena de características plenamente argáricas; esta creciente dedicación, junto con otros factores como la degradación del medio como consecuencia de la deforestación para atender a los trabajos minerometalúrgicos, el agotamiento de los filones superficiales y la ausencia de nuevas estrategias para intensificar la producción agrícola, provocaría la aparición de conflictos y tensiones que harían fracasar la estructura política argárica Su distribución está prohibida | Descargado por Àlex Mañé (alexitoooooooo98@gmail.com) lOMoARcPSD|2102634 visible arqueológicamente en el abandono de los poblados o en la continuidad de ocupación pero bajo unos nuevos criterios económicos, con tipos diferentes de casas y con una cultura material diferente, iniciándose una etapa, la del Bronce final todavía mal caracterizada en el SE. Otros autores, como Chapman y Gilman, proponen la aparición de las jefaturas y de una explotación de clase sobre la base de la necesidad de una intensificación de la producción en un ambiente cada vez más árido. En buena medida, la no aceptación del término de estado viene mediatizada por el concepto tradicional que del mismo se heredó de Gordon Childe, según el cual, además de las circunstancias socioeconómicas, la escritura y la arquitectura monumental se creaban como expresiones de las ne¬cesidades de una administración centralizada, y de un poder civil y religioso. Investigadores como Molina, Lizcano, Contreras o Cámara, entre otros y con algunas diferencias de matiz, han elaborado nuevas explicaciones sobre la organización estatal de las comunidades argáricas de Granada y Jaén. La reestructuración pobla¬cional sería resultado de las medidas tomadas para ejercer un control político del territorio de producción y las relaciones jerárquicas en el interior de cada poblado y entre estos y el núcleo central se realizarían en forma de tributo, desempeñando en este sentido un papel importante tanto el metal como el ganado por su capacidad acumulable. A falta de un conocimiento más suficiente del registro arqueológico, se propone que la sociedad del SO y territorios portugueses no desarrolló el grado de complejidad de la argárica, lo que no significa la inexistencia de desigualdades que, por las razones que sean, no suelen quedar tan explicitadas; pero algunos ajuares y sobre todo la interpretación simbólica de algunos temas del arte megalítico y de los grabados rupestres sugieren una diferente constatación de los atributos de poder. Por otra parte, la identificación de circulación de materias primas y manufacturas, así como la progresiva incorporación a las corrientes metalúrgicas atlánticas, también se explican como expresiones del control de estas actividades por parte de unos pocos como medio para reafirmar las desigualdades. EL NOROESTE Y NORTE PENINSULAR El estudio de la prehistoria reciente del norte de Portugal y de Galicia ha estado mediatizado por el tipo de registro arqueológico disponible que prima la visibilidad de las manifestaciones funerarias durante el Calcolítico y los hallazgos metálicos después, cuyo estudio tipológico y paralelismos servían para identificar etapas de la Edad del Bronce. La presencia de fósiles directores cerámicos y metálicos servían pues para establecer la secuencia temporal, que después era de difícil aplicación en términos culturales más amplios, bien por el casi total desconocimiento de los asentamientos, bien por su difícil aplicación a las tumbas cuyo interior era desconocido o cuyos ajuares no siempre reflejaban los mismos materiales cerámicos o metálicos que se conocían en los pocos poblados excavados, además del escaso número de fechaciones disponibles. Últimamente se han incrementado los trabajos efectuados en esas zonas, destacando los de Jorge en el norte de Portugal y los de muchos arqueólogos gallegos tales como Criado, Fábregas, Bello, entre otros. Éstos se han centrado en la prospección arqueológica que ha permitido el reconocimiento y excavación de varios asentamientos y de algunas estructuras funerarias, tanto monumentales como de otro tipo, y las nuevas Su distribución está prohibida | Descargado por Àlex Mañé (alexitoooooooo98@gmail.com) lOMoARcPSD|2102634 fechaciones radiocarbónicas. También se han aplicado nuevos presupuestos teóricos para explicar el complicado panorama arqueológico del noroeste en cuanto a la distribución del poblamiento y las actividades de subsistencia, poniendo especial énfasis en la explicación simbólica de los diferentes elementos culturales y su interpretación en términos de organización social, centrándose en las continuidades y cambios registrados en períodos amplios más que en un intento de establecer una cronología muy precisa para las diferentes etapas, lo que, por otra parte, todavía no es posible. LA PERIODIZACIÓN DEL CALCOLÍTICO Y DE LA EDAD DEL BRONCE Como ya se ha dicho anteriormente, el carácter neolítico del megalitismo noroccidental está ya plenamente aceptado y confirmado por cronologías radiocarbónicas, tanto para sus formas más sencillas y pequeñas como para las más complejas de los sepulcros de corredor. El foco noroccidental constituye además uno de los más ricos en la Península en cuanto a la presencia de representaciones grabadas y pintadas en el interior de las construcciones megalíticas. El inicio del Calcolítico suele colocarse durante la segunda mitad del cuarto milenio cal. BC a partir de algunas fechaciones como las de Vinha de Soutilha y Castelo Velho en Portugal, cuyas cronologías más antiguas son de 4690 ± 140 BP y 4890 ± 100 BP, respectivamente, de primera mitad del cuarto milenio cal. BC. Otras cronologías de los mismos poblados o de otros como Fontenla en Pontevedra confirman su uso en el tránsito al tercer milenio y durante buena parte del mismo. En líneas generales se pueden identificar dos etapas: - El Horizonte de Rechaba, precampaniforme, identificado en algunos asentamientos por la presencia de cerámicas decoradas con ondulaciones, incisiones y triángulos con puntillado interno, similares a algunas producciones cerámicas meridionales y del oeste de la Meseta y Extremadura y sobre todo por las cerámicas de tipo Penha con su característica decoración metopada. Sólo muy excepcionalmente, esta cerámica aparece en contextos funerarios, por lo que se establecía, como para otras zonas, una separación entre contextos domésticos y funerarios que se interpretó a veces como expresión de una dualidad cultural y económica o incluso como un posible abandono de las construcciones megalíticas para realizar enterramientos y en las que posteriormente sí se documentaba su utilización por la presencia de materiales campaniformes. Actualmente se acepta la reutilización de las estructuras funerarias del Neolítico con unos ajuares, cuando se documentan, integrados por objetos de piedra, especialmente mazas perforadas, dobles hachas perforadas, hachas pulimentadas y puntas de sílex de diversas formas, triangulares, con la base cóncava, mitradas con retoque plano, así como cuentas de variscita y de azabache entre otros materiales. La metalurgia está documentada por la aparición de evidencias de fundición en algunos poblados, como Lavapés (Pontevedra) y por algunos materiales como hachas, hachas-escoplo y algunos cuchillos curvos de paralelos meridionales. - Una fase campaniforme, identificada por la presencia de cerámicas de estilo Marítimo, incluso algún CZM, puntillado geométrico y algunas incisas similares a los estilos de Palmela y Ciempozuelos, presentes sobre todo en contextos funerarios pero también en algunos asentamientos. La metalurgia asociada es la corriente de puñales de lengüeta y puntas de Palmela, algunos de cuyos ejemplares se consideran poscampaniformes, Su distribución está prohibida | Descargado por Àlex Mañé (alexitoooooooo98@gmail.com) lOMoARcPSD|2102634 que se trate de producciones locales sería expresión y mecanismo de la emergencia de algunos linajes sobre los demás. Para el Calcolítico gallego, Fábregas señala una mayor variedad de entornos habitados y explotados con asentamientos o tumbas tanto en zonas altas como en zonas medias de valle, además de los asentamientos costeros, lo que sería indicio de un aumento demográfico pero también del desarrollo de sistemas eficaces de explotación del suelo, basados en una agricultura por lo general complementaria suficiente, de roza, y una importancia creciente de la ganadería y de la explotación de los productos secundarios tal como demuestra el hallazgo de pesas de telar y de queseras; actividades que favorecerían el carácter móvil de los grupos humanos, aunque con una movilidad más reducida como demostraría la mejor visualización de los asentamientos, mayoritariamente de ocupación no permanente. Es interesante destacar la presencia de un conchero en las inmediaciones de Guidoiro Areoso, lo que indica la importancia que pudo tener el aprovechamiento de los recursos marinos, ya desde el Mesolítico. El registro arqueológico de la Edad del Bronce es todavía más escaso y, desde luego, de reciente reconocimiento. La casi ausencia de información sobre asentamientos y enterramientos cuyos elementos materiales distintivos permitieran su inclusión en esta etapa hizo pensar en su momento en una posible crisis que provocara una sensible disminución demográfica. Actualmente se acepta una continuidad de la población, aunque con una mayor movilidad debida a una creciente importancia del sector ganadero y posiblemente con un conservadurismo en cuanto a los elementos culturales materiales como las cerámicas, tal como podría deducirse de la presencia de cerámicas campaniformes en A Lagoa con una datación dentro de la segunda mitad del segundo milenio a. C., cerámicas para las que en el mismo yacimiento también se dispone de cronologías en la segunda mitad del tercer milenio a. C. más acordes con las tradicionalmente admitidas para las mismas. Si bien en el poblado de Castelo Velho la presencia de cerámicas de tipo Cogeces documenta una ocupación a comienzos del Bronce medio, lo cierto es que estos poblados relativamente estables prácticamente desaparecen y las pocas evidencias de poblamiento proceden de estructuras del tipo de agujeros para postes o excavadas en el suelo -silos o basureros-, incluso de encerraderos de ganado, que a veces ocupan extensiones grandes, como las 8 ha de A Lagoa, pero que se interpretan como evidencia de diversas y continuadas ocupaciones. El conocimiento de este yacimiento, junto con otros, es el resultado de los trabajos de prospección del equipo de la Universidad de Santiago en la sierra de O Bocelo; Criado y Méndez, entre otros, destacan su ubicación topográfica dominando humedales -las brañas- propicios para pastos y también suelos agrícolas -de monte- adecuados para una explotación de tipo rozas. Ocupaciones estacionales pero recurrentes se documentan también en algunos asentamientos costeros coruñeses como O Fixón, así como del norte de Portugal en Alto da Caldeira, Tapado da Caldeira y Boula do Frade. La importancia del componente ganadero la fundamentan en la situación de estos asentamientos, pero también en hallazgos de espadas descontextualizadas y petroglifos que se interpretan como marcadores de zonas importantes de pastos o rutas ganaderas; asimismo Fábregas relaciona estos hallazgos con otros de la Meseta occidental, en Zamora y Salamanca, en los que su situación controlando salinas o rutas trashumantes confirman la importancia de la cría de ganado que, a su vez, se convertiría en el Su distribución está prohibida | Descargado por Àlex Mañé (alexitoooooooo98@gmail.com) lOMoARcPSD|2102634 principal exponente de riqueza y diferenciación, aunque ésta no quede reflejada en los ajuares funerarios conocidos. Hacia el este -Asturias, Cantabria y País Vasco-, a pesar de los notables esfuerzos de las investigaciones recientes, el panorama es todavía demasiado confuso y parece una continuidad con respecto al Neolítico, sólo rota por algunas de las novedades habituales como la metalurgia o el vaso campaniforme, en ambos casos poco abundantes. Por ahora, la mayoría de los hallazgos son metálicos, más numerosos en la Edad del Bronce, etapa difícil de distinguir del Calcolítico, descontextualizados y que de nuevo dan pie a las valoraciones tipocronológicas. Las prospecciones más recientes han localizado numerosos sitios con dispersión superficial de materiales arqueológicos -cerámicas y silex- que atestiguan un aumento considerable de las ocupaciones al aire libre como el Castro, Monte Cildá en Cantabria o la Renke, entre otros muchos, en el País Vasco; la falta de estructuras o la endeblez de las mismas parecen responder a asentamientos poco estables, y sólo en la Edad del Bronce se documentan ya algunos poblados más consolidados como La Hoya en Álava, donde todavía aparece alguna cerámica campaniforme o Monte Aguilar en Navarra. El estudio de la distribución geográfica de los yacimientos cántabros, de hábitat o funerarios, demuestra la ocupación tanto de la costa, donde se ha localizado algún enterramiento en conchero, como de las zonas inmediatamente al interior. Para Barandiarán, las ocupaciones de las cuevas son marginales y responden a actividades concretas y temporales, mientras que el aumento de ocupaciones al aire libre puede ponerse en relación con una mayor importancia de las actividades agrícolas tal como demostraría la disminución de la cubierta arbórea reflejada en los análisis polínicos. No obstante, el componente ganadero sería importante, dadas las características geográficas de estos territorios, pero, tal como denuncian ya varios autores, no implicaría una economía especializada que sólo tiene sentido en épocas mucho más recientes. Los inicios de la metalurgia, o la primera utilización de los metales, se acepta también aquí para una etapa precampaniforme, aunque sólo esté representada por unos pocos objetos como hachas planas, punzones y alguna cuenta en lámina de oro; a partir del final del Calcolítico, éstos son más abundantes con hachas -con tipologías semejantes a las gallegas y que cubren toda la Edad del Bronce-, puñales, muy pocas puntas de Palmela y una alabarda del yacimiento asturiano de Puertu Gumial. En Asturias y para la Edad del Bronce cabe destacar ya algunos depósitos de bronces como los de Gamonedo, Asiego y Frieres. También en esta zona se conocen las complejas explotaciones mineras de cobre de El Aramo y El Milagro, con hallazgos de instrumental minero como las mazas de piedra o los picos en asta de ciervo que demuestran su explotación prehistórica confirmada también por las dataciones de 3810 ± 70, 3900 ± 90 y 4090 ± 70 BP para el primero y de 3850 ± 90 y 3990 ± 90 BP para el segundo, es decir, segunda mitad del tercer milenio cal. BC; en el interior de la mina de El Aramo se han localizado algunos restos antropológicos con rasgos braquimorfos, al igual que en la mina de Urbiola en Navarra. De Blas considera que estas minas asturianas, dada la intensidad de su explotación y la escasez de manufacturas localizadas, pudieron abastecer a otros territorios, lo que supondría un factor económico y social nuevo en un contexto económico básicamente agropecuario, así como el establecimiento de relaciones a través de las cuales circularían modas y simbolismos como los asociados al vaso campaniforme o los que se expresan en el arte megalítico y en el rupestre: las representaciones de ídolos de Hoyo de la Gándara y Seijos en Su distribución está prohibida | Descargado por Àlex Mañé (alexitoooooooo98@gmail.com) lOMoARcPSD|2102634 Cantabria y el ya famoso de Peñatú en Asturias, en las que el antropomorfo o ídolo está relacionado con un puñal de tipología campaniforme o de bronce antiguo, se pueden interpretar, como en Galicia, como expresión simbólica y masculina del poder. La cerámica campaniforme, prácticamente inexistente en Asturias y Cantabria, y sus elementos asociados o, a veces, posteriores son escasos y procedentes tanto de ámbitos funerarios como domésticos. Tal como ya había apuntado antes Delibes y recientemente Alday para el País Vasco, la distribución geográfica de los diferentes ele mentos y tipos pone de manifiesto el papel relevante que en esta época desempeñó por su situación entre los territorios atlánticos franceses y la Península Ibérica. Al igual que en Cataluña, también aquí se documentan algunos ejemplares cerámicos cordados y mixtos - Almalda, Gorostiarán, Larrarte, Pagobakoitza y Tricuaizti-, de clara tipología renana, aceptando su introducción por los Pirineos occidentales, dada la relativa abundancia de estas cerámicas en la Francia atlántica. Esta procedencia se acepta también para algunos objetos excepcionales como son los botones tipo Durfort de Echauri (Navarra) y las arandelas de hueso del dolmen de Igaratza Sur. La presencia de los campaniformes cordados, mixtos y marítimos en la vertiente cántabra confirmaría estos contactos con territorio francés y su función de paso para los escasos hallazgos peninsulares de la Meseta, del mismo modo que las pocas puntas de Palmela de los yacimientos franceses pudieron llegar por esa vía terrestre. Por el contrario, los campaniformes incisos, de estilo Ciempozuelos, se concentran preferentemente en la vertiente mediterránea y especialmente en la llanada alavesa; allí, los ajuares de los grandes sepulcros megalíticos -Chabola de la Hechicera, Los Llanos, San Martín, El Sotillo o La Mina de Farangortea- se pueden asimilar a los meseteños y sobre todo a los cercanos de Peña Guerra 1 y II; los contactos meseteños se confirmarían después por la presencia de cerámicas Protocogotas y Cogotas en algunos yacimientos alaveses. Entre los hallazgos riojanos hay que destacar el túmulo funerario de La Atalayuela, en Agoncillo (Logroño), donde se realizaron unas 80 inhumaciones si¬multáneas. Las dataciones radiocarbónicas dan a lo campaniforme un espacio crono¬lógico muy amplio que va desde un 2170 ± 70 a. C. en La Atalayuela hasta un 1560 ± 60 a. C. en cronología convencional en Peña Guerra II, espacio en el que varias fechas proceden de yacimientos vascos, y tanto en éstos como en La Atalayuela se confirma la utilización sincrónica de los estilos mixtos, marítimos e incisos. Alday insiste en valorar el camino terrestre para explicar el paso de los elementos culturales en ambas direcciones norte y sur, y es difícil sustraerse a la idea de que el control de estas relaciones pudo constituir un factor social y económico importante que quedaría expresado en algunos ajuares. Aunque la distribución de los asentamientos o, en su defecto, de los enterramientos es lo que permite explicar la ocupación y explotación del territorio, también la distribución del arte rupestre ha sido interpretada en este sentido, sobre todo en los trabajos más recientes de Bradley y Fábregas. Bastante abundantes en el noroeste, estos autores distinguen dos grupos, tanto por su distribución geográfica como por los motivos representados y probablemente su funcionalidad o significado simbólico. Por un lado los petroglifos, concentrados en una franja desde la costa hasta unos 60 km al interior, grabados sobre afloramientos poco visibles y coincidiendo con un territorio de asentamientos caracterizados por las estructuras endebles, reflejo de una cierta movilidad; su distribución en zonas húmedas, de pastos, de tránsito se interpreta como una señalización de las distintas posibilidades de explotación y del derecho a la misma, Su distribución está prohibida | Descargado por Àlex Mañé (alexitoooooooo98@gmail.com) lOMoARcPSD|2102634 Esta invisibilidad del mundo de los muertos, que es propia también de otros territorios atlánticos, se trata de explicar, tal como hacen otros autores europeos como Bradley, como resultado de un comportamiento simbólico intencionado en el que se prima otro tipo de manifestaciones que ya se vienen gestando desde el Calcolitico. Varios investigadores han tratado de relacionar la coincidencia de esta desaparición de la evidencia funeraria con la presencia de depósitos de objetos metálicos que en el noroeste son todavía muy escasos antes del Bronce final, aunque ya presentes en el Calcolítico, así como con la distribución de petroglifos u otro tipo de manifestaciones simbólicas; así, en sus últimos trabajos, Ruiz Gálvez insiste en la interpretación simbólica de la mayoría de los depósitos cuya ubicación se puede poner en relación con zonas húmedas, ríos por ejemplo o salida al mar, o con importantes zonas de paso. Estas manifestaciones serían reflejo de complejas ceremonias que canalizarían el simbolismo que, en parte, anteriormente se expresaba con los enterramientos; incluso para el sur de Gran Bretaña, algunos hallazgos de restos humanos junto con objetos metálicos en aguas del Támesis se han interpretado como una posible prueba de ceremoniales relacionados con ritos funerarios. Ruiz Gálvez pone en relación el concepto de paso o tránsito que implica la muerte con el enterramiento de dichos depósitos en los cursos fluviales o rutas de paso --le interés comercial o ganadero- y que, para los vivos, cumpliría la función de delimitar derechos de uso o control, de vital importancia para una etapa en que la apertura creciente a la circulación de ideas y materias primas, no sólo con territorios peninsulares, sino también con otras tierras atlánticas y las actividades ganaderas exigiría una utilización cada vez más intensa de los caminos naturales. La dificultad de localizar los enterramientos del calcolítico y del bronce es mayor en el norte peninsular. Durante este largo período se documentan reutilizaciones de las estructuras tumulares, con megalitos o no en el interior, y de las cuevas distribuidas por toda la cornisa septentrional pero más numerosas en el País Vasco, tanto de enterramiento como de habitación. Precisamente en la secuencia estratigráfica de algunas de ellas, por ejemplo Los Husos, se pueden detectar algunas de las noveda¬des que caracterizan al Calcolítico en cuanto a la industria lítica -un mayor número de hachas pulimentadas y la desaparición de los microlitos geométricos en favor de los retoques planos-, mientras que las cerámicas, muy fragmentadas, muestran un predominio de la ausencia de decoración, salvo cuando se trata de las cerámicas campaniformes; también se aprecia un incremento de los objetos de adorno personal como cuentas en conchas, azabache y a veces de calaíta. Algunos de estos objetos se conocen también en ajuares funerarios, cuando éstos se han podido recuperar, y, aunque escasas, hay que notar la presencia de algunas hachas perforadas como la de Maraviu en Asturias y la de Balenkaleku en Navarra, similares a las gallegas y, en última instancia, a las que aparecen en territorios atlánticos y del norte de Europa. Alday señala para el País Vasco, que mientras el uso de las cuevas para inhumaciones sucesivas se ciñe a momentos concretos, los hallazgos en las estructuras megalíticas permiten reconocer las reutilizaciones durante todo el Calcolítico y algunas en la Edad del Bronce. Arias y Armendáriz proponen algunas novedades en las prácticas funerarias de la Edad del Bronce, como por ejemplo el pequeño túmulo con cámara de Los Fitos seguramente para un enterramiento individual o los enterramientos localizados en el interior de las minas del Aramo y del Milagro. LA MESETA Su distribución está prohibida | Descargado por Àlex Mañé (alexitoooooooo98@gmail.com) lOMoARcPSD|2102634 Hasta la década de los setenta, la investigación de las etapas con metalurgia primó, como consecuencia del registro arqueológico conocido, algunos aspectos culturales y áreas concretas. Megalitismo y vaso campaniforme eran los dos elementos materiales considerados sincrónicos de las primeras manifestaciones metalúrgicas, y el campaniforme inciso -el estilo Ciempozuelos- y sus epígonos cubrían la mayor parte del segundo milenio a. C., de modo que sólo algunas espadas y bronces de inspiración argárica o atlántica suponían una novedad en ese ambiente continuista conocido casi exclusivamente a partir de contextos funerarios o de hallazgos descontextualizados. Este ambiente cultural quedaba interrumpido por la aparición de unos conjuntos ce¬rámicos, muy bien caracterizados en cuanto a formas y decoraciones -incisas, de boquique y excisas sobre formas predominantemente de cuencos abiertos de perfil carenado- que configuraban la cultura de Cogotas 1; dichos materiales procedían de poblados, desconociéndose durante mucho tiempo sus formas de enterramiento y se consideraron representativos de la etapa Bronce final/Primera Edad del Hierro, y re¬lacionados con las penetraciones de Campos de Urnas en el Ebro y su prolongación a la Meseta. Por otra parte, la mayoría de los datos arqueológicos procedían de la Meseta occidental con hallazgos más dispersos en las zonas centrales y del Alto Duero. Las investigaciones desarrolladas posteriormente han contribuido al conocimiento de un mayor número de yacimientos -funerarios, cuevas y especialmente asentamientos-, así como al establecimiento de secuencias y atribuciones cronológicas diferentes gracias a algunas dataciones y a los paralelos tipológicos establecidos con otras regiones. A pesar de ello, todavía no es posible una comprensión de la organización territorial y, aunque la investigación se ha extendido a otras áreas, la submeseta sur y la parte oriental cuentan con un registro parcial o bastante deficitario. Es preciso tener en cuenta, además, que dado el tamaño del área estudiada y su diversidad geográfica, no hay que esperar una unidad cultural, tal como ya se había empezado a proponer a partir de las diferentes tradiciones funerarias y como se va confir¬mando por los diversos comportamientos cerámicos de los asentamientos; se apuntan diferentes facies culturales que probablemente se pueden explicar como consecuencia del propio sustrato diferenciado, de las conexiones con otras áreas culturales y de sus propias opciones socioeconómicas. La secuencia del Calcolítico y de la Edad del Bronce Para el Calcolítico es de aceptación general la diferenciación entre una fase pre¬campaniforme y otra campaniforme cuyo estilo más característico y abundante, el estilo Ciempozuelos, se documenta también en contextos que, según algunas fechas radiocarbónicas, llegan prácticamente hasta mediados del segundo milenio a. C., incluyéndosele por lo tanto en los comienzos de la Edad del Bronce. Recientemente J. F. Fabián ha propuesto para el sur de la Meseta Norte la siguiente periodización tripartita: - Calcolítico inicial o Tardoneolítico, con muy pocas referencias en los asentamientos, lo que es general para todo el Neolítico, salvo en lo que respecta a la construcción y uso de los primeros megalitos. - Calcolítico precampaniforme: reconocido en una serie de cerámicas, procedentes de enterramientos pero sobre todo de los poblados. Decoraciones características son las pintadas, peinadas, acanaladas -similares a los «copos» portugueses-, y las incisas con triángulos rellenos de puntos o representaciones de soliformes, oculados y algún Su distribución está prohibida | Descargado por Àlex Mañé (alexitoooooooo98@gmail.com) lOMoARcPSD|2102634 zoomorfo, así como las que llevan decoración de pastillas en relieve. En realidad no se trata de un repertorio cerámico de amplia distribución por toda la Meseta, sino en ocasiones documentado en muy pocos o un solo asentamiento; J. E Fabián apunta la posibilidad de que puedan existir diferentes facies regionales. El poblado de Las Pozas ha proporcionado una fecha, por ahora la más antigua, de 2475 ± 35 a. C., hacia un 3050 cal. BC - Calcolítico tardío y final. Yacimientos como Los Itueros (1900 ± 100 a. C., hacia 2340 cal. BC), El Tomillar (1975 ± 40 a. C., hacia 2440 cal. BC) y Alto del Quemado (2090 ± 80 a. C., hacia 2580 cal. BC y 1860 ± 70 a. C., hacia 2250 cal. BC), en Ávila, pertenecen a esta etapa. El fósil director más característico es el vaso campaniforme, en todos sus estilos. Los campaniformes puntillados marítimos y los puntillados geométricos son poco abundantes en comparación con la abundancia de los incisos o Ciempozuelos; aunque muy excepcionales, hay que destacar la presencia de algún cordado o mixto CZ/M como los de la zona central del sepulcro de corredor de Entretérminos, o las tumbas individuales de San Fernando del Jarama y Juan Francisco Sánchez, o el del dolmen de La Veguilla (Salamanca) y que plantean posibles conexiones con el País Vasco o Cataluña, donde estas decoraciones son más frecuentes aunque siempre escasas. Un grupo de cerámicas decoradas de la meseta oriental, el denominado estilo de Silos, se interpretó como una producción tardía, epicampaniforme, puesto que algunas formas y decoraciones no respondían exactamente a los criterios de Ciempozuelos; la aparición de estas cerámicas junto con las incisas clásicas, así como la revisión tipológica y decorativa, no parecen apoyar un estilo diferente y, en todo caso, su posterioridad, coincidiría con la prolongación de uso del estilo Ciempozuelos. Dadas las escasas fechaciones locales es difícil establecer una cronología propia para estas cerámicas; se conocen tanto en contextos funerarios como, cada vez más, en poblados, sobre todo las de estilo Ciempozuelos, pero no hay ninguna secuencia estratigráfica donde se compruebe una ordenación cronológica de los estilos, si es que realmente se dio. C. Blasco considera las dataciones por TL de Loeches, de un nivel sin campaniforme, 5184 ± 485 y 4264 ± 298 BP como fecha post quem; y del poblado de El Ventorro se considera válida la fecha de 1930 ± 90 a. C., hacia 2360 cal. BC del nivel precampaniforme también como una fecha post quem para el estilo Ciempozuelos. Pero las cronologías de dicha cerámica en Aldeagordillo (1735 ± 25 a. C., hacia 2080 cal. BC) y en el famoso enterramiento de Fuente Olmedo (1670 ± 50 a. C. y la más recientemente obtenida de 1710 ± 40 a. C., hacia 2050 cal. BC) demuestran su plena vigencia en las primeras etapas de lo que se considera Edad del Bronce; algunos de los objetos metálicos asociados a estas cerámicas pueden interpretarse, bien por su tecnología, bien por su tipología más cercanos a los tipos del Bronce que a los calcolíticos. Durante mucho tiempo se ha mantenido que el inicio de la metalurgia era en la Meseta un fenómeno tardío, asociado al vaso campaniforme; ello quedaba confirmado por la aparición de los objetos metálicos usualmente asociados a esta cerámica, como los puñales de lengüeta y las puntas de Palmela en los ajuares funerarios, pero sobre todo por la estratigrafía del poblado de El Ventorro, donde, de los dos niveles de ocupación, sin interrupción entre ellos, la metalurgia sólo está presente en el nivel superior con cerámica Ciempozuelos. No obstante, los fragmentos de crisoles del poblado de Las Pozas demuestran una actividad metalúrgica precampaniforme, a poca distancia Su distribución está prohibida | Descargado por Àlex Mañé (alexitoooooooo98@gmail.com) lOMoARcPSD|2102634
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